Compactar: el nuevo plan del Barcelona
Obligado por la p¨¦rdida de Neymar, Valverde se propone juntar al equipo alrededor de Messi, la cara de un club falto de ideario y distanciado de La Masia
Compactar.
Hay una palabra que desde hace un tiempo se repite asiduamente en la Ciudad Deportiva, y m¨¢s despu¨¦s de la Supercopa: compactar. Quiz¨¢ porque se daba por descontado que los futbolistas sab¨ªan tocar y pasar, dominaban el juego de posici¨®n y el manual cruyffista, ahora se trata de juntar l¨ªneas y agruparse, como si el equipo se hubiera quedado partido la temporada pasada en la Champions y en la Liga. El tridente ya es historia y la f¨®rmula que permiti¨® a Josep Maria Bartomeu alcanzar la presidencia en 2015 se considera obsoleta, un sinsentido desde que Neymar parti¨® en pleno verano hacia Par¨ªs.
Nadie pudo convencer al brasile?o para que se quedara en el Camp Nou, ni siquiera Piqu¨¦, excelente jugador de p¨®ker y experto en las redes sociales que sab¨ªa de las intenciones de Neymar desde la boda de Messi en Rosario. Los jugadores mandan m¨¢s que nunca en el Bar?a. Aunque ya se sabe que Piqu¨¦ quiere ser presidente, pocas veces el discurso de Busquets, uno de los capitanes, hab¨ªa sido tan cr¨ªtico a la hora de reprender a los responsables de la parcela deportiva que analizan los partidos como Pep Segura y de emplazar a la directiva a fichar delanteros que ayuden a Messi.
Ha quedado el Bar?a en tierra de nadie, prisionero de un pasado melanc¨®lico representado por Xavi y sin un futuro claro despu¨¦s de la salida de Neymar. Ni pausa ni desborde, de manera que se impone volver a repensar al equipo y, de momento, solo se advierte indefinici¨®n en una junta desorientada en el campo desde la dimisi¨®n de Sandro Rosell y la destituci¨®n de Andoni Zubizarreta. Ha cambiado el rumbo del Bar?a y el f¨²tbol del club solo tiene una cara que es la de Messi. Y el 10 aguarda a que le monten un equipo como Dios manda o en caso contrario igual toma el mismo camino que Neymar.
Las dudas de Bartomeu no ayudan a la estabilidad que precisa el Barcelona. Hubo un momento en que parec¨ªa decidido a fichar a Jordi Cruyff, el hijo de Johan; despu¨¦s le invitaron a contactar con Monchi, ahora responsable de la Roma, y finalmente ascendi¨® a Segura en detrimento de Robert Fern¨¢ndez. Y, pese a que firmaron la paz despu¨¦s del 2-0 de Madrid, Segura se las ha tenido con Busquets despu¨¦s del autogol de Piqu¨¦ en el Camp Nou. El ambiente social tampoco es el mejor despu¨¦s que Agust¨ª Benedito haya anunciado una moci¨®n de censura, la tercera en la entidad despu¨¦s de las que cursaron Oriol Giralt y el Elefant Blau que lideraba Joan Laporta.
Bartomeu no cubre las vacantes de su junta y, cuando se le pregunta, responde que no dimitir¨¢, ni el presidente ni ninguno de sus miembros, convencido de que reconducir¨¢ una situaci¨®n muy complicada en un club que se hab¨ªa acostumbrado a ganar con Pep Guardiola (14 t¨ªtulos sobre 19 posibles) y con Luis Enrique (9 sobre 13). El ambiente est¨¢ tan cargado que el Bar?a se ha peleado incluso con TV-3. Alg¨²n analista ha definido gr¨¢ficamente la situaci¨®n con una expresi¨®n muy catalana y culer por la forma del escudo del club: ¡°Una olla de cols (de grillos, en castellano)¡±.
No extra?a que se hable de compactar en el Barcelona.
Hay que recuperar el control en el equipo y en el club ante tanta dispersi¨®n y se buscan soluciones contra la sensaci¨®n de que el Bar?a ha perdido grandeza con la p¨¦rdida de Neymar, uno de los candidatos a discutir el Bal¨®n de Oro a Cristiano Ronaldo y Messi. La posible contrataci¨®n de Coutinho y Demb¨¦l¨¦ despierta inicialmente m¨¢s inter¨¦s que las incorporaciones de Semedo, Marlon y Paulinho mientras se duda sobre el protagonismo de Deulofeu.
El Liverpool y el Borussia Dortmund saben de todas maneras que el Bar?a tiene 222 millones de euros pagados por el PSG y no soltar¨¢n por menos de 100 millones cada uno a Coutinho y Demb¨¦l¨¦. Tampoco cedi¨® el Guangzhou, de China, que cobr¨® los 40 millones que quer¨ªa por Paulinho. La llegada del internacional brasile?o se interpreta como una declaraci¨®n de intenciones del Bar?a. Escarmentado por sus dolorosas derrotas de la temporada pasada contra el PSG y la Juve, los servicios t¨¦cnicos azulgrana entendieron que precisaban endurecer al equipo con un futbolista muy f¨ªsico y adem¨¢s llegador, condiciones que re¨²ne Paulinho m¨¢s que Seri (Niza).
El problema es que la hinchada se encaprich¨® de Verratti y cualquier centrocampista que no sea el italiano le parece poco, como si fuera el ¨²nico capaz de evocar el estilo del Bar?a. Verratti, sin embargo, fue declarado intransferible por el PSG y el Barcelona se rindi¨® despu¨¦s de fracasar en un flirteo veraniego iniciado de mala manera en Ibiza.
No le ser¨¢ f¨¢cil a Valverde coser a un equipo que necesita juventud, est¨ªmulos y nuevas consignas, una vez que se acab¨® la magia del tridente, excelente al contraataque, y la energ¨ªa de Luis Enrique. Acostumbrado al Athletic, el nuevo entrenador transmite tranquilidad y confianza, justamente lo que requiere el plantel en el campo desde que Xavi se fue a Qatar. No advierten los t¨¦cnicos sustituyo en La Masia, ni siquiera en Samper, y se apuesta por nuevos perfiles que cuestionan el ADN del Bar?a.
La presi¨®n, en cualquier caso, ser¨¢ m¨¢xima para Valverde en una temporada complicada por la disputa de un Mundial que tiene muy ocupado a Messi. El Bar?a no ha estado m¨¢s de dos a?os sin ganar la Liga desde los tiempos de Rijkaard, Cruyff gan¨® con anterioridad cuatro t¨ªtulos seguidos, Van Gaal y Rijkaard dos cada uno, Guardiola tres, Tito Vilanova uno y dos Luis Enrique. Valverde afirm¨® en su presentaci¨®n que necesita retos may¨²sculos; ninguno como el que afronta en un Bar?a que para tener garant¨ªas de ¨¦xito necesita compactarse, como se escucha a menudo en la Ciudad Deportiva y en el Camp Nou.
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