Est¨¦ril goleada del Barcelona ante el Eibar en el Camp Nou

El barcelonismo lleg¨® agotado y descre¨ªdo al ¨²ltimo domingo de Liga. Mucho se hab¨ªa recreado durante la semana con Wembley, en alg¨²n momento debi¨® suponer que el M¨¢laga pod¨ªa ser el Tenerife y que Michel ser¨ªa la reencarnaci¨®n de Valdano e invoc¨® tambi¨¦n a Johan Cruyff como si pudiera resucitar en el Camp Nou. Hab¨ªa que repetir la liturgia de los tiempos del Dream Team en el intento para ganar el t¨ªtulo al Madrid. El ritual, sin embargo, no tuvo efecto porque, llegada la hora, no se llen¨® el estadio barcelonista, como si no hubiera fe en el ¨¦xito, se impuso sin dudar el equipo de Zidane y las pas¨® canutas el Bar?a para remontar ante el Eibar. Vieron los azulgrana el trofeo tan lejos que por poco se les olvida ganar por la misma regla de tres que han llegado tarde a muchos encuentros. El partido fue al fin y al cabo un resumen de la Liga.

El?Barcelona?apenas calent¨® y a alg¨²n aficionado le dieron ganas de dar media vuelta nada m¨¢s franquear la puerta de entrada del Camp Nou. A los pocos minutos ya ganaba el Madrid y perd¨ªa el Bar?a. No prendi¨® la mecha de la emoci¨®n en la hinchada ni en el equipo de Luis Enrique. Nadie parec¨ªa preparado para una noche hist¨®rica y las sensaciones no eran buenas desde la ma?ana, como si nadie escuchara la radio ni viera la televisi¨®n ni leyera los diarios que anunciaban una vibrante ¨²ltima jornada de Liga despu¨¦s del boato a Wembley.

El apag¨®n era monumental en el clareado Camp Nou por el gol de Cristiano Ronaldo y por el remate a bote pronto de Inui que petrific¨® a Ter Stegen. No sal¨ªa del fuera de juego el Barcelona, sometido por el buen f¨²tbol del equipo de Mendilibar, que dispuso de salida un equipo raro, sin Pedro Le¨®n ni Adri¨¢n, el hijo de Michel, como si no quisiera llamar la atenci¨®n ni distraer al Camp Nou de la antena puesta en La Rosaleda. El mejor era el joven central Marlon. Los espectadores no sal¨ªan del asombro que provoc¨® el tremendo gol de Inui.

Ansiosos y precipitados

El japon¨¦s remat¨® de manera imparable un centro de Capa. La jugada atont¨® al Bar?a. Ansiosos y precipitados, los azulgrana no afinaban, muy idos y sorprendidos, fuera de onda y de la contienda tan bien planteada por el Eibar. Luis Su¨¢rez fall¨® dos mano a mano que eran gol o gol ante Yoel, Neymar tropezaba y no aparec¨ªa Messi. Muy destemplados, ten¨ªan los azulgrana la cabeza en M¨¢laga, reiterativos en la p¨¦rdida de la pelota, a punto de ser batidos de nuevo por Rub¨¦n Pe?a.

Los armeros jugaron con la intensidad y la concentraci¨®n que se ech¨® en falta en el Barcelona durante muchos minutos

La frialdad barcelonista fue extrema desde que se acab¨® el homenaje a Luis Enrique. Aunque tampoco fue un acto especial ni sentido, se escucharon c¨¢nticos a favor del t¨¦cnico y se desplegaron dos pancartas, una en fondo norte, donde est¨¢ la Grada de Animaci¨®n, y la segunda frente a la tribuna, muy grande y centrada: ¡°Per sempre un dels nostres. foreverlucho¡±. No estaba el entrenador para agasajos cuando quedaba un partido de Liga por jugar y la final de Copa. El asturiano nunca dio una victoria por descontada, y menos contra el Eibar.

Los armeros jugaron con la intensidad y la concentraci¨®n que se echaban en falta en el Barcelona. No despabilaron los barcelonistas despu¨¦s de que el t¨¦cnico sustituyera a Sergi Roberto por Andr¨¦ Gomes. Tampoco variaban las constantes del d¨ªa: volvi¨® a marcar el Madrid y anot¨® el segundo Unai. La punter¨ªa del japon¨¦s contrastaba con la esterilidad azulgrana despu¨¦s que Messi fallara tambi¨¦n ante Yoel una aistencia de Su¨¢rez. El Bar?a solamente entr¨® en el partido con un gol en propia puerta de Junc¨¤.

Tambi¨¦n colabor¨® en la causa barcelonista Hern¨¢ndez Hern¨¢ndez. El colegiado pit¨® dos penaltis muy protestados por el Eibar porque no se advirti¨® falta en la ca¨ªdas de Jordi Alba ni tampoco en la de Neymar. Messi fall¨® el primero y transform¨® el segundo despu¨¦s que en ambos interviniera felinamente Yoel. Qued¨® en medio de los penaltis el gol de rigor de Luis Su¨¢rez, habilitado por Alc¨¢cer, cuya entrada propici¨® que el equipo recuperara el 3-4-3 y pudiera dar la vuelta al marcador, una obligaci¨®n si se tiene en cuenta que en juego estaba la Liga y que el Eibar jugaba con 10 por la expulsi¨®n de Capa.

Messi cerr¨® la noche con un cuarto gol fuera de toda duda, aspirante a la Bota de Oro: 37. La trayectoria del Bar?a se explica precisamente por su comportamiento en las ¨¢reas: ha batido el r¨¦cord goleador, el de los 115 goles en el a?o de Tito Vilanova, situado ahora en 116, y a cambio ha encajado m¨¢s tantos que en las dos temporadas anteriores de Lucho: 37 frente a 29 y 21. La productividad ha sido decreciente: del triplete se pas¨® al doblete y ahora se aspira a ganar solo la Copa. Entregado al tridente, ha perdido demasiado el tiempo, m¨¢s confiado en los goles que en el juego, como se advirti¨® tamb¨¦n ante el Eibar. Ha desatendido partidos sencillos y de nada le han servido victorias rimbombantes en escenarios grandilocuentes como el Bernab¨¦u. No le queda m¨¢s consuelo que el de presumir de haber triunfado en campo del campe¨®n de Liga. El Bar?a gan¨® las mejores batallas y perdi¨® la guerra, o sea, la Liga.