Albert Ramos, el homenaje a la clase media
Al borde de la treintena, el catal¨¢n alcanza por primera vez las semifinales de un Masters 1.000 tras ganar a dos ¡®top-10¡¯. En las semifinales (hacia las 13.30, Movistar+ D2) se medir¨¢ al franc¨¦s Pouille
Venci¨®, apret¨® los dientes y alz¨® el pu?o izquierdo en direcci¨®n el cielo de Montecarlo. Despu¨¦s se fundi¨® con el hombre que le gu¨ªa y supervisa sus pasos, su t¨¦cnico, Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªaz. El d¨ªa anterior hab¨ªa ganado al n¨²mero uno, Andy Murray, y ayer se deshizo (6-2, 6-7 y 6-2, en 2h 32m) de otro top-10, el robusto Marin Cilic, as¨ª que Albert Ramos ten¨ªa motivos m¨¢s que de sobra para la euforia. En su caso, en el de un chico que siempre act¨²a desde la mesura, contenida.
¡°Ahora toca recuperar. Hay que volver a intentarlo y volver a darlo todo¡±, dec¨ªa el catal¨¢n, que despu¨¦s de alcanzar por primera vez las semifinales de un Masters 1.000 encara hoy (hacia las 13.30, Movistar+ Deportes 2) el pen¨²ltimo obst¨¢culo, representado por Lucas Pouille (6-0, 3-6 y 7-5 a Pablo Cuevas), el franc¨¦s que tumb¨® a Rafael Nadal hace unos meses en Nueva York.
No responde a la casualidad el estado dulce de Ramos, uno de esos jugadores cocinados a fuego lento, con mimo, construido piedra a piedra y que, adquirida la madurez, comienza a regalar sus mejores frutos. Despu¨¦s de una trayectoria silenciosa, el barcelon¨¦s ya insinu¨® en los dos ¨²ltimos cursos que los de arriba deben tomarle muy en serio, porque le est¨¢ cogi¨¦ndole gusto a esto de dar golpes. En 2015 ya logr¨® una de esas victorias que todo tenista colecciona para siempre en una vitrina, contra Roger Federer en Shangh¨¢i, y el a?o pasado gan¨® su primer t¨ªtulo (Bastad) y se filtr¨® en los cuartos de Roland Garros, deshaci¨¦ndose de Jack Sock y el consolidado Milos Raonic.
En Montecarlo, ahora, reincide y vuelve a aparecer en el escaparate con dos triunfos de gran m¨¦rito. Ape¨® a Murray, que a pesar de no estar en su mejor momento siempre exige una proeza, y ayer se repuso an¨ªmicamente de un instante cr¨ªtico y fulmin¨® a Cilic, el n¨²mero ocho, otro miembro de la clase alta. Ramos no lo es, pero su progresi¨®n simboliza todo un homenaje para aquellos jugadores que trabajan en la sombra durante a?os y que a pesar de no aparecer habitualmente en los peri¨®dicos, nunca se rinden.
Ramos es uno de ellos. De 29 a?os, cul¨¦, se define como ¡°un tipo normal, de Matar¨®¡±; es hijo de un dentista y estudia a distancia Administraci¨®n de Empresas. Se ha pulido a golpe de entrenamientos en el RCT de Barcelona y sobre la tierra se mueve como los ¨¢ngeles. Desde el punto de vista t¨¦cnico, adem¨¢s de su zurda, muy precisa, destaca sobre todo por la inteligencia con la que interpreta el juego. Debut¨® en el equipo de la Copa Davis en 2013 y la pr¨®xima semana obtendr¨¢ su mejor ranking como jugador profesional.
Hoy en d¨ªa es el 24 de la ATP (el cuarto espa?ol) y se desempe?a ya como el d¨¦cimo mejor en la Race, el sistema que verifica a los mejores de la temporada. Tiene todo el derecho a sonre¨ªr Ramos.
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