Nos ense?asteis a competir
Los Juegos de Barcelona 92 rompieron moldes y cambiaron la percepci¨®n que ten¨ªamos en Espa?a sobre el deporte
En las ¨²ltimas fechas est¨¢n siendo muchas las miradas, las reflexiones y los recuerdos que han aflorado con motivo del 25 aniversario de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona 92, cruciales para el deporte y tambi¨¦n para nuestro pa¨ªs, que vivi¨® unido y con orgullo aquel acontecimiento.
Todos nos esmeramos en rememorar ese verano donde, todav¨ªa sin internet y sin m¨®viles, seguimos la impresionante inauguraci¨®n y cada d¨ªa de competici¨®n. Por aquel entonces mi afici¨®n al atletismo era enorme ¨Clo sigue siendo-, aunque ya hab¨ªa aparcado mi sue?o de ser campeona ol¨ªmpica de los 1.500 metros. Pero la vida te compensa de formas extra?as y pude disfrutar de uno de los momentos m¨¢s incre¨ªbles que ha dejado la historia del deporte espa?ol. Todos esprintamos junto al gran Ferm¨ªn Cacho y seguimos con la mirada su cadena de oro volando de lado a lado en su cuello en busca de la medalla. Es algo que se me ha quedado grabado a fuego en la mente.
En 1992 llevaba tres a?itos jugando al baloncesto y ya ten¨ªa mis ¨ªdolos. La mayor¨ªa formaba parte del ¡®Dream Team¡¯, pero hab¨ªa otro jugador que, literalmente, me quitaba el sue?o: Drazen Petrovic. Me queda una pregunta que nunca tendr¨¢ respuesta y es qu¨¦ habr¨ªa pasado en esos Juegos de Barcelona si la antigua Yugoslavia hubiera jugado como un ¨²nico equipo frente a EEUU.
Los Juegos de Barcelona 92 rompieron moldes y cambiaron la percepci¨®n que ten¨ªamos en Espa?a sobre el deporte. Todo empez¨® cuando se instaur¨® el plan ADO en 1988 con el objetivo de brindar a los deportistas espa?oles de ¨¦lite los medios y recursos necesarios para explotar su talento y lograr un buen resultado. Hasta Se¨²l 1988 (16 Juegos de verano y 12 de invierno) la suma de medallas era de 27, de las cuales s¨®lo 6 eran de oro. A partir de 1992, los logros se han cuatriplicado en cuanto al n¨²mero de medallas (123 en total con 39 de oro) en tan s¨®lo 14 ediciones (hasta R¨ªo de Janeiro 2016 son 7 de verano y 7 de invierno). Adem¨¢s no olvidemos las numerosas medallas en campeonatos mundiales y europeos.
El 92 fue tambi¨¦n el impulso definitivo para el deporte femenino, con el baloncesto como s¨ªmbolo. Hasta entonces nunca hab¨ªamos estado en unos Juegos y en aquellos participamos como pa¨ªs anfitri¨®n. El quinto puesto final fue de oro porque, quiz¨¢s muchas jugadoras j¨®venes ahora mismo no lo sepan, pero entonces estaban muy encima potencias como China, Brasil, la URSS (Equipo Unificado), que gan¨® el oro, y Estados Unidos, que desde entonces no ha vuelto a perder en unos Juegos.
Aquel quinto puesto de Barcelona 92 fue el primer escal¨®n que nos permiti¨® llegar el verano pasado a R¨ªo 2016 para encaramarnos al podio con la plata ol¨ªmpica al cuello. Las cosas bien hechas llevan su tiempo y tanto en el baloncesto como en otras disciplinas femeninas est¨¢ la prueba. En Londres ya se produjo la confirmaci¨®n de que en Espa?a deb¨ªamos de dejar de tratar al deporte femenino como algo minoritario. Veinte a?os despu¨¦s de aquel 92, Espa?a ganaba 17 metales y 11 de ellos estaban colgados al cuello de nuestras f¨¦minas. La lectura es sencilla. La mujer sac¨® la cabeza en unos Juegos a los que sin duda llegamos lastrados por la crisis econ¨®mica y los recortes que llegaron, y de qu¨¦ manera, al deporte. Por desgracia el deporte femenino siempre ha tenido menos recursos as¨ª que se adapt¨® mucho mejor a esa crisis, a esa falta de recursos porque no tuvo que variar mucho sus pautas, sus rutinas y los resultados no se vieron tan afectados.
Al margen de los recursos, vitales para todas, es verdad que cada d¨ªa hay m¨¢s notoriedad y m¨¢s repercusi¨®n. Se hace m¨¢s caso a las chicas, pero no creo que sea el suficiente. Quiz¨¢s en un deporte individual es m¨¢s sencillo alcanzar esa notoriedad ¨Caunque suele ser injustamente ef¨ªmera-, pero si se logra un ¨¦xito pero en un deporte de equipo es m¨¢s complicado. Para que se me entienda pongo un ejemplo. Cualquier jugador de la selecci¨®n masculina de baloncesto es individualmente reconocido incluso por quien no sigue habitualmente las competiciones, pero encontrar una repercusi¨®n similar en la selecci¨®n femenina es muy complicado y eso pese a que en los ¨²ltimos cinco a?os van de exitazo en exitazo.
Todav¨ªa tenemos trecho por recorrer pero vamos por el buen camino gracias a aquella puerta que nos abrieron grand¨ªsimas deportistas como Miriam Blasco, Theresa Zabell, el equipo ol¨ªmpico de hockey y muchas m¨¢s. En aquel Barcelona 92 conocimos sus caras, supimos de sus historias personales y para muchas se convirtieron en un modelo a seguir independientemente de la modalidad deportiva y es que tener una referencia cercana y fijarte en ella ayuda a cumplir sue?os. Gracias porque nos ense?asteis a ganar pero, sobre todo, a competir.
Aquello fue Barcelona 92. Un sue?o que un pa¨ªs entero vio hecho realidad y que 25 a?os despu¨¦s seguimos recordando con mucho cari?o porque sigue presente en nuestro deporte y porque para muchos supuso un cambio en nuestra vida. Al final va a ser que los espa?oles no somos tan desastre como muchas veces creemos ser, ?no?
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