Mourinho salva la temporada para el Manchester United con la Europa League
El equipo ingl¨¦s bate a un Ajax juvenil y organizado pero incapaz de traducir su talento en goles
El Manchester United concluy¨® con ¨¦xito una temporada penosa mediante la conquista de la Europa League en Estocolmo. Aferrado a la ¨²ltima ranura de la pared, el equipo de?Mourinho, sexto clasificado de la Premier, se encaram¨® a la Champions por la v¨ªa auxiliar del segundo torneo continental. Enfrente descubri¨® condiciones favorables. El Ajax, el equipo m¨¢s joven de las competiciones europeas con una media de 22 a?os, no logr¨® responder. A sus jugadores no les falt¨® madurez para nada hasta que debieron dar el pen¨²ltimo toque. La mara?a que encontraron enfrente result¨® impenetrable, bien urdida por Ander Herrera, eje de un grupo generoso en el esfuerzo y excesivamente responsabilizado por?el atentado del lunes en Manchester.
La masacre de la v¨ªspera a?adi¨® presi¨®n al equipo ingl¨¦s. La prensa parec¨ªa empujar a los jugadores a una especie de homenaje forzoso a las v¨ªctimas. La victoria era la ¨²nica alternativa despu¨¦s a?os de tropiezos. M¨¢s de 600 millones de euros en las ¨²ltimas cuatro temporadas ha invertido el Manchester en consolidar un proyecto desde la jubilaci¨®n de Alex Ferguson. Por el camino se agotaron dos entrenadores, Moyes primero y Van Gaal despu¨¦s. Mourinho alcanzaba el punto de ebullici¨®n despu¨¦s de meses de decepciones, litigios de vestuario y ocurrencias. La Europa League se transform¨® poco a poco en una suerte de escapatoria. Paul Pogba comenz¨® a hacerla posible con un gol en el minuto 19. Fue un gol fiero. Un tiro desde fuera del ¨¢rea que peg¨® en un central y confundi¨® al portero. De rebote a la salida de un saque de esquina y a replegar. El estilo de este Manchester reflejado en un segundo.
El Manchester oper¨® como una unidad de demolici¨®n. No es un equipo ordenado con el bal¨®n pero tampoco persigue dar m¨¢s de cuatro pases seguidos. Su mejor virtud es aquello que exhibi¨® en el inicio del partido. Disciplinado para defender posiciones, achicar espacios, armar l¨ªneas y perseguir contrarios, el grupo se desplaza sobre el campo con sentido comunitario. Como la cofrad¨ªa bajo el paso de Semana Santa. A golpe de bast¨®n, rezumando sudor y nervio. M¨¢s o menos as¨ª se ubic¨® el equipo ingl¨¦s en campo rival. Durante los diez minutos iniciales el Ajax no encontr¨® espacios para salir jugando en el bosque de piernas que se form¨® alrededor de su porter¨ªa. Trat¨¢ndose de j¨®venes que reci¨¦n se adentran en el profesionalismo, aquello pudo afectarles. No fue as¨ª. la resistencia de Klaassen, Sch?ne, De Ligt o Davinson S¨¢nchez n o mostr¨® signos de apocamiento.
La pareja de centrales del Ajax merece cap¨ªtulo aparte. De Ligt tiene solo 17 a?os; el colombiano S¨¢nchez, el m¨¢s experto, no pasa de los 20. Ambos hicieron una demostraci¨®n de pulso. Con el apoyo constante de sus compa?eros, en movimiento continuo entre los carriles centrales y exteriores, los defensas fueron encontrando espacios para iniciar las jugadas. S¨¢nchez borde¨® la temeridad. Por momentos, todo el equipo giraba a su alrededor. ?l asumi¨® la responsabilidad con soltura en busca de un receptor libre. Estaban todos marcados y S¨¢nchez avanz¨® conduciendo como quien lleva un se?uelo. Cuando un jugador rival sal¨ªa en su busca, el colombiano met¨ªa el pase al hueco que dejaba a la espalda.
Dolberg se apaga
La tarea result¨® ardua. Sch?ne y Klaassen, los volantes centrales, permanecieron cautivos de las persecuciones de Fellaini y Pogba. Al rescate acudieron Traor¨¦ y Ziyech, trazando diagonales hacia adentro. El efecto de batidora result¨® eficaz. El movimiento y el toque r¨ªtmico, de banda a banda, abri¨® v¨ªas despejadas. Durante un momento el bloque del Manchester se resquebraj¨®. Pero no lo suficiente. Desde las primeras incursiones hacia la porter¨ªa de Romero el equipo m¨¢s tierno puso de manifiesto su inexperiencia en los ¨²ltimos metros. Fue all¨ª, en el dominio de Ander Herrera, donde el Ajax comenz¨® a perder la final. Su figura emergente, el nueve dan¨¦s Kasper Dolberg, apenas pudo descargar balones. Bien atrapado entre el mediocentro y los centrales, el joven de 19 a?os no logr¨® girarse. Mucho menos tirar a puerta.
Amontonado entre su ¨¢rea y el c¨ªrculo central, el Manchester interrumpi¨® las l¨ªneas de abastecimiento con la entrega fervosora de los equipos que se juegan todo en una hora. Mata y Herrera pusieron gotas de criterio en el remolino. En un avance que parec¨ªa inocuo, a la salida de un saque de esquina, Fellaini pas¨® a Pogba, Klaassen le dej¨® un metro para maniobrar en el borde del ¨¢rea, y el franc¨¦s sac¨® la zurda. El rebote en S¨¢nchez fue a gol.
El Ajax no se recuper¨® del palo. Sus largas y trabajadas posesiones se encauzaron hacia el jard¨ªn de Herrera, verdadero n¨²cleo del entramado. Solo Traor¨¦, un extremo con una pinta formidable, dio la impresi¨®n de amenazar a sus oponentes. Convencido en su misi¨®n reactiva, Pogba y sus compa?eros contragolpearon cada vez con m¨¢s margen. A la vuelta del descanso, tras conseguir un c¨®rner, acentuaron su ventaja. Mata lanz¨® desde la esquina, Fellaini hizo su tarea peinando la pelota, y Mkhitaryan lo remach¨® en la cara de Veltman. No hubo r¨¦plica. El Ajax se ahog¨® en su frustraci¨®n.
El pitido final activ¨® la parafernalia de Jos¨¦ Mourinho. El m¨¢nager ganador se revolc¨® en la hierba, se hizo mantear por sus colaboradores, abord¨® al presidente de la UEFA, dio botes con la plantilla y ofreci¨® el trofeo a la hinchada. Redimido en la ¨²ltima noche por la Liga Europa que tanto despreci¨®.
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