Lombardo: ¡°Los logros del Bar?a son hijos de la victoria de Cruyff¡±
El que fuera extremo de la Sampdoria recuerda la final de Wembley 92 frente al Barcelona
El sol golpeaba con fiereza en Tur¨ªn el pasado mi¨¦rcoles, hasta el punto de que el gentil jefe de prensa del Torino buscaba sin ¨¦xito un banco a la sombra por la vetusta ciudad deportiva. Incluso el encargado del material, el m¨¢s anciano del lugar pero al que le sobra energ¨ªa, trae un t¨¦ delicioso que prepara ¨¦l mismo. Todo son atenciones para Attilio Lombardo, segundo entrenador de Il Toro, que se ha ganado el coraz¨®n de los trabajadores por su sencillez, simpat¨ªa y cercan¨ªa. ¡°Es un fen¨®meno¡±, le definen. Igual que lo era como extremo de la Sampdoria porque a punto estuvo de aguarle la primera Copa de Europa al Bar?a en Wembley 92. Ma?ana har¨¢ 25 a?os.
Pregunta. ?Fue usted el mejor jugador de esa final?
Respuesta. No s¨¦ si fui el mejor. Pero s¨ª que hice un gran partido, uno de mis mejores encuentros en la Champions, y no soy de los que se suelen tirar piropos. Di lo m¨¢ximo porque no quer¨ªa perder, porque ¨¦ramos una familia y quer¨ªamos dedic¨¢rselo a los aficionados y al presidente Mantovani, que cre¨® un equipo estupendo que se divert¨ªa jugando. Quiz¨¢ no est¨¢bamos en el top europeo, aunque s¨ª ¨¦ramos unos vencedores y sab¨ªamos que pod¨ªamos conseguirlo. Pero no fue as¨ª porque un gran jugador hizo un gol estrepitoso y lo arruin¨® todo.
P. Y eso que usted lo intent¨® de todas las maneras posibles...
R. Es mi car¨¢cter. Quer¨ªa la pelota a mi lado porque deseaba llevar a la victoria al equipo. Y estaba tan bien f¨ªsicamente, tan bien de las piernas, que pod¨ªan salirme cosas que a otros quiz¨¢ no.
P. ?Se trataba de jugar en profundidad para Lombardo y de ah¨ª sacar centros para que Mancini y Vialli hicieran el gol?
R. S¨ª, exacto. Esa era la estrategia que nos permiti¨® jugarle de t¨² a t¨² al Barcelona. Y tuvimos ocasiones, pero se escaparon por alg¨²n que otro cent¨ªmetro.
P. Como aquella de Vialli¡
R. ?Uf! Despu¨¦s de esa ocasi¨®n me convenc¨ª de que tendr¨ªa m¨¢s porque Vialli pod¨ªa fallar una o dos, pero no tres. Luego, entend¨ª que era la ¨²ltima y bas¨¦ la esperanza en llegar a los penaltis porque Pagliuca era un gran protector de la porter¨ªa y seguramente hubi¨¦semos estado en ventaja.
¡°Antes que la t¨¢ctica, Boskov buscaba diversi¨®n¡±
Vujadin Boskov disemin¨® la escuela yugoslava por todo el continente y no fueron pocos los que bebieron de sus fuentes, como Camacho y Del Bosque en el Madrid, donde logr¨® una Liga y dos Copas. Tambi¨¦n triunf¨® en la Samp con otras dos Coppas, una Serie A, una Supercopa italiana y la Recopa del 90, su ¨²nico laurel europeo. Le falt¨® la Copa de Europa, pero en G¨¦nova siempre le demostraron devoci¨®n. "Era el conductor, nos hizo crecer, nos dio un juego, serenidad, convicci¨®n, personalidad...", enumera Lombardo. Y a?ade: "Boskov estaba convencido de que lo m¨¢s importante era que los jugadores se divirtieran en los partidos y en los entrenamientos. No le importaba tanto la t¨¢ctica como el divertimiento de sus jugadores. Uno solo venc¨ªa si se divert¨ªa y para ¨¦l un triunfo sin divertirse era como una derrota".
