Un soberbio Arsenal doblega al Chelsea en la final de Copa

El Arsenal gan¨® con justicia la final de la Copa de Inglaterra. Domin¨® al Chelsea con tanta claridad que expuso las contradicciones que encierra el juego. El Chelsea es el campe¨®n de la Premier, su entrenador, Antonio Conte, es el hombre de moda en la prensa especializada brit¨¢nica, Eden Hazard goza de un prestigio desbordante en estos d¨ªas y Kant¨¦ ha sido elegido el mejor jugador de la temporada. Sin embargo, se impuso la oposici¨®n. El viejo Wenger con su viejo estilo menospreciado, Aaron Ramsey, que no es el m¨¢s valorado de los futbolistas galeses, y el tantas veces sombr¨ªo Mesut ?zil, esplendoroso durante toda la tarde en Wembley. El mediapunta alem¨¢n envolvi¨® al Chelsea en una red de toques.

No hay velada futbol¨ªstica m¨¢s idiosincr¨¢tica que la final de la FA Cup. El acontecimiento propici¨® estampas contrastadas como el apret¨®n de manos entre Diego Costa y el duque de Edimburgo, la multitud entonando a coro el sobrecogedor himno del torneo, Abide With Me, o la banda del Cuerpo Real de Log¨ªstica calentando a todo pulm¨®n la secci¨®n de vientos. El clima festivo se impregn¨® de solemnidad con el homenaje a las v¨ªctimas del atentado de Manchester y la cerveza aplac¨® el calor de las hinchadas en la tarde insospechadamente t¨®rrida: 28?C en Londres. Fue la final m¨¢s calurosa de las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas.

Se enfrentaron dos esquemas iguales y dos intenciones distintas. El Chelsea y el Arsenal han dado que hablar en Inglaterra por el cambio de dibujo t¨¢ctico. Conte y Wenger apostaron hace meses por el 3-4-3, en una tendencia que parece replicarse. Pero lo esencial es m¨¢s dif¨ªcil de apreciar. El Chelsea emplea esa organizaci¨®n para afirmarse en defensa: sus carrileros, Moses y Alonso, apenas se asociaron a sus compa?eros con el bal¨®n. El Arsenal utiliza el 3-4-3 con m¨¢s sentido creativo: Bellerin y Oxlade-Chamberlain se proyectan en un orden previsto para dominar el juego a trav¨¦s de transiciones sofisticadas. Este refinamiento consiste en iniciar las jugadas hilando pases entre la defensa y la delantera, conectando a todos los eslabones en todos los carriles y en todos los planos del campo en un circuito en el que ?zil, Ramsey y Alexis S¨¢nchez se integran con continuidad. El resultado es armonioso. En Wembley, adem¨¢s, fue eficaz. R¨¢pidamente.

El Chelsea hab¨ªa retrocedido sobre su ¨¢rea cuando Ramsey tir¨® una pared con Alexis, hubo un rebote, el chileno se llev¨® el bal¨®n y acab¨® metiendo el 1-0 ante la perplejidad de la defensa rival. David Luiz pidi¨® fuera de juego de Ramsey. El ¨¢rbitro, tras consultar con el l¨ªnea, entendi¨® que la posici¨®n del gal¨¦s no ten¨ªa por qu¨¦ molestar a Courtois.

El Chelsea permaneci¨® abatido durante una hora. Solo respondi¨® con m¨¢s de lo mismo: balones largos a Costa, cambios de orientaci¨®n para la llegada de los carrileros, y tiros desde fuera del ¨¢rea. Hazard se extravi¨®.

Dirigido por un ?zil omnipresente, el Arsenal dispuso de tres ocasiones n¨ªtidas para finiquitar el duelo. Cahill sac¨® dos pelotas en la raya de gol, Welbeck estrell¨® un cabezazo en el poste; Xhaka oblig¨® a Courtois a estirarse; y ?zil volvi¨® a sacudir el palo con el portero y la defensa vencidos. El Chelsea las ve¨ªa venir cuando Costa, en la otra porter¨ªa, marc¨® el empate llev¨¢ndose con maestr¨ªa un centro de Willian.

El contragolpe no se hizo esperar. Al gol de Costa en el minuto 77 respondi¨® Ramsey en el 79 culminando una jugada de Alexis y Giroud. Sin Moses desde el minuto 68 ¡ªexpulsado por fingir un penalti¡ª los empellones del Chelsea tuvieron la virtud de los resistentes. Result¨® conmovedor. Pero por coherencia con la pelota, el Arsenal del viejo Wenger mereci¨® la m¨¢s vieja de las Copas.