Los guardianes del Front¨®n M¨¦xico
La reapertura despu¨¦s de 20 a?os de la cancha en la capital revive la pasi¨®n por este deporte de origen vasco en el pa¨ªs
Cuando un viejo pelotari ve jugar jai alai (cesta punta), sus ojos se abren y su cara se ilumina. Aprieta los dientes y deja que la velocidad del juego le dispare la adrenalina. Mueve la cabeza de izquierda a derecha como el que sigue un perfecto comp¨¢s y tararea por dentro una antigua canci¨®n que hace mucho que no canta, pero que conoce al detalle. Los golpes secos y chirriantes de la pelota contra la pared se mezclan con los gritos de los jugadores, los pelotaris, art¨ªfices de que algo tan simple y a la vez tan hermoso ocurra entre tres paredes. El p¨²blico en las gradas vive con euforia el ir y venir de la bola que rebota, mientras los corredores de apuestas gritan ?cien azules! y motivan a los asistentes para que apuesten y el dinero siga corriendo mientras sube la tensi¨®n del marcador.
?Qui¨¦nes ganar¨¢n, los rojos o los azules? Luis Ibarlucea, expelotari de 88 a?os, lo tiene claro, lo est¨¢n haciendo mejor los rojos. Aunque cree que no le pegan lo suficientemente fuerte a la pelota. Vuelve a haber temporada de cesta punta en el Front¨®n M¨¦xico despu¨¦s de 20 a?os. Ibarlucea forma parte de una larga dinast¨ªa de pelotaris en M¨¦xico, que fueron los Messi y los Ronaldo del Jai Alai entre 1930 y 1980. Apodado Burro blanco, no puede creer que hayan reinaugurado el Front¨®n M¨¦xico donde jug¨® durante 15 a?os: "Se parece a como era antes. Est¨¢ muy bonito. Antes ten¨ªa ventanas en la parte de arriba y entraba el agua cuando llov¨ªa, as¨ª que resbalaba mucho la pista".
"Achaparraron los n¨²meros de las l¨ªneas y casi no se ven", dice su hermano, Andr¨¦s, de 97 a?os, corredor de apuestas del front¨®n M¨¦xico desde 1950, aficionado a la pelota y testigo de algunos episodios de la historia del siglo XX, que sucedieron en ese peque?o rinc¨®n frente al monumento a la Revoluci¨®n. Andr¨¦s Ibarlucea recuerda que era vecino Fidel Castro y el Che Guevara en la calle de Emparan, antes de que emprendieran su camino revolucionario a Cuba. Por el hall de este palacio de la pelota desfil¨® la crema y nata de la pol¨ªtica, la cultura, el cine y las artes de M¨¦xico.
Las im¨¢genes de la ¨¦poca muestran c¨®mo en los a?os 40 el recinto fue un punto de reuni¨®n por ejemplo, del Sindicato de Trabajadores de la Producci¨®n Cinematogr¨¢fica encabezado por Jorge Negrete o Cantinflas, o el lugar en el que se despidi¨® a Pablo Neruda en 1943 con un homenaje que recuerdan los peri¨®dicos de la ¨¦poca como "estrepitoso¡±.
La afici¨®n y el negocio del jai alai en M¨¦xico creci¨® tanto que lleg¨® a ser el pa¨ªs con m¨¢s frontones de pelota del mundo. Eran los a?os dorados de este deporte, entre 1930 y 1960, la profesionalizaci¨®n del jai alai sac¨® a cientos de j¨®venes del Pa¨ªs Vasco y los llev¨® a jugar cesta punta a los rincones m¨¢s ins¨®litos: Shang¨¢i, El Cairo, Manila, Miami, La Habana, N¨¢poles y M¨¦xico. La tierra de las oportunidades que acogi¨® a un gran n¨²mero de pelotaris que se establecieron en el pa¨ªs y que perpetuaron hasta la fecha una cultura y una tradici¨®n que pese al paso de los a?os ha conseguido sobrevivir. Muchos de ellos se consolidaron como verdaderas estrellas del deporte y dieron paso a algunas de las familias m¨¢s distinguidas de la actual sociedad mexicana.
