Kentucky Kid, el campe¨®n amable
Ganador del Mundial de MotoGP del 2006 frente a Rossi, Nicky Hayden fue un rival respetado en la pista, un tipo familiar y dulce fuera del circuito
De familia motera, sus padres le contaban historias de carreras antes de irse a la cama al peque?o Nicky Hayden, como hab¨ªan hecho con sus hermanos. Con tres a?os se subi¨® a su primera moto, pero antes de eso ya hab¨ªa hecho algunas pr¨¢cticas. C¨®mo evitarlo en una casa en la que hasta su madre y una de sus hermanas se enfundaban el mono de competici¨®n. Y qu¨¦ decir de ellos, todos pilotos, empezando por el progenitor, que le marc¨® a partir del dorsal, un 69 del que nunca dio muchas m¨¢s explicaciones. Lo llevaba en su honor.
¡°Quer¨ªa salir del granero, en pa?ales y sin importarle el fr¨ªo que hac¨ªa afuera; pretend¨ªa tirar la puerta abajo para subirse a la moto tan pronto como fuera posible. As¨ª empez¨® todo. Ya de ni?o, siempre fue el primero en entrar en la pista y el ¨²ltimo en salir¡±. Lo explicaba su padre, Earl, en una de las tantas entrevistas que concedi¨® tras presentar el libro The first family of racing, una autobiograf¨ªa familiar editada en 2014. Un libro trufado de an¨¦cdotas que explica la querencia de los Hayden por las motos, no solo de su hijo m¨¢s popular, el que fuera capaz de ganarle al mejor de todos los tiempos, Valentino Rossi, aquel que rompi¨® a llorar sin remedio, imagen enternecedora e inolvidable, al proclamarse campe¨®n del mundo de MotoGP en la ¨²ltima carrera del 2006, en Valencia.
Pero antes de dar el salto a Europa, directo al equipo oficial de Honda en MotoGP, el Kentucky Kid ya hab¨ªa ganado mucho en Estados Unidos. Y era un tipo multidisciplinar: campe¨®n del campeonato nacional de velocidad (gan¨® el AMA con 21 a?os) y el mejor en las pistas de tierra de dirt track. En aquellos tiempos compart¨ªa su vida y su devoci¨®n con sus hermanos, Tommy y Roger Lee, con quienes lleg¨® a copar un podio en Springfield (Tennessee).
¡°Cuando era joven le sol¨ªa contar historias sobre Wayne Rainey, Freddie Spencer, King Kenny (Roberts)¡ A esa edad ya empezaba a hablar sobre ser campe¨®n del mundo, incluso sin que yo le dijera nada¡±, contaba el padre del chico de Kentucky, ya mayor y con problemas de salud. El primer equipo para el que corri¨® Nicky Hayden (Owensboro, 1981; Cesena, 2017) fue el Earl Racing Team, el equipo de pap¨¢. Un juego de ni?os. Un v¨ªnculo con la casa familiar del que nunca se desprender¨ªa, por otro lado.
En su ¨²ltimo fin de semana de carreras, el pasado 14 de mayo en Italia, donde compiti¨® con el equipo Honda en el Mundial de Superbikes, estuvo acompa?ado de su prometida, Jackie, y de su hermano Tommy. Ella se qued¨® con ¨¦l a pasar la semana en la costa adri¨¢tica. Para evitar el jet lag, Nicky acostumbraba a pasar temporadas en Europa. As¨ª, se entrenar¨ªa en bicicleta mientras llegaba la siguiente carrera, en Donington Park (Gran Breta?a). Pero se qued¨® en Italia. Un accidente con un coche una tarde de esas en las que rodaba en bici le provoc¨® m¨²ltiples traumatismos y serios da?os cerebrales. Este mismo lunes, horas antes de que se anunciara su muerte, se supo que se hab¨ªa saltado un stop, la causa del choque que acab¨® con su vida.
Los tres pilares sobre los que se asentaba su vida eran las motos, la familia y su chica. Aunque por su vestimenta pudiera parecer una estrella, muy yankee, eso s¨ª: pantalones anchos m¨¢s all¨¢ de la rodilla, gorras y habituales cambios de corte de pelo, era un chico conservador. Y religioso. ¡°Soy de los que se sienta en los ¨²ltimos bancos. No soy un santo, pero voy siempre que puedo a la iglesia¡±, explicaba en una entrevista concedida hace unos a?os a este peri¨®dico. En el box y en la pista era otro tipo distinto del de la calle: met¨®dico, s¨²per profesional, puntual siempre, ¡°algo rarito con sus cosas¡±, dicen quienes trabajaron con ¨¦l, no entend¨ªa las bromas (¨¦l hac¨ªa las suyas propias) y era bastante supersticioso: por ejemplo, su moto se ten¨ªa que arrancar siempre dentro del box y, adem¨¢s, deb¨ªa mirar hacia el pit lane.
No pas¨® piloto m¨¢s amable por el paddock del mundial de motociclismo, la sonrisa estampada en la cara, cero malicia. Tanto era as¨ª, que muchos pensaron que su bondadoso car¨¢cter le impedir¨ªa ser campe¨®n del mundo. ¡°Es cierto que soy un buen tipo, pero eso no me hace ir lento¡±, lleg¨® a declarar, como defendi¨¦ndose de la cr¨ªtica m¨¢s feroz. Sobre el asfalto, donde siempre fue un rival respetado, se aferraba a su genial manejo de la moto a la salida de las curvas, herencia de la tradici¨®n familiar sobre pistas de tierra, especialmente las temporadas dif¨ªciles en las que pilot¨® una Ducati.
En todos estos a?os apenas se enfad¨® con Pedrosa, el compa?ero de equipo que le tir¨® en la ya famosa carrera de Portugal de aquel 2006 en el que ganar¨ªa el t¨ªtulo: los puntos se le escurr¨ªan y Rossi no paraba de sumar. Tardaron poco en hacer las paces y se escucharon muy pocas cr¨ªticas de boca del estadounidense; ni siquiera cuando tuvo que asumir que Honda, al a?o siguiente, dise?ara una moto a medida del espa?ol, en quien depositaron todas sus esperanzas. Seg¨²n explic¨® el propio piloto de Sabadell el jueves pasado el primer mensaje que recibi¨® el domingo tras ganar en Jerez fue de Nicky. ¡°Es uno de los mejores amigos que he tenido en el paddock¡±, dec¨ªa Rossi tras conocer la noticia del accidente, y recordaba c¨®mo encontr¨® su apoyo en la misma pista nada m¨¢s terminar la carrera de Valencia del 2015, cuando perdi¨® aquel pol¨¦mico Mundial.
Su vida transcurr¨ªa feliz entre Owensboro, donde la familia segu¨ªa residiendo en una casa grande, t¨ªpico rancho americano con animales (caballos y pollos, por ejemplo) y hasta una pista para entrenarse, la casa que ten¨ªa en California y las semanas que pasaba compitiendo y entren¨¢ndose en Europa. Su familia, con quien compart¨ªa todos esos momentos, echar¨¢ de menos al Hayden que menos conocemos. Al que cantaba Sweet Caroline con m¨¢s alegr¨ªa que entonaci¨®n. Y cantaba bastante bien.
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