Rafa Nadal - Albert Ramos, final espa?ola en Montecarlo
El mallorqu¨ªn, favorecido por una decisi¨®n arbitral err¨®nea, supera al belga Goffin (6-3 y 6-1, en 1h y 29m). El catal¨¢n se deshace del franc¨¦s Pouille con una exhibici¨®n de temple (6-3, 5-7 y 6-1, en 2h 16m)
Seis a?os despu¨¦s, dos tenistas espa?oles volver¨¢n a disputar la final del Masters de Montecarlo. Rafael Nadal y Albert Ramos resolvieron sus respectivos compromisos y se jugar¨¢n este domingo (14.30, Movistar+ Deportes 2) la corona del Principado en un pulso con un claro contraste de antemano. Se medir¨¢n el gigante y el advenedizo, el amo y se?or de la tierra y un hombre que dignifica el oficio de la clase trabajadora del tenis. En cualquier caso, una excelente se?al para refrendar el dominio nacional sobre tierra batida, un territorio que exige unos c¨®digos complejos y mentes a prueba de bombas. He aqu¨ª la principal raz¨®n por la que Nadal (6-3 y 6-1, en 1h 29m a David Goffin) y Ramos (6-3, 5-7 y 6-1, en 2h 16m a Lucas Pouille) protagonizar¨¢n el episodio definitivo.
No ha desplegado el mallorqu¨ªn su mejor juego para aproximarse a su d¨¦cimo t¨ªtulo en Montecarlo (13? final), pero s¨ª ha ofrecido la consistencia que le ha faltado a los otros favoritos. Eso s¨ª, este s¨¢bado el juez C¨¦dric Mourier le ech¨® un gigantesco cable cuando Goffin estaba apret¨¢ndole y promet¨ªa batalla. El ¨¢rbitro desautoriz¨® al juez de l¨ªnea que hab¨ªa cantado fuera una bola larga del balear y orden¨® repetir un punto que deber¨ªa haber sumado el belga. Lo que tendr¨ªa que haber supuesto el break y 4-2 favorable a Goffin, se transform¨® en un 3-3 y el desmorone definitivo de este ¨²ltimo. A partir de ah¨ª, la igualdad se rompi¨® en mil pedazos y Nadal rem¨® viento a favor. La interferencia arbitral desnivel¨® por completo lo que hasta entonces hab¨ªa sido un pulso muy equilibrado.
Se cerr¨® la tarde entre abucheos. Los dirigidos contra el juez galo, que adem¨¢s de la sonora reprimenda del p¨²blico se llev¨® el merecido reproche de Goffin (26 a?os, 13 del mundo). No entend¨ªa el belga por qu¨¦ baj¨® el ¨¢rbitro de su silla para revisar el bote ni por qu¨¦ valid¨® la marca que no era, y no la que ¨¦l se?alaba insistentemente con su raqueta y que se hab¨ªa excedido un palmo. Mientras, Nadal gesticulaba en direcci¨®n a la grada: "?Qu¨¦ puedo hacer yo?". Err¨® Mourier, se desesper¨® Goffin y se deshizo como un azucarillo. Baj¨® los brazos y no consigui¨® sobreponerse a la fatalidad de una decisi¨®n incomprensible, clamorosamente equivocada. Desisti¨®. Completamente escentrado, firm¨® solo un juego de ah¨ª al final.
El juez Mourier, confundido, desautoriz¨® a un juez de l¨ªnea que hab¨ªa cantado fuera una bola larga de Nadal
Nadal le rompi¨® el servicio otra vez, antes de sellar el primer set, y el resto fue coser y cantar. Ahora el espa?ol afrontar¨¢ su cuarta final de la temporada (Melbourne, Acapulco y Miami), la 105? de su carrera y la 44? de un Masters 1.000. Ser¨¢ la und¨¦cima en Montecarlo, donde solo fall¨® en 2013. Y lo har¨¢ frente a un primerizo en este tipo de escenarios, Ramos, que redonde¨® su extraordinaria trayectoria en el torneo y jugar¨¢ su primera final en un marco de semejantes caracter¨ªsticas. Poco tuvo que ver su pase con el desnaturalizado logro de Nadal. En la misma l¨ªnea que los d¨ªas anteriores, el catal¨¢n complet¨® un magn¨ªfico encuentro y prolong¨® una secuencia en la que ya derrib¨® al n¨²mero uno, Andy Murray, y al ocho, el croata Marin Cilic.
