El mot¨ªn del Hesperia
Los jugadores del Bar?a comparecieron ante la prensa para lanzar diversas acusaciones al presidente N¨²?ez
Lo que hemos dado en llamar El Mot¨ªn de Instagram, ese desplante de Messi y Piqu¨¦ a su directiva colgando fotos en la alegre compa?¨ªa de Neymar, despierta el recuerdo de otro mot¨ªn barcelonista, c¨¦lebre en su d¨ªa. Se llam¨® El Mot¨ªn del Hesperia.
Ocurri¨® el 28 de abril de 1988, jueves. El Bar?a esperaba para el domingo la visita del Real Madrid, a cuatro jornadas del final de la Liga. El campeonato del Bar?a hab¨ªa sido horrible, estaba a 23 puntos del Madrid, ya campe¨®n matem¨¢tico.
Tambi¨¦n hab¨ªa ca¨ªdo pronto en la Copa de la UEFA, ante el Bayern Leverkusen. Pero el 30 de marzo, un mes antes del mot¨ªn, consigui¨® un ¨¦xito reconfortante: gan¨® la Copa, por 1-0 ante la Real. Una victoria contra pron¨®stico. Eran los mejores a?os de la Real. A la final, jugada en el Bernab¨¦u, s¨®lo acudieron cinco mil barcelonistas.
El ambiente estaba muy revuelto entre la plantilla y la directiva. N¨²?ez hab¨ªa ideado un a?o antes, para que los jugadores cobraran m¨¢s y le costaran menos al club, lo de dividir el contrato en dos partes: contrato federativo y por derechos de imagen. Un 60% por lo primero, que tributaba al 53%, y un 40% por lo segundo, que tributaba a un 35%. As¨ª se hicieron los contratos, y todo el mundo tan feliz.
El problema fue que Hacienda dijo que no. Llegaron las inspecciones y les exig¨ªa el 53% por el total. Los jugadores acudieron a Gaspart, vicepresidente deportivo, exigiendo al club que convenciera a Hacienda de la validez del montaje o, en caso contrario, que pusiera la diferencia. Ellos hab¨ªan obrado de buena fe.
El tema se fue alargando. Los jugadores, con la mala marcha en la Liga, estaban en la cuerda floja. El p¨²blico se volv¨ªa contra ellos: ¡°N¨²?ez, no afluixis¡± (no aflojes) se le¨ªa en pancartas del estadio, que los jugadores supon¨ªan instadas por el propio club.
Pero tras ganar la Copa y en v¨ªsperas de la visita del Madrid, los jugadores se sintieron fuertes, y el 28 de abril contrataron un sal¨®n para una conferencia de prensa, en el Hotel Hesperia de Barcelona. Hotel de la cadena de Joan Gaspart, como tantos en Barcelona:
Ocurri¨® el 28 de abril de 1988, jueves. El Bar?a esperaba para el domingo la visita del Real Madrid
¡ªDe repente recib¨ª una llamada del director: ¡°Oye, que tus jugadores me han pedido un sal¨®n para convocar a la prensa. Me han dicho que no es cosa del club, sino suya¡±.
Gaspart llam¨® a Luis Aragon¨¦s, entrenador:
¡ªMe lo confirm¨®. Me dijo que iban a arremeter contra la directiva, y que le hab¨ªan pedido que estuviera con ellos. Le pregunt¨¦: ?y t¨² que vas a hacer? Me dijo: ¡°Si salgo, ganamos al Madrid y me despedir¨¦is. Si no salgo, no ganaremos un partido m¨¢s¡±. As¨ª que le dije que saliera.
(En realidad, para esas fechas N¨²?ez estaba decidido a sustituirle, y dudaba entre Clemente y Cruyff).
Total, que los jugadores comparecieron. Se presentaron en una gran mesa con forma de U. Alexanko, capit¨¢n, llev¨® la voz cantante en la cabecera. A su izquierda, Calder¨¦, a su derecha, V¨ªctor Mu?oz, y a la derecha de ¨¦ste, Luis Aragon¨¦s. Faltaron s¨®lo L¨®pez L¨®pez, convaleciente de una operaci¨®n de est¨®mago, Lineker, en Hungr¨ªa con su selecci¨®n, y Schuster. ?ste hab¨ªa dicho la noche anterior que acudir¨ªa, pero a ¨²ltima hora resolvi¨® por su cuenta la cuesti¨®n con N¨²?ez y se descolg¨®.
Alexanko ley¨® una nota de siete puntos. Acusaba a N¨²?ez de intentar dividirles (1), de haberles decepcionado y humillado (2), de incumplir los compromisos pactados (3), de no tener respeto a la afici¨®n y enfrentarla con ellos (4), de falta de relaci¨®n humana (5), y de haberles demostrado en varias ocasiones que su directiva no existe (6). En el s¨¦ptimo punto explicaba que como jugadores del Bar?a les produc¨ªa tristeza ver ¡°c¨®mo este hist¨®rico club con valores que siempre han representado la idiosincrasia del f¨²tbol catal¨¢n, se va deshumanizando de esta forma¡±.
Esto ¨²ltimo era una carga de profundidad pol¨ªtica. N¨²?ez siempre fue mal visto por los sectores nacionalistas por su empe?o en alejar al Bar?a de la influencia de las instituciones.
Al acto sigui¨® una conferencia de prensa, en la que todos largaron de lo lindo.
Tras esa temporada solo quedaron ocho futbolistas y Nu?ez contrat¨® a Cruyff
Fue un trueno. La ciudad se llen¨® de dimes y diretes. El domingo 31, cuando el equipo lleg¨® al campo, el primero en bajar del autob¨²s, Julio Alberto, fue atacado por Los Morenos, un grupo de ultras muy afectos a N¨²?ez. En medio de un ambiente enrarecido, el Bar?a recibi¨® con pasillo al Madrid, pero luego le gan¨® 2-0, con goles de Carrasco y Lineker, pero la afici¨®n abuche¨® a sus jugadores durante todo el partido. Salvo a Schuster, el no amotinado, aplaudido cada vez que la tocaba.
N¨²?ez se defendi¨® diciendo que su ¨²nico pecado era ¡°que he pensado demasiado en ellos¡±. Y decidi¨® someter el problema al arbitraje del Instituto de Censores de Cuentas. Arbitraje que a la larga dar¨ªa la raz¨®n a los jugadores, seg¨²n recuerda Carrasco. Aunque Gaspart, por su parte, no recuerda que el club tuviera que hacer ning¨²n pago extra: ¡°Y por mi posici¨®n lo recordar¨ªa¡±.
Pero N¨²?