Aquel duelo entre Anquetil y Bahamontes
El Tour de 1963 estaba pensado para el franc¨¦s, pero el toledano se empe?¨® en lo contrario
El Tour de 1963 era el del Cincuentenario y estaba trazado para Anquetil: 69 kil¨®metros de contrarreloj individual y 21,5 por equipos; seis etapas de alta monta?a, pero ninguna llegada en alto, ni cronoescalada.
Anquetil era el fen¨®meno de la ¨¦poca. Llevaba ganados tres Tours, hab¨ªa batido el r¨¦cord de la hora, ten¨ªa un Giro, una Vuelta y decenas de victorias m¨¢s. Intratable contrarreloj (Monsieur Crono, le llamaban), pasaba muy bien la alta monta?a, pod¨ªa ganar el sprint en peque?os grupos de escapados, era inteligente y pr¨¢ctico, ten¨ªa buen equipo, el Saint Raph?el, con un gran director, Raphael Geminiani. Y la organizaci¨®n de su lado.
As¨ª que todo estaba pensado para que el 14 de julio, Fiesta Nacional de Francia, se coronara en Par¨ªs como ganador del Tour del Cincuentenario. Ser¨ªa el primero en ganar cuatro veces la gran ronda.
Pero Bahamontes se empe?¨® en lo contrario. Enrolado en un equipo franc¨¦s, el Margnat Paloma, estaba en la frontera de los 35 a?os. Hab¨ªa ganado el Tour de 1959, pero ya s¨®lo se pensaba en ¨¦l como implacable escalador. Demasiado irregular, demasiadas decisiones raras. As¨ª se le ve¨ªa.
El recorrido arranca de Par¨ªs, entra en B¨¦lgica, luego recorre el Norte, baja por la costa atl¨¢ntica hasta los Pirineos, de ah¨ª a los Alpes y subida hasta Par¨ªs. Se supon¨ªa que tras ocho etapas llanas Bahamontes ya estar¨ªa descartado al llegar la monta?a.
Pero lleg¨® a los Pirineos a s¨®lo 1m 19s de Anquetil, y por la contrarreloj. Ya avis¨® en la primera etapa, al escaparse con otros tres, lo que le permiti¨® empezar el Tour como cuarto. Luego pas¨® bien el pav¨¦s belga, atento, arriba, sin sus legendarios despistes. Se defendi¨® en la contrarreloj. No bajar¨ªa del duod¨¦cimo puesto, al que le releg¨® una ¡°escapada-bid¨®n¡± que meti¨® a Desmets como l¨ªder durante muchas etapas.
Al llegar a los Pirineos, Anquetil estaba preocupado. Bahamontes solo hab¨ªa perdido 1m 19s
Al llegar a los Pirineos, Anquetil est¨¢ preocupado: ¡°Si no hemos podido retrasar a Bahamontes en el llano, ?c¨®mo vamos a hacerlo en su terreno?¡±. Lo habitual hab¨ªa sido verle llegar a la monta?a con media hora perdida, y luego avanzar hacia la cabeza a grandes saltos. Nos emocionaba eso.
Pero la carta de los descensos le mat¨®. En Espa?a se siguieron las etapas por televisi¨®n y nos com¨ªamos los pu?os. Escapado toda la etapa, s¨®lo o en compa?¨ªa de otros, pasaba primero los puertos, pero en los descensos le alcanzaban. Ya el primer d¨ªa, en una maniobra final, Anquetil le gan¨® 10 segundos en la meta, m¨¢s el minuto de bonificaci¨®n. M¨¢s desesperante es el siguiente d¨ªa, cuando en el ¨²ltimo descenso, bajo una granizada, se deja rebasar por sus primeros perseguidores (escapados sin peso en la general, a los que ¨¦l captur¨® y rebas¨®), no les sigue, y acaba entrando en el paquete de Anquetil. El tercer d¨ªa, media etapa en cabeza, pasa solo el Portet d¡¯Aspet, pero quedan 100 kil¨®metros. Por supuesto, es alcanzado.
