El Eibar y el Espanyol aburren en Ipurua
El conjunto de Mendilibar y el cuadro blanquiazul empatan a uno y se alejan de los puestos de Europa
Hay partidos que invitan a ser valientes, a olvidarse de las penas del pasado para atreverse a so?ar con un futuro mejor. Y en esas andaban el Eibar y el Espanyol, que se desafiaban en Ipurua en b¨²squeda de un objetivo com¨²n y que solamente conseguir¨¢ uno: la clasificaci¨®n para la pr¨®xima Liga Europa. Pero el Eibar no se atrevi¨®; mucho menos el Espanyol. M¨¢s pendientes de anular a su rival que de activar a su f¨²tbol, los cuadros de Quique S¨¢nchez Flores y de Jos¨¦ Luis Mendilibar aburrieron. El ruido se concentr¨® en el centro del campo y pr¨¢cticamente no hubo noticias de las ¨¢reas. Kike Garc¨ªa adelant¨® al conjunto vasco y contest¨® Jurado para el Espanyol. Un empate con gusto a poco, que deja temblando a la ilusi¨®n europea del Eibar y tambi¨¦n del Espanyol.
Parece que la palabra Europa les da escalofr¨ªos. Como una cruel iron¨ªa, cada vez que se acercan a la s¨¦ptima plaza, los equipos de Mendilibar y de S¨¢nchez Flores se desinflan y presentan su versi¨®n m¨¢s desmejorada y temerosa. Intu¨ªa el t¨¦cnico blanquiazul un duelo de pierna fuerte en Ipurua y, de salida, puso a Diop en el doble pivote junto a David L¨®pez. Con el senegal¨¦s en la contenci¨®n, Jurado se recost¨® en el sector izquierdo, el lugar que dej¨® vacante el jugador franquicia del Espanyol, Pablo Piatti. El problema fue que con Jurado de extremo, todo era m¨²sculo en una medular con demasiado tr¨¢fico de piernas. Sufr¨ªa la pelota, que cambiaba de due?o a un ritmo fren¨¦tico, m¨¢s parecido a un partido de tenis que de f¨²tbol. La ¨²nica esperanza para que el cuero se arrimara a las ¨¢reas estaba en las jugadas a bal¨®n parado. Y para eso el Eibar tiene a un especialista de lujo, Pedro Le¨®n.
El guante de Pedro Le¨®n
Tiene un guante en su bota derecha Pedro Le¨®n. Y cada vez que mandaba un bal¨®n a la casa de Diego L¨®pez padec¨ªa la defensa blanquiazul. Le cay¨® el bal¨®n al extremo del cuadro vasco despu¨¦s de un c¨®rner. Se despist¨® Caicedo y Pedro Le¨®n, con tiempo y espacio, es un p¨¦simo negocio para el rival. El exjugador del Madrid le puso un centro fuerte y preciso a Kike Garc¨ªa, que atac¨® al primer poste y cabece¨® a la red. El gol le inyect¨® potencia al Eibar, que, por primera vez, se anim¨® a plantarse en el campo del Espanyol, dispuesto a rematar el trabajo. Pero el asedio de los muchachos de Mendilibar se esfum¨® en un santiam¨¦n y el duelo volvi¨® a invitar a la siesta. La ¨²nica ilusi¨®n que se detectaba en Ipurua era que el ¨¢rbitro diera por terminado el primer acto para ver si los t¨¦cnicos encend¨ªan a sus jugadores en el vestuario. Pero ni eso.
Ni siquiera el golazo de Jurado le lav¨® la cara al Espanyol. Gerard Moreno encontr¨® al interior solo en el ¨¢rea, que con una volea genial, de pique al suelo, clav¨® el 1-1 en el marcador. El empate pareci¨® sentarle bien al cuadro de S¨¢nchez Flores, que se apost¨® cerca de Diego L¨®pez, despreocupado, a esas alturas, de disputarle el bal¨®n al Eibar. Y, con la pelota a su voluntad, el equipo de Mendilibar se acord¨® de que en juego estaba la s¨¦ptima plaza de la Liga. El Eibar transform¨® balonazos sin sentido en centros venenosos.
Aupado por su gente, el Eibar acech¨® al Espanyol. Nada nuevo para los muchachos de S¨¢nchez Flores, que est¨¢n acostumbrados a poner sus cabezas como escudos para rechazar cualquier bal¨®n que se cruce por su ¨¢rea. Se acord¨® tarde el Eibar, el reloj se comi¨® al partido y el empate no le sirvi¨® a nadie. La especulaci¨®n no siempre tiene premio y el 1-1 no le sirve ni al Eibar ni al Espanyol, que se alejan de Europa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.