El Real Madrid no es humilde

¡°Siempre s¨¦ un poeta. Incluso en prosa¡±. Charles Baudelaire.

Se habr¨¢n visto partidos peores en la historia del f¨²tbol pero una final europea m¨¢s aburrida que la del mi¨¦rcoles en Estocolmo entre el Manchester United y el Ajax de ?msterdam, nunca.

Menos mal que tenemos la ilusi¨®n de saber que hay una final m¨¢s el fin de semana que viene antes del comienzo de la larga traves¨ªa del desierto que nos espera este verano sin f¨²tbol. Despedir la temporada con ese United-Ajax hubiera sido demasiado terrible, como para cuestionar nuestra fe en la religi¨®n favorita de la humanidad y pensar en buscar consuelo en la pol¨ªtica espa?ola o en el islam wahab¨ª de Arabia Saud¨ª.

El partido de Estocolmo fue como el Islandia-Inglaterra en la Eurocopa del a?o pasado, pero sin la emoci¨®n. El United gan¨® interpretando el papel de Islandia: replegado atr¨¢s, asustado de intentar m¨¢s de tres pases seguidos, balones largos en la direcci¨®n general del ¨¢rea rival y a ver si hay suerte en una jugada a bal¨®n parado.

Mourinho, el personaje, no es humilde, pero sus equipos juegan como si lo fueran, con la mentalidad de equipos peque?os.

Que Islandia juegue as¨ª contra Inglaterra, y le gane, tiene su gracia y su l¨®gica. Que el United juegue as¨ª contra el Ajax, un equipo de jovencitos que cost¨® 15 veces menos en fichajes que el del United, resulta curioso. O quiz¨¢ no tanto si uno se fija en la identidad de su entrenador.

Esto fue lo que dijo Jos¨¦ Mourinho al acabar aquel bodrio de partido, el broche final a una temporada en la que el United qued¨® sexto en la liga inglesa tras lograr su r¨¦cord m¨¢s bajo de victorias en 25 a?os: ¡°Creo que la temporada fue realmente buena. Una victoria para los pragm¨¢ticos, una victoria para la gente humilde, gente que respeta a sus rivales, que intenta neutralizar las virtudes de los rivales e intenta sacar provecho de sus debilidades. Se bas¨® en el pragmatismo; no en poetas, sino en gente humilde¡±.

Mejor resumen de la filosof¨ªa del portugu¨¦s, imposible. Mourinho el personaje no es humilde, pero sus equipos juegan como si lo fueran, con la mentalidad de equipos peque?os. Como por ejemplo su Real Madrid cuando se enfrentaba al Barcelona. El United siempre se disputa con el Madrid y el Barcelona el t¨ªtulo de club de f¨²tbol m¨¢s rico del mundo, pero Mourinho considera que lo que le corresponde al legendario equipo ingl¨¦s es jugar vestido de pobre.

Incre¨ªble que los hay quien todav¨ªa piensan que el portugu¨¦s fue el entrenador indicado para el Real Madrid, el club menos humilde del mundo. Bajo el mando de Zinedine Zidane, que como jugador fue un poeta, el Madrid juega como por historia y por naturaleza debe: con la arrogancia sana de un equipo que se sabe grande.

Para el neutral, hubiera sido m¨¢s entretenido observar 22 vacas pastando que la victoria del United contra el Ajax en la final de la Europa League. Para el neutral, la final de la Champions League de este s¨¢bado entre el Real Madrid y la Juventus va a ser un partidazo. El campe¨®n de Italia jugar¨¢ m¨¢s a la defensiva el s¨¢bado que viene que el campe¨®n de Espa?a, pero cuando tenga el bal¨®n lo usar¨¢ con talento y criterio. Ser¨¢ fascinante ver si el Madrid, con su infinidad de recursos y registros, es capaz de abrir grietas en el muro italiano y derrumbarlo.

Promete ser menos fascinante el espect¨¢culo que nos ofrecer¨¢n los cinco equipos ingleses en la Champions la temporada que viene. Cuesta creer que podr¨¢n vencer a los que la prensa inglesa llama, con correcta humildad en este caso, ¡°los grandes¡± de Europa. Pero cuatro de ellos ¡ªel Chelsea, el Tottenham, el Manchester City y el Liverpool¡ª tienen entrenadores osados cuyos jugadores har¨¢n lo posible para jugar de t¨² a t¨² contra el Real Madrid, la Juventus, el Bayern Munich y el Barcelona. El quinto, el que se col¨® en la fiesta tras ganar la Europa League, ya sabemos c¨®mo jugar¨¢. Con peque?ez, con temor, con la consigna de impedir que el rival juegue. ?Poes¨ªa? ?Al caralho!

Salvo para los aficionados del equipo perdedor, y quiz¨¢ para los del Barcelona, la final de la Champions del s¨¢bado ser¨¢ como agua bendita para los futboleros de Europa. Nos ayudar¨¢ a borrar el recuerdo de la final de la Europa League y a soportar mejor la sequ¨ªa veraniega. Porque si el f¨²tbol que practica el Manchester United de Mourinho fuese no una aberraci¨®n, sino la norma, nos morir¨ªamos de sed.