Hanga y Larkin iluminan al Baskonia ante Gran Canaria
El conjunto vitoriano se adelanta en la serie de 'playoff' de cuartos

Lo que comenz¨® como un festival de los errores concluy¨® en una apoteosis de aciertos. El problema para el Gran Canaria es que se qued¨® atrapado en las sobras del inicio mientras ve¨ªa como Larkin y Hanga iluminaban el pabell¨®n del Baskonia en el ultimo cuarto y daban la victoria (71-59) al equipo vitoriano en el primer envite de los cuartos de final por el titulo de Liga. El partido, oscuro como un oto?o en Noruega tuvo dos soles de medianoche: el primero lo incendi¨® Adam Hanga cuando atrap¨® un rebote defensivo, corri¨® toda la cancha buscando pasillos entre los contrarios y acab¨® con un mate espectacular. El segundo le correspondi¨® a Shane Larkin cuando elev¨® de forma incre¨ªble sus mas de 180 cent¨ªmetros para cazar un alley oop enviado por Laprovittola. Esas dos acciones abarataron much¨ªsimo el precio de la entrada. Casi lo justificaron.?
Antes de que se encendiera el sol, hab¨ªa muchas nubes en el pabell¨®n. El Baskonia y el Granca rivalizaban en desaciertos, erraban tiros sencillos, acumulaban m¨¢s p¨¦rdidas que la Bolsa cuando tose el dinero. Lo ¨²nico bueno para el equipo canario es que consegu¨ªa frenar el ataque baskonista, pero el precio que pagaba era alt¨ªsimo: el coste era no anotar. Siete puntos en el primer cuarto es una cifra impropia de un equipo alegre por definici¨®n. Pero sus tiradores ten¨ªan rota la mu?eca. Salin era una sombra m¨¢s y Kuric, pura intermitencia. El 17-7 del primer cuarto pesaba como una losa aunque Oliver supo suturar los costurones que los errores hab¨ªan hecho en su traje amarillo.?
Las rotaciones fueron continuas, igual que los estados de ¨¢nimo de ambos equipos que volvieron a igualarse en el tercer cuarto antes de que en el ¨²ltimo, el definitivo, el Baskonia encontrase su particular nirvana en las manos y en las piernas de Larkin y Hanga, dos atletas con la potencia de los velocistas y los dedos de un dibujante. Ambos rompieron el traje del Granca dando rienda suelta a su imaginaci¨®n y a su potencia para poner el 1-0 en el playoff
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