Este s¨¢bado se deshizo de Pouille, genuino producto de la escuela francesa (23 a?os, 17 en el listado mundial). Un adversario nada sencillo. Para el gran p¨²blico todav¨ªa es un desconocido, pero en septiembre ya acapar¨® portadas al eliminar a Nadal en los octavos del US Open. A¨²na ambici¨®n y talento, pero tambi¨¦n carbura a rachas y tiende a dispersarse. Ramos lo sab¨ªa, as¨ª que le propuso un maquiav¨¦lico ejercicio control. El espa?ol domina el registro de la tierra, la lectura de los intercambios, as¨ª que intent¨® llevar al franc¨¦s a su terreno. Bolas en largo, profundidad, cambios de altura. Enredos continuos. Demasiado trasiego para Pouille, al que no le va para nada ese escenario.
Cuarta final espa?ola en el Principado
?l es partidario de partidos m¨¢s despejados, as¨ª que insisti¨® en los puntos m¨¢s directos, en tratar de ganar pista y pegarle c¨®modo. Sin embargo, no lo consigui¨® pr¨¢cticamente en ning¨²n momento. Sufri¨® un lapsus en el primer parcial (break en contra, 4-3) y Ramos le asest¨® la primera estocada. Luego pudo invertir la din¨¢mica, porque en el segundo set resisti¨® y dio un golpe (rotura para 6-5) que pod¨ªa haber alterado el curso del pulso. Al barcelon¨¦s (Matar¨®) le falt¨® entonces un punto de frescura en las piernas, pero no se descompuso ni perdi¨® el color. Todo lo contrario. Su mentalidad es de granito, su lema es la constancia, e inisisti¨® en su ideario. Le hizo pensar constantemente al franc¨¦s y le contuvo cuando este intent¨® quitarse la soga.
La ¨²ltima vez que dos tenistas espa?oles se batieron por el t¨ªtulo en Montecarlo fue en 2011. Fueron Nadal y Ferrer
El catal¨¢n, mucho m¨¢s fr¨ªo y anal¨ªtico, mantuvo el tipo a pesar de tener tan cerca una presa tan jugosa como lo es disputar la final de un 1.000. Tir¨® largo desde el fondo, una y otra vez, e hizo sentir a Pouille inc¨®modo todo el rato. Desgastado, el galo necesit¨® asistencia m¨¦dica (en la zona lumbar) porque la bola poli¨¦drica del catal¨¢n le exigi¨® un sobreesfuerzo. Se agarr¨® al partido con u?as y dientes, pero finalmente cedi¨®. Ramos le rompi¨® otras dos veces el servicio (para 2-0 y 5-1) y el espa?ol (24 del mundo) desembarc¨® por la puerta grande en la final, la quinta de su carrera.
Se uni¨® as¨ª al club de jugadores espa?oles que han optado al t¨ªtulo en Montecarlo, caso de Manuel Orantes (finalista en 1970 y ganador en 1975), Sergi Bruguera (ganador en 1991 y finalista en 1994), Albert Costa (finalista en 1996), ?lex Corretja (en el 1997), Carlos Moy¨¤ (campe¨®n en 1998 y derrotado en 2002), Juan Carlos Ferrero (doblete entre 2002 y 2003) y Nadal (vencedor de 2005 a 2012 y en 2016). Su enfrentamiento con el de Manacor supondr¨¢ la cuarta final espa?ola en el Principado. La ¨²ltima tuvo lugar en 2011, cuando el rey de la tierra batida dobleg¨® a su amigo David Ferrer.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.