Adams, debut y desplome en Granada
La leyenda del Arsenal se estrena con una contundente derrota ante los suplentes del Celta en un partido en el que aline¨® a once futbolistas de once nacionalidades distintas, ninguno de ellos espa?ol
Poca broma con Tony Adams, un genuino one club man que supo transitar por varios escenarios del f¨²tbol brit¨¢nico para pervivir en ¨¦l entre 1983 y 2002, siempre protagonista en una de las mayores transformaciones operadas en la tierra de los inventores del balompi¨¦. ?l era el capit¨¢n del equipo que hizo a Nick Hornby enloquecer de alegr¨ªa y narrarlo pleno de sentimiento en Fever Pitch (Fiebre en las gradas), un cl¨¢sico de la literatura deportiva que diseccion¨® la epopeya del Arsenal para ganar la liga inglesa en 1989 tras 18 a?os de abstinencia. Todav¨ªa lo era cuando en 2002 se fue tras levantar una Premier. Los aficionados gunners se cuadran cada d¨ªa de partido ante su estatua, en una de las entradas al Emirates Stadium. Pero sobre la capacidad de Adams para trabajar equipos desde el banquillo apenas hay referencias. Ahora en el Granada ejerce como un paracaidista que aterriza sobre terreno minado, el que han sembrado desde DDMC Sports, la empresa para la que ejerce como vicepresidente y que es propietaria del club. Casi nada de lo que ha hecho el Granada en los ¨²ltimos meses remite a las aspiraciones de un club ganador. Y lo paga porque tiene pinta de que se va a Segunda, sin futbolistas, sin equipo, sin alma, ante el estupor de una afici¨®n desenga?ada.
"No es un momento f¨¢cil"
¡°El resultado es enga?oso, tuvimos oportunidades, pero ellos marcaron las ocasiones que tuvieron y nosotros no. Tenemos limitaciones, pero lo intentamos todo. Estuvimos en el partido¡±, resumi¨® Adams, que no quiso valorar las opciones que tiene el Granada de mantener la categor¨ªa. ¡°Lo importante es centrarse en el pr¨®ximo partido. Me hubiera gustado tener m¨¢s entrenamientos con los jugadores y vamos a mejorar con el trabajo. No es un momento f¨¢cil, pero tenemos que estar juntos. No temo el futuro, voy a empujar hasta el final¡±.
Pero la comparencia de Adams ante los medios fue relajada, incluso con alguna carcajada por medio. Apunt¨® que los seguidores del Granada quiz¨¢s ten¨ªan unas expectativas m¨¢s altas sobre el equipo que las que est¨¦ puede ofrecer y sorprendi¨® al valorar al Celta como un equipo que lleva jugando mucho tiempo con los mismos futbolistas. Lo dijo justo tras alinear Berizzo un equipo in¨¦dito plagado de futbolistas que en muchos casos apenas disfrutan de minutos. ¡°Voy a intentar que aqu¨ª tambi¨¦n hagamos pi?a. Hay aspectos positivos en los que centranos¡±, rescat¨®.
El Granada cay¨® ante un Celta irreconocible que aline¨® un once inicial con diez futbolistas que no se alinearon cuatro d¨ªas antes contra el Genk en la Europa League, seguramente diez que volver¨¢n a comenzar el partido contra los belgas el pr¨®ximo jueves. Le bast¨® con ese plan alternativo para controlar y superar a un rival con un barniz de tristeza. El Granada enfrentaba a un Celta descafeinado y sab¨ªa que si le superaba hasta abr¨ªa un futuro promisorio porque la derrota del Legan¨¦s unas horas antes le pod¨ªa llevar a situarse a apenas cuatro puntos de los puestos de permanencia en la categor¨ªa. No hubo caso, no le bast¨® su esfuerzo para rescatar siquiera un empate, sigue en el pozo y con la perspectiva de tener que operar un milagro en los seis ¨²ltimos partidos, que incluyen una salida, la pr¨®xima jornada, al campo de Sevilla y recibir, entre otros, al l¨ªder Real Madrid.
Adams trat¨® de reactivar al equipo con una alineaci¨®n en la que junt¨® a once futbolistas de once nacionalidades diferentes, ninguno de ellos espa?ol, con un dibujo con cuatro zagueros que alguna vez en su carrera hab¨ªan operado como centrales, dos interiores laboriosos y de fuerza como Wakaso y Uche Agbo y dos delanteros, un plan sin mucha amplitud por los costados, pero tampoco sin peajes en la medular, un indeterminado h¨ªbrido que dio leves se?ales de vidas solo con el marcador en m¨ªnima desventaja, el transcurrir del juego y la aparici¨®n del orgullo.
Jozabed marc¨® mediada la primera parte tras un error de Ochoa y sus centrales, que no supieron como quitarse de encima un env¨ªo en el que gozaban de ventaja sobre Beauvue. La reacci¨®n del Granada fue m¨¢s tibia que la de Adams, que no par¨® de bracear y vocear desde el ¨¢rea t¨¦cnica. Est¨¢ por ver si alguien le entend¨ªa, pero con el paso de los minutos el equipo gan¨® al menos en empuje. Nunca le bast¨® para merecer el empate m¨¢s que con un zapatazo de Uche Agbo que se estrell¨® en el larguero y ni siquiera fue un reactivo porque casi de inmediato le sepult¨® el Celta con un libre directo que Marcelo D¨ªaz, un especialista que en esa suerte ya salv¨® en su d¨ªa al Hamburgo de sufrir un hist¨®rico descenso.
Con veinte minutos por delante, el equipo de Berizzo hizo sangre sin necesidad de llamar a sus mejores futbolistas. Jozabed le devolvi¨® a Beauvue el favor y le dio el tercer gol. Mucha gente abandon¨® la grada, otra empez¨® a corear con ol¨¦s las acciones del Celta, brotaron gritos contra los futbolistas, reproches al palco y, a la postre, silencio y resignaci¨®n mientras Adams se afanaba en animar y levantar el ¨¢nimo sobre la cancha. Al final agrup¨® a los jugadores en el centro del campo para disculparse ante la afici¨®n y recibir su veredicto. Les declararon culpables, pero seguramente no sean los ¨²nicos.
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