As¨ª lo recuerda Juli¨¢n Guenetxea, apodado Popeye, campe¨®n del mundo de pelota durante los a?os 90: ¡°Sales de un caser¨ªo y tu vida cambia, empiezas a ser conocido... Los a?os de pelotari en M¨¦xico fueron espectaculares porque se apostaba much¨ªsimo, ven¨ªa mucha gente a la funci¨®n¡±, explica mientras mira desde las gradas a una nueva generaci¨®n de pelotaris practicar en la pista. ¡°Aqu¨ª nos hac¨ªamos hombres. Vienes a uno de los mejores frontones del mundo y aprendes de todos los grandes pelotaris que hay, como Juli¨¢n Ibarlucea ¡®el Tarz¨¢n¡¯ que era un gran ganador de partidos¡±, dice el expelotari.
¡°El front¨®n es algo muy de Euskadi, nuestra base, nuestra columna vertebral¡±, cuenta Popeye. ¡°Mantenerlo vivo es no perder nuestras ra¨ªces, la cultura, las costumbres, ese amor a la tierra y a lo que somos aunque estemos lejos¡±, a?ade. ¡°En M¨¦xico se ha perdido la mentalidad de una generaci¨®n entera. 21 a?os sin front¨®n han hecho que mucha gente no sepa lo que es la pelota, y los que recuerdan el front¨®n, es gente de 40 a?os para arriba¡±, explica el chef Pablo San Rom¨¢n, defensor, apasionado y un aut¨¦ntico mecenas de este deporte en M¨¦xico.
La reapertura del Front¨®n M¨¦xico ha devuelto a los amantes y nost¨¢lgicos del jai alai?la esperanza de que la tradici¨®n resurja y no se pierda. Un nuevo cuadro de pelotaris busca cada jueves, s¨¢bado y domingo por la tarde aportar emoci¨®n y una buena dosis de adrenalina que permita renovar la temporada el pr¨®ximo septiembre y que el regreso del front¨®n se quede en algo m¨¢s que un golpe de suerte.
¡°Este front¨®n es una catedral donde los pelotaris m¨¢s importantes de M¨¦xico han triunfado¡±, dice Mikel Eguiguren, uno de los nuevos fichajes del Front¨®n M¨¦xico. ¡°El p¨²blico de M¨¦xico entiende de pelota pero es un p¨²blico m¨¢s encendido, grita m¨¢s, hace m¨¢s bulla¡±, a?ade. Adem¨¢s de la pasi¨®n, los nuevos jugadores consideran que hace falta m¨¢s promoci¨®n y que la gente vuelva a apostar. ¡°Hace falta la televisi¨®n, hace falta m¨¢s difusi¨®n. La parte promocional es muy importante en este deporte¡± dice Txabi Inza, nuevo pelotari del Front¨®n M¨¦xico. ¡°Hay que tener una nueva generaci¨®n de aficionados y ense?ar lo que es jai alai, lo que es apostar, qu¨¦ es el juego; porque una vez que conoces el front¨®n, todo el mundo ama este deporte¡±, dice Jean Olharan, otra de las nuevas promesas de la cesta en M¨¦xico.
Dicen que una buena funci¨®n de front¨®n es aquella en la que no se conoce el ganador hasta el ¨²ltimo tanto porque los equipos juegan parejos, ara?ando los 29 iguales. Los azules, Ochoa y P¨¦rez, acaban de dar la vuelta al marcador y se imponen en el ¨²ltimo momento. Nadie lo puede creer.?La grada estalla de emoci¨®n, el dinero corre en las apuestas, el Front¨®n M¨¦xico vibra y?Burro Blanco se sacude los a?os por un momento, se lleva las manos a la cabeza y disfruta como solo podr¨ªa hacerlo un viejo pelotari.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.