En el tr¨¢nsito a los Alpes, Anquetil a¨²n le gana 30s, bonificando en una etapa que gana Van Looy, ¨¦l es segundo y el toledano tercero. Total que hab¨ªa entrado en los Pirineos a 1m 19s de Anquetil y llegaba a los Alpes a 2m 49s. Y al salir de estos quedar¨¢ la contrarreloj grande. De eso se habla el 6 de julio, el d¨ªa de descanso. El toledano deber¨ªa salir de los Alpes con al menos cuatro minutos de ventaja sobre el franc¨¦s, como colch¨®n. ?Es posible? Nadie lo cree.
Pero¡ entre Sain Etienne y Grenoble, pasando el Grand Bous y el Porte, nueva cabalgada, esta vez baja como un loco, gana en Grenoble y se coloca segundo, con 3s de ventaja sobre Anquetil. Delante sigue Desmet, que a¨²n administra su ¨²ltima ventaja de la ya lejana escapada-bid¨®n. Hasta ah¨ª. El d¨ªa siguiente, entre Grenoble y Val d¡¯Isere, con la Croix de Fer y el Iseran, gana Manzaneque. Bahamontes entra con Anquetil (de nuevo el descenso¡) y coge el maillot amarillo. Es 9 de julio, d¨ªa de su 35 cumplea?os. Tiene a Anquetil pegado, a 3s, pero la noticia de su maillot es sensacional. Insistiendo los ha ido derrumbando a todos menos a Anquetil. ?Podr¨¢ ser el d¨ªa siguiente? Lo del d¨ªa siguiente es Val d¡¯Isere-Chamonix, 227,5 kil¨®metros, con el Peque?o San Bernardo, el Gran San Bernardo, La Forclaz y el Montet. Los dos de en medio son tremendos, sobre todo el segundo, con sus rampas de grava suelta, desmenuzada por las nevadas.
En toda la prueba no hubo ni una llegada en alto ni una cronoescalada
De esa etapa se hablar¨¢ durante a?os.
Bahamontes sale a por una escapada larga. Se coment¨® que fue un error, que debi¨® guardar el estoque para La Forclaz. Bajando el Gran San Bernardo pierde la ventaja, su esfuerzo es bald¨ªo. Llega a la base del puerto con Anquetil y algunos m¨¢s, que pronto se quedar¨¢n.
Geminiani, que no daba puntada sin hilo, ha preparado una supercher¨ªa. No se pod¨ªa cambiar de bici sin aver¨ªa. Llegando a la base de La Forclaz, acerca su coche a Anquetil. El mec¨¢nico se cuelga de la ventanilla, hace como que inspecciona el cambio y con unas tenacillas, ?clic!, corta el cable.
¡ª¡°Mierda, aver¨ªa. ?Hay que cambiar la bici!¡±.
Y le dan otra m¨¢s ligera, preparada al efecto, con 46-26 de desarrollo.
La subida es infernal. Bahamontes le da con todo, pero Anquetil resiste. Un par de veces incluso se intenta demarrar. La lucha es tit¨¢nica. Sobre la cinta descarnada se ven una y otra vez los arreones bruscos del toledano, la recuperaci¨®n terca de Anquetil, metro a metro. Una, dos, tres, diez, veinte veces¡ Bahamontes corona con s¨®lo 12 segundos sobre Anquetil al que arriba, una vez reparada ¡°la aver¨ªa¡±, le dan la primera bici, m¨¢s pesada, mejor para la bajada y el sprint. Llegan juntos, Bahamontes lanza el sprint, pero en la ¨²ltima curva Anquetil toma el rebufo oportuno de una moto y se lleva la etapa.
Ha sido un etap¨®n. Dos h¨¦roes. Raoul R¨¦my, el director de equipo del Margnat Paloma, presenta una reclamaci¨®n por la granujada de Geminiani, pero se la tiran a la papelera.
Anquetil ya tiene el Tour en el bolsillo. Ganar¨¢ la contrarreloj, en la que Bahamontes ser¨¢ tercero. Acaba el Tour segundo. P¨¦rez Franc¨¦s ser¨¢ tercero. Las ovaciones a Bahamontes en el Parque de los Pr¨ªncipes igualan a las del franc¨¦s. Su lucha salv¨® un Tour que sin ¨¦l no hubiera tenido argumento.
Y en Espa?a nos quejamos: ninguna llegada en alto, ni cronoescalada¡
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