El ¨¦xito de Shakespeare es el fracaso de Ranieri
El entrenador interino del Leicester se gana a la plantilla con su car¨¢cter campechano de subordinado. Los jugadores recelaban de la celebridad que cultivaba el italiano
¡°Yo nunca discut¨ª con Claudio¡±, dijo; ¡°nunca hubo malos rollos entre nosotros; cuando se march¨® nos abrazamos, me dio las gracias, me dijo que estas cosas pasan en el f¨²tbol¡±.
El pobre Shakespeare no deja de sentirse como un Falstaff.
Craig Shakespeare, el entrenador del Leicester, se confes¨® apesadumbrado el d¨ªa que asumi¨® como interino en sustituci¨®n del malogrado Claudio Ranieri: ¡°Ahora que ocupo esta silla me siento como el villano de una pantomima¡±.
Desde entonces, por un motivo u otro, sigue huyendo de los personajes que el destino le procura. Sentado en la sala de conferencias del Calder¨®n este martes, antes de dirigir el ¨²ltimo entrenamiento para enfrentar al Atl¨¦tico, el t¨¦cnico ingl¨¦s tuvo que responder a una lluvia de preguntas sobre su predecesor. Una m¨¢s. Porque la v¨ªspera Ranieri hab¨ªa ofrecido la primera entrevista desde su despido. Apareci¨® en el plat¨® de una televisi¨®n inglesa e insinu¨® que alguien pudo conspirar para echarlo. ¡°No puedo creer que mis jugadores me traicionasen¡±, dijo, ¡°pero tal vez hubo personas del club que empujaron para que me quitaran¡±.
"?Tal vez!", record¨® ayer Shakespeare a la audiencia de risue?os reporteros brit¨¢nicos. "?Claudio dijo '?tal vez!".
Desde el vestuario del Leicester se ha extendido la versi¨®n de algunos de los jugadores m¨¢s importantes de la plantilla, que han manifestado a sus agentes que se encontraban hartos de Ranieri. Se quejan del cambio de humor del t¨¦cnico, jovial ante los medios y amargo de puertas para adentro. Cada d¨ªa m¨¢s insondable, m¨¢s preocupado por alimentar su mito, envanecido por el ¨¦xito de 2016. Convencido, a ojos de los jugadores, de que el t¨ªtulo del Leicester hab¨ªa sido casi una obra personal. Los futbolistas, celosos de su cuota de gloria, acabaron por estragarse.
Shakespeare inspira simpat¨ªa porque parece un hombre simple. Por poco se confunde con los utilleros. Criado en la campi?a de Birmingham, sencillo y humilde, jug¨® en equipos de la parte baja de la tabla en los 70, fue entrenador en Ligas menores en los 90, lo emplearon para labores de intendencia en el Leicester City desde 2008 y, desde el 24 de febrero, sustituye al h¨¦roe m¨¢ximo de la ciudad. Suplanta a Ranieri, el entrenador que condujo a los Foxes al t¨ªtulo de la ¨²ltima Premier, la m¨¢s inesperada de la historia. Consciente del peso moral que conlleva el relevo, Shakespeare hace lo que puede por no parecerse al histri¨®n italiano que, tras ser despedido, proclam¨®: ¡°Han matado mi sue?o¡±.
El sustituto tom¨® al equipo en plena pesadilla. En puestos de descenso. Despu¨¦s de cinco derrotas consecutivas. Su ascenso coincidi¨® con un cambio radical. En un mes el Leicester ha logrado seis victorias y una derrota. Este mi¨¦rcoles jugar¨¢ en el Calder¨®n en la ida de los cuartos de final de la Champions. Aparte de la baja de Morgan, lesionado, no habr¨¢ sorpresas en la alineaci¨®n ni en la disposici¨®n de los jugadores. El viejo 4-4-2. La vieja guardia con Ndidi en reemplazo de Kant¨¦. Nada de iniciativas t¨¢cticas extravagantes. Nada de creatividad. Nada de lucimiento personal.
El secreto de Shakespeare consiste en actuar como si quisiera ser un don nadie. El anti personaje. Exactamente lo que quieren los jugadores, que acabaron hartos del af¨¢n de protagonismo de Ranieri.
¡°Sentimos cierto cosquilleo¡±, dijo, cuando le preguntaron cu¨¢les eran sus sensaciones al pisar el Calder¨®n, el templo de Luis, de Futre, de Torres y el Cholo. ¡°Tomamos como un cumplido que los jugadores del Atl¨¦tico digan que nos parecemos a ellos. Tenemos que disfrutar el momento. Pero para disfrutarlo m¨¢s hay que conseguir un buen resultado¡±.
Es poco probable que Ranieri, que fue entrenador del Atl¨¦tico, sintiera ¡°un cosquilleo¡± al regresar al campo del club que le despidi¨® en la fat¨ªdica temporada 1999-2000. El a?o del descenso.
Lo normal es que Shakespeare prefiera no interpretar ning¨²n papel relevante. Nadie le califica como a un entrenador sobresaliente. Su gran logro ha sido el fracaso de Ranieri. Nada menos que devolver el protagonismo a los jugadores.
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