Cristiano y Portugal desinflan a Rusia
Un cabezazo del delantero del Madrid define un duelo en el que el conjunto de Fernando Santos demostr¨® su faceta m¨¢s ordenada
Cristiano Ronaldo marc¨® su primer gol en la Copa Confederaciones con un remate de cabeza seco, colocado, y que no necesit¨® que despegase los pies del c¨¦sped. Esta ejecuci¨®n, limpia y cuasi quir¨²rgica, otorg¨® la victoria a una Portugal camale¨®nica, que demostr¨® una segunda piel ante Rusia, resistente e incisiva, eficaz a fin de cuentas. Tiene fama su seleccionador, Fernando Santos, de defensivo, condici¨®n que este nunca ha negado ¡ª¡°Qu¨¦ me importa que lo piensen si nos sirve para ganar¡±, reconoci¨® recientemente en una entrevista¡ª, pero hay enormes matices en esa denominaci¨®n cargada habitualmente de grandes dosis de mala baba.
El t¨¦cnico cambi¨® el dibujo de su equipo respecto al que empat¨® con M¨¦xico en el primer partido, pues lo adecu¨® a una variante algo m¨¢s defensiva. Sin embargo, logr¨® el efecto contrario. Mucho m¨¢s s¨®lida en el centro del campo, la campeona de Europa pas¨® a dominar la pelota merced a la seguridad que aportaron tanto Adrien Silva como William Carvalho, y gan¨® en salida hacia arriba con la presencia de Bernardo Silva en una especie de falso tri¨¢ngulo. El ¨²ltimo fichaje del Manchester City, zurdo a conciencia, se coloc¨® en el costado derecho con la ¨²nica intenci¨®n de utilizar ese espacio en situaciones sin bal¨®n. Con ¨¦l pegado a las botas lo dirigi¨® de un lado a otro, dando una amplitud al juego en la que Shishkin y Glushakov desaparecieron.
Poco importaba que la superioridad num¨¦rica de una Rusia con cinco defensas y tres centrocampistas rellenase la escena de camisetas rojas. El efecto ¨®ptico no se qued¨® m¨¢s que en eso, en una nube muy colorida que no cubr¨ªa el espacio necesario.
Cristiano, de nuevo en punta, estuvo acompa?ado por Andr¨¦ Silva, y se dedic¨® construir pasillos por los que recibir el bal¨®n lejos de su marca. A diferencia del partido ante M¨¦xico no era solo una v¨ªa de escape, sino una maniobra que permiti¨® a los jugadores de segunda l¨ªnea sumarse al ataque. La amplitud llegada por banda de los laterales estir¨® todav¨ªa m¨¢s el campo, y gener¨® la ocasi¨®n del gol de Cristiano. Guerreiro coloc¨® la pelota en la cabeza del delantero del Madrid, que super¨® con enorme tranquilidad a Akinfeev.
Entendi¨® tras el descanso Rusia, que de nada le serv¨ªa una configuraci¨®n semejante si no era capaz de cortar el flujo de circulaci¨®n en el centro del campo. Sacrific¨® Cherch¨¦sov un defensa por un centrocampista y el partido se volvi¨® mucho m¨¢s inestable. Portugal empez¨® a tener problemas para cubrir el espacio y Rusia, aunque sin demasiado colmillo, se volvi¨® m¨¢s presente en el ¨¢rea de Rui Patr¨ªcio. Smolov tuvo dos ocasiones claras, por alto y por bajo, que desperdici¨® pero que evidenciaron alguna de las debilidades de Portugal.
Ese paso adelante de Rusia supuso que Portugal tuviera que retrasar la posici¨®n de Andr¨¦ Gomes, que se dedic¨® a cubrir cualquier espacio al descubierto, lo que deshilacho algo la conexi¨®n con el ataque portugu¨¦s. Cristiano sigui¨® tirando desmarques, pero el efecto ya no era el mismo. Aunque ¨¦l y Andr¨¦ Silva pudieron aumentar la ventaja en el marcador con sendos cabezazos, ninguno comprometi¨® a Akinfeyev. S¨ª lo hizo C¨¦dric por medio de un disparo muy potente desde fuera del ¨¢rea al que respondi¨® con una buena estirada el portero del CSKA.
Con m¨¢s voluntad que acierto Rusia continu¨® empujando hacia atr¨¢s a Portugal, aunque el conjunto de Fernando Santos demostr¨® en esta ocasi¨®n una vertiente sufridora bien enhebrada. Y ese es un gran motivo para sacar pecho.
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