A la caza de Bale
No ha habido d¨ªa del verano en el que el gal¨¦s no estuviera fuera del Madrid, pues as¨ª lo quer¨ªan y lo quieren expertos, analistas, filtradores y escribientes varios
Lean, lean con detenimiento lo que hace escaso tiempo se escrib¨ªa en las m¨¢s respetadas portadas deportivas de este pa¨ªs: ¡°Bale es un ca?¨®n¡±. ¡°Un rayo llamado Bale¡±. ¡°Pr¨ªncipe de goles¡±. ¡°Aqu¨ª manda Bale¡±. Y, sobre todo, este titular, que es casi un incunable: ¡°Hasta Bolt flipa con Bale¡±. Poco ha llovido desde que, d¨ªa s¨ª d¨ªa tambi¨¦n, se nos bombardeaba desde los medios de comunicaci¨®n con elogios de este cariz dirigidos a Gareth Bale, ese futbolista malherido, obtuso, torpe y desde?ado que lleg¨® al Madrid hace cuatro a?os a cambio de un dineral (101 millones), cantidad que hoy nos parece una bagatela comparada con la que se pide por jugadores que, d¨¦jenme que recuerde, s¨ª, sin duda, han empatado un partido. Y no nos referimos a Neymar, por supuesto.
?En el periodo transcurrido desde que Bale aterriz¨® en Madrid el equipo ha ganado 10 t¨ªtulos a los que, quiz¨¢, ¨¦l haya contribuido en algo. Recordemos algunos de aquellos ¨¦xitos: Copa del Rey 2014. El Madrid gana la final al Bar?a gracias a un gol de Bale, que marc¨® tras una carrera de 50 metros en la que le dio tiempo a subirse a la grada, besar a su novia, hacerse unas fotos con un admirador, tomarse un caf¨¦, ir al reservado y volver al c¨¦sped por delante del defensa que le persegu¨ªa. Final de la Champions 2014. Bale marca de cabeza en la pr¨®rroga el 2-1 ante el Atl¨¦tico. Supercopa de Europa 2014. Bale regala un pase de museo a Cristiano, que consigue el primer gol ante el Sevilla. Mundialito de 2014. Bale marca el 2-0 en la final. Champions de 2016. En las semifinales, logra ante el City el gol que lleva al Madrid a la final, en la que, cojo, transforma un penalti. Final de la Champions 2017. Solo disputa 14 minutos. Supercopa de Europa 2017. Da el pase a Isco, que consigue el 2-1 ante el United. En la ¨²ltima Liga, al indeseable gal¨¦s no se le ocurri¨® otra cosa que lesionarse de gravedad y jugar solo 19 partidos. Da la sensaci¨®n de que en esa carrera triunfal que lleva el Madrid en los ¨²ltimos a?os Bale ha tenido algo que ver. Pero es solo eso, una sensaci¨®n.
Porque nada de lo relatado sirve hoy. V¨¦ase si no lo que se dec¨ªa la semana pasada, un d¨ªa cualquiera en un programa deportivo cualquiera, de esos que nos hacen m¨¢s grato el mediod¨ªa. ¡°Bale tiene el cartel de transferible¡±. Y santas pascuas. ?Qui¨¦n le ha puesto esa especie de letra escarlata al coletudo delantero? Ni idea. ?Qu¨¦ dice el Madrid? Ni idea. ?Qu¨¦ dice el jugador? Ni idea. ?Qu¨¦ dice su representante? La voz en off que da la noticia no tiene ni idea.
No ha habido d¨ªa en el verano en el que Bale no se fuera del Madrid. Y se iba porque as¨ª lo quer¨ªan expertos, analistas, filtradores, escribientes y voces en off varias. Les ayud¨®, qu¨¦ duda cabe, Mourinho, entrenador del United, que publicit¨® por tierra, mar y aire su deseo de fichar al gal¨¦s pocos d¨ªas antes de que su equipo se jugara la Supercopa contra, ?adivinan?, el Madrid. Y todos sabemos que Mourinho no es precisamente un agitador, qu¨¦ mente calenturienta puede pensar que el t¨¦cnico portugu¨¦s no intentara sino desestabilizar.
Pero acab¨® la pretemporada y Bale sigue en el Madrid, habrase visto el Madrid. Y mientras, Mbapp¨¦, ese chico que tantas noches de gloria iba a dar a orillas de La Castellana y cuya hoja de servicios cabe (hasta ahora) en un papel de fumar, pone rumbo a Par¨ªs a cambio de, qu¨¦ s¨¦ yo, 180 o 200 millones de euros. Una gran noticia para el Madrid. Y no por Bale, sino porque no hay joven en el mundo capaz de aguantar un asalto a Marco Asensio, sencillamente un prodigio. Tendr¨¢ que conformarse pues el aficionado blanco con Asensio (casi nada) y seguir soportando a Bale, un futbolista que en los cuatro a?os que lleva en el Madrid no ha hecho otra cosa que arreglarse el mo?o y lesionarse. Porque los t¨ªtulos, ya se sabe, los ganaron otros.
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