P. ?Cu¨¢les eran las consignas defensivas?
R. Intensidad y hacer alg¨²n marcaje al hombre como a Stoichkov y Laudrup. Yo, por ejemplo, ten¨ªa que bajar cuando Hristo cog¨ªa el bal¨®n para evitar el uno contra uno con el lateral. Y creo que lo hicimos perfecto.
P. Pasados los a?os, ?que hubiese cambiado del partido?
R. Nada. Realmente nada a parte del resultado.
P. ?Confiaban en ganar?
R. S¨ª, claro. Recuerdo c¨®mo habl¨¢bamos durante la semana los compa?eros y quer¨ªamos tanto el trofeo que nos convencimos de que pod¨ªamos hacerlo.
P. ?Hicieron alguna apuesta en caso de lograrlo?
R. No, eso no. Pero s¨ª que invit¨¦ a un amigo al partido y decidimos que pusiera el resultado en un sobre que abrir¨ªamos por la noche. Acert¨® en el gol de falta y que ser¨ªa en la pr¨®rroga. Pero puso que el gol era para nosotros. Una pena.
P. Lo meti¨® Koeman¡
R. He visto muchas veces esa falta y nunca me ha parecido que lo fuera. En cambio, s¨ª que me hicieron un penalti que se pod¨ªa haber pitado. Es una l¨¢stima porque esas jugadas pudieron haber cambiado la suerte del partido. Y tras su gol, con seis minutos para acabar, no ten¨ªamos tiempo para recuperarnos del golpe. En ese momento, se me inmovilizaron las piernas y el cerebro.
P. ?Pens¨® que Koeman iba a meter la falta?
R. Absolutamente no. S¨ª que ten¨ªa miedo y preocupaci¨®n, pero como no era al borde del ¨¢rea y como cre¨ªamos que no era justa, ten¨ªa que tirarla fuera o Pagliuca pararla. De hecho, creo que nuestro portero tuvo un poco de responsabilidad porque el tiro era lejano y si se hubiese quedado quieto en vez de dar primero un paso a la izquierda, lo hubiese parado c¨®modamente. Adem¨¢s, se sab¨ªa que Koeman chutaba fuerte y no por encima de la barrera.
P. ?Acabada la final, recuerda alguna palabra de consuelo de sus compa?eros o rivales?
R. No recuerdo que nadie me dijera nada especial. Ni siquiera cambi¨¦ la camiseta con ellos. Se acercaban y te daban la mano, pero eso era f¨¢cil para ellos y dif¨ªcil para nosotros. Est¨¢bamos todos tirados por el campo llorando. Yo llor¨¦ mucho despu¨¦s del partido, en el vestuario, en el hotel¡ Estaba destrozado. Tanto, que no dorm¨ª nada esa noche. Ten¨ªa la adrenalina encima y me fue imposible cerrar los ojos.
P. Dicen que se aprende m¨¢s con la derrota. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. Para nada. Para nosotros no fue as¨ª y recuerdo que fue una noche interminable porque todos ten¨ªamos a las familias al completo en Londres. Fue muy dif¨ªcil soportar el dolor de la derrota porque no sab¨ªamos si volver¨ªamos a tener una ocasi¨®n as¨ª en la vida [¨¦l gan¨® en el 95 la Orejona con la Juve]. Luego, poco a poco y con la nueva temporada, uno se obliga a olvidarlo. Pero siempre se me qued¨® en el cerebro esa tarde.
P. Aunque no se olvid¨® a su Sampdoria.
R. Creo que quedamos en la memoria de la gente porque no ¨¦ramos un equipo hecho para ganar la Champions y estuvimos a punto de hacerlo. Nos falt¨® poco. Fue la f¨¢bula de la Sampdoria como el a?o pasado fue la del Leicester. La pena es la ocasi¨®n perdida porque la Samp nunca m¨¢s tuvo un equipo para competir por la Champions.
P. ?Cree, sin embargo, que fue el origen del Barcelona actual?
R. Aunque hay otras caracter¨ªsticas que le distinguen como tener a figuras mundiales y crear una cantera que fabrica jugadores de primer nivel, fue el lanzamiento del club y cambi¨® su destino. Desde el gol de Koeman, el Barcelona comprendi¨® que era un club ganador. Cruyff le dio una impronta en mentalidad y juego a la entidad que ya no ha perdido. Los logros del Bar?a son hijos de la victoria de Cruyff. Deber¨ªan darle las gracias.
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