Davidovich, el ¡®vikingo¡¯ que pide paso

En la arteria principal de Wimbledon, la que cruza transversalmente el club de un lado a otro, se o¨ªan hace unos d¨ªas unos gritos: ¡°?David! ?David! ?David!¡±. Entre la marabunta de personas que deambulaban por ah¨ª, una de ellas se detiene. Cuando recibe un toque por detr¨¢s, se descuelga un raquetero del hombro y corrige a un periodista espa?ol al que le pod¨ªan las prisas: ¡°No soy David, soy Alejandro, Alejandro Davidovich. Cu¨¦ntame¡±. El chico, de buena planta (alrededor de 1,85), hablaba con un pronunciado acento andaluz, aunque su aspecto hace que se le confunda con un vikingo island¨¦s. Sin embargo, es de M¨¢laga, naci¨® hace 18 a?os y por sus venas fluye sangre rusa.

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Ahora, adem¨¢s, es campe¨®n j¨²nior de Wimbledon, algo que no lograba un tenista espa?ol desde 1967. Entonces triunf¨® Manuel Orantes en el All England Tennis Club y este fin de semana lo hizo Alejandro, que super¨® en la final al argentino Axel Geller y de momento quiere ir paso a paso, aunque ambiciona llegar muy lejos. ¡°Mi objetivo el d¨ªa de ma?ana es estar entre los m¨¢s top, en el top-10 m¨ªnimo¡±, indicaba antes de alcanzar el ¨¦xito, ¡°pero en realidad hay que ir d¨ªa a d¨ªa, porque puedes tener una lesi¨®n o cualquier cosa, y si te lo crees demasiado puede ser malo¡±.

Davidovich comenz¨® a practicar con la raqueta cuando ten¨ªa tres a?os, peloteando contra una pared de un front¨®n de su pueblo, Cala de Moral. Habla ingl¨¦s y entiende algo de ruso, y se ejercita diariamente bajo la tutela de Jorge Aguirre en la Just Tennis Academy de Marbella. Es hijo de Eduardo y Tatiana, ambos rusos; jubilado el primero, en sus a?os j¨®venes boxeador, y administrativa la madre. Pero a pesar de su ascendencia, Alejandro lo tiene muy claro. ¡°Me siento m¨¢s espa?ol que¡­ Soy muy espa?ol y mi sue?o es jugar la Copa Davis con Espa?a¡±, dec¨ªa despu¨¦s de conseguir el decimotercer Grand Slam en categor¨ªa j¨²nior para el tenis nacional. Paula Badosa (Roland Garros 2015) hab¨ªa alzado hasta ahora el ¨²ltimo.

¡°Antes ten¨ªa m¨¢s altibajos de un torneo a otro, ganaba uno y perd¨ªa en los siguientes...¡±, contaba en Londres, ¡°pero ahora estoy creyendo m¨¢s en que puedo hacer grandes cosas. Eso s¨ª, no esperaba que esta primera gran victoria fuera en Wimbledon. El ta?o pasado tambi¨¦n vine aqu¨ª y vi c¨®mo funcionaba un grande; si no me ca¨ª 20 veces en la hierba no me ca¨ª ninguna¡­ Este a?o, sin embargo, cada d¨ªa ha sido como cumplir un sue?o¡±.

Entrenar, comer y dormir; nada excepcional

El caso es que antes de aterrizar en esta edici¨®n Davidovich (Fokina es su segundo apellido) solo hab¨ªa jugado un partido en hierba, el que perdi¨® el curso anterior, y solo hab¨ªa entrenado un par de d¨ªas sobre el tapiz verde. En esta ocasi¨®n consigui¨® enlazar seis triunfos consecutivos y conquist¨® Wimbledon, gan¨¢ndose el derecho a estar en la cena de gala dedicada a los campeones junto a Garbi?e Muguruza y Roger Federer. ¡°A Roger hay que verle siempre, pero yo me reflejo mucho en el juego de Djokovic¡±, explic¨®.

¡°En mi tiempo libre no suelo hacer nada especial¡±, admit¨ªa; ¡°llego muy tarde de entrenar, as¨ª que lo ¨²nico que quiero es comer y dormir. Soy un fan¨¢tico del deporte, del f¨²tbol, y apoyo a Espa?a siempre. El t¨ªtulo brit¨¢nico le ha permitido saltar del puesto 637 al 556 del ranking. Fue campe¨®n nacional sub-12, sub-15 y sub-18, y tras el segundo de estos triunfos recibi¨® de manos de Rafael Nadal una Play Station. Al balear se le resisti¨® el Wimbledon de los j¨®venes: fue semifinalista en 2002. Ahora, Alejandro pide paso y observa con decisi¨®n el futuro.