Ladridos de guerra civil
Ni Wenger en el Arsenal ni Mourinho en el Manchester United dejan indiferente a nadie; los dos crean divisi¨®n de opiniones
¡°No se puede enga?ar a todo el mundo todo el tiempo¡±. Abraham Lincoln.
La re?ida victoria del Chelsea sobre el Manchester City hace unos d¨ªas ha restado suspense a lo que queda de la Premier League, al menos en cuanto a la identidad del eventual campe¨®n. El equipo londinense del italiano Antonio Conte parece imparable. Pero gracias a la presencia en Inglaterra de Jos¨¦ Mourinho y Ars¨¨ne Wenger sigue habiendo mucho tema de conversaci¨®n.
Los dos no dejan a nadie indiferente. En el caso de Wenger, el entrenador del Arsenal, tan poco indiferente que el fin de semana pasado aficionados de su propio equipo llegaron al extremo sin precedentes de pelearse entre s¨ª en las gradas de su estadio, divididos entre aquellos que creen que Wenger se debe marchar a fin de temporada y aquellos que no.
Lo incre¨ªble es que a¨²n hay gente preparada para derramar sangre en defensa de un entrenador que si trabajase para, por ejemplo, un equipo espa?ol hubiera sido despedido, sin que nadie dijera ni una palabra en contra, hace 10 a?os. Resulta que por muy animales que sean algunos de los fans ingleses bastantes de ellos exhiben una lealtad canina. En el caso de los que se sienten incapaces de abandonar a Wenger es como si ¨¦l les hubiera regalado un delicioso hueso cuando el Arsenal gan¨® la liga la ¨²ltima vez, en 2004, y aunque apenas les ha dado de comer desde entonces, se olvidan de sus miserias m¨¢s recientes y se regocijan en la nostalgia del hueso perdido.
Si esto es admirable, perverso o demencial, que lo decida cada cual seg¨²n su criterio.
Ahora, en cuanto a Mourinho, hoy por hoy parece que si ¨¦l abandona el Manchester United a fin de temporada ser¨¢ porque ¨¦l mismo lo quiere. Y eso pese a que el exentrenador del Real Madrid fue contratado el verano pasado con el prop¨®sito redentor de lograr lo que Conte ha hecho en el Chelsea y se ha quedado muy corto. Corto por 18 puntos antes de disputarse los partidos de este fin de semana. Pero del infinito abanico de emociones que genera el f¨²tbol la m¨¢s resistente es la esperanza, y esperanza es lo que Mourinho sigue vendiendo y, por ahora, lo que los fans del United le siguen comprando.
Eso s¨ª, los antiMourinhistas m¨¢s miserables de la prensa inglesa han estado se?alando esta semana que la primera temporada del portugu¨¦s al mando del United ha sido peor hasta la fecha, en cuanto a puntos conseguidos, que la del entrenador que reemplaz¨® el verano pasado, Louis van Gaal. Pero los que son incapaces de resistir la tentaci¨®n de encontrar cualquier pretexto para meterse con Mourinho y desearle lo peor se enfrentan al problema de que hoy no hay se?ales en Old Trafford, el estadio del United, de una guerra civil entre los fans del United similar a la que se ha desatado entre los fans del Arsenal.
Claro, ma?ana todo esto puede cambiar. Puede cambiar si el United no acaba la temporada entre los primeros cuatro de la tabla, si queda fuera de la Champions por segundo a?o consecutivo y, peor a¨²n, si termina por debajo del Manchester City, el vecino ruidoso, en la liga. En tal caso un hasta ahora silencioso sector de la enorme masa de seguidores mundiales del United se animar¨¢ a salir del armario y expresar no solo su descontento por los resultados, sino tambi¨¦n por la pobreza del juego del personalmente combustible pero t¨¢cticamente precavido portugu¨¦s.
El City de Pep Guardiola y el Liverpool de J¨¹rgen Klopp, ambos por encima del United en la tabla hoy, han jugado toda la temporada con br¨ªo. El Chelsea ha sido un bloque disciplinado y s¨®lido, admirablemente equilibrado entre defensa y ataque. El United de Mourinho no ha sido ni una cosa ni otra. El carisma de Mourinho y de su espectacularmente cre¨ªdo delantero centro Zlatan Ibrahimovic no acaban de disimular la triste verdad de que sobre el campo el United sigue siendo tan gris como cuando mandaba Van Gaal.
Todo lo cual indica que de aqu¨ª a fin de temporada Mourinho estar¨¢ bajo la misma presi¨®n que Wenger y m¨¢s, sin duda, que Guardiola o Klopp. Porque si Mourinho no consigue tirar un buen hueso a la afici¨®n del United antes de que acabe el mes de mayo el problema no ser¨¢ la guerra civil en Old Trafford, el problema ser¨¢ el ladrido un¨¢nime para que lo despidan.
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