Beitia y Mechaal salen felices de su primera prueba
Los dos puntales del equipo espa?ol que pasaron un verano de dudas y aflicci¨®n superan la primera criba en altura y 1.500m
Sali¨® el sol en Londres y una imitaci¨®n de primavera llev¨® al Estadio m¨¢s chill¨®n consuelo para los afligidos, esperanza para su dolor. Con la alegr¨ªa de dos de sus puntales, el atletismo espa?ol alica¨ªdo recuper¨® la autoestima. Ruth Beitia padeci¨® como una principiante una calificaci¨®n que super¨® por los pelos y acab¨® dando saltos de gozo y felicidad. ¡°Estoy en la final, estoy en la final¡±, grit¨® la campeona ol¨ªmpica a quien quisiera y a quien no quisiera escucharla. Era una noticia necesaria, precedida de dos tropezones y un ufff gigantesco de alivio. Si la vida atl¨¦tica de Beitia es un camino de emociones, la de Adel Mechaal, a¨²n corta, marcha por una ruta similar, pero m¨¢s sentimental, menos cursi. La de Mechaal, que cerr¨® su a?o de dudas y sospechas con una clasificaci¨®n controlada para semifinales de los 1.500m. ¡°Despu¨¦s de que el TAS decidiera que yo no hab¨ªa roto las normas antidopaje, tard¨¦ cuatro d¨ªas en decidirme a volver a entrenar porque me temblaban las piernas¡±, dice. ¡°Hab¨ªa pasado meses sin ver a mis padres y a mis hermanos, volv¨ª a verlo y volv¨ª a correr¡±.
En su peor a?o, tras el verano ya etiquetado como el de las dudas, la campeona ol¨ªmpica de R¨ªo, de 38 a?os, se clasific¨® para la s¨¦ptima final de los ocho Mundiales que ha disputado con un salto de ,192m pasado a la tercera. ¡°Lo m¨¢s importante, por lo que estoy m¨¢s contenta¡±, dijo la saltadora de altura c¨¢ntabra, ¡°es porque no he tirado la toalla¡±. Seguramente, muchos espectadores la hab¨ªan empezado a tirar ya contemplando la forma insegura con que pas¨® el 1,85m, la segunda altura del programa, y c¨®mo roz¨® el list¨®n en 1,89m, alturas que, como el 1,92m, la Beitia de otros a?os pasaba sin pesta?ear y la favorita del 17, Mariya Lasitskene, pas¨® a la primera a¨²n vestidas sus piernas con las mallas de calentamiento. Y la tiraron, ya sin dudas, con el primer nulo en 1,92m, aunque luego se vieran obligados a recogerla y pedir perd¨®n por dudar. ¡°El primer nulo del 92 fue un desastre de salto¡±, confirm¨® Beitia, que se vio, entonces, de nuevo en la parte m¨¢s baja de ¡°la monta?a rusa¡± que, compar¨®, hab¨ªa sido su verano de dolores por todas partes, fisios, masajes y ayuda psicol¨®gica compartida por su psic¨®loga, To?i Martos, y su entrenador, Ram¨®n Torralbo. ¡°El segundo ya fue por poco, pero el paso a la tercera ya me quit¨® las dudas. Ya estaba en la final¡±.
La altura, no muy elevada, y las dificultades para superarla, m¨¢s altas, con total seguridad, no ser¨ªan de buen augurio para la final del s¨¢bado (20.05), si no fuera porque, exceptuando a Lasitskene (la ex Kuchina, la rusa que compite sin bandera, camiseta nacional ni himno propio), tampoco las rivales-compa?eras estaban muy sobradas. ¡°En efecto. En R¨ªo pasamos a la final 16 con 1,94, y ahora solo 12 y con 1,92m¡±, dice Beitia, que compiti¨®, a¨²n era de d¨ªa, sin las gafas at¨®micas de R¨ªo que la proteg¨ªan del deslumbramiento por la luz de los focos. ¡°Y yo no he sido la ¨²nica que ha cometido nulos¡ Bueno, de Lasitskene ni hablamos, est¨¢ en otra esfera, pero las dem¨¢s¡¡± Solo la rusa, la polaca Licwinko y la ucrania Levchenko, pasaron limpias.
Mechal, el sentimental al que solo su familia ayud¨® a salir de la crisis existencial de la posible suspensi¨®n por dopaje que pendi¨® sobre ¨¦l todo un a?o, manej¨®, o gestion¨®, como lo explica ¨¦l, su serie de 1.500m como un contable o un controlador de mareas en un barco que cada 200m controla el tiempo y ajusta sus acciones a la informaci¨®n. ¡°Iba contando cu¨¢ntos ¨ªbamos y viendo que era la serie m¨¢s r¨¢pida sab¨ªa que pasaba o por tiempos o por puestos con toda seguridad¡±, explic¨®. ¡°Ahora solo pido que en la semifinal del viernes (20.10) me toque la segunda serie¡±.
No pasaron ronda ninguno de los otros dos espa?oles, David Bustos y Marc Alcal¨¢.
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