Cibeles celebra la 12? Champions del Real Madrid
Los aficionados del Madrid llenan el Bernab¨¦u durante la final y despu¨¦s la plaza habitual de las celebraciones
En cuanto el ¨¢rbitro pit¨® el final del encuentro, la plaza de la Cibeles comenz¨® a llenarse de madridistas. Lo holgado del resultado permiti¨® que los aficionados no esperasen hasta el ¨²ltimo minuto y se lanzasen a festejar de inmediato. Alrededor de 500 agentes de polic¨ªa velaban por la seguridad en el habitual escenario de las celebraciones blancas, preparado con las vallas y andamios habituales.
Esta vez, a diferencia de otras ocasiones, el equipo no lleg¨® a Madrid en la misma noche del partido. Los fastos se reservan para este domingo, con las visitas institucionales a la Comunidad y Ayuntamiento y la fiesta posterior en Cibeles y el Bernab¨¦u.
El coliseo madridista pr¨¢cticamente se llen¨® durante el partido, que era retransmitido por ocho pantallas gigantes colocadas sobre el terreno de juego. ?M¨¢s de 70.000 seguidores siguieron en directo la final del Real Madrid contra la Juventus en el estadio de Cardiff (Gales). Ocho grandes pantallas colocadas en el centro de estadio Santiago Bernab¨¦u sirvieron para ver al detalle el minuto a minuto del encuentro.
Los alrededores del estadio estuvieron llenos de aficionados vestidos con camisetas blancas desde primera hora de la tarde. Un fuerte dispositivo de seguridad, con decenas de polic¨ªas antidisturbios y furgonetas colocadas de forma estrat¨¦gica, rodeaba el estadio. Los madridistas aprovechaban para tomar cervezas y calentar el ambiente. "A por la duod¨¦cima. Est¨¢ muy dif¨ªcil pero el Madrid est¨¢ en racha. Cristiano tiene que hacerlo como en los ¨²ltimos partidos", aseguraba Jos¨¦ Mar¨ªa, que hab¨ªa venido junto con otros amigos desde Getafe para ver el encuentro. "Con un dos a uno me conformaba", a?ad¨ªa.?
El encuentro tambi¨¦n era aprovechado por los reventas que ofrec¨ªan entradas a los rezagados que no la hab¨ªan comprado en la p¨¢gina web del Real Madrid. Las hab¨ªa desde 20 euros, seg¨²n el lugar del estadio en el que se encontraba. Mientras llegaban los ¨²ltimos aficionados, los operarios de limpieza se afanaban en dejar limpias las calles aleda?as del estadio, que quedaron regadas por botellas, bolsas y vasos.
La primera vez que el estadio se vino abajo fue con el gol de Cristiano Ronaldo que inauguraba el marcador en el minuto 19. A partir de ah¨ª, los aficionados no pararon de cantar "?c¨®mo no te voy a querer?, al ver que se aproximaba la llegada de la 12? copa de la Champions a las vitrinas del estadio. Ese clamor se transform¨® en pitos cuando la Juventus empat¨® siete minutos despu¨¦s.
En el descanso, los comentaristas pidieron a los seguidores que animaran al Real Madrid, ya que se jugaban mucho. No fue necesario. El golazo de Casemiro hizo que los decibelios subieran durante varios minutos el Bernab¨¦u. Lo justo para unir los c¨¢nticos y los v¨ªtores con el tercer gol, el que puso en el marcador Cristiano Ronaldo. Los seguidores no dejaron de hacer la ola durante minutos y tambi¨¦n tuvieron alg¨²n recuerdo para el eterno enemigo. "Piqu¨¦, cabr¨®n, saluda al campe¨®n".
La segunda parte ha sido la del furor de los aficionados. Cada vez que ha salido un jugador de los morados, el estadio se ha venido abajo. Cuando el ¨¢rbitro ha pitado el final del partido y Cristiano Ronaldo se ha tirado al c¨¦sped de Cardiff, los miles de seguidores se han levantado de sus asientos y no han parado de cantar y de hacer sonar las trompetas que algunos llevaban. "Campeones, campeones, oe, oe, oe", ha coreado en un grito cerrado toda la afici¨®n.?
A las once de la noche, cuando el capit¨¢n Sergio Ramos recib¨ªa la copa, la 12?, los focos del estadio se apagaron y muchos seguidores encendieron las luces de sus tel¨¦fonos m¨®viles a modo de mecheros. No dejaron de cantar "campeones, campeones". Con la m¨²sica de "We are the champions" como banda sonora salieron desde el escenario miles de cintas de colores plateadas y azules. Nadie se movi¨® de sus asientos, muchos aprovechaban para hacerse fotos con sus m¨®viles o inmortalizarlo en v¨ªdeos que circulaban por las redes en cuesti¨®n de segundos.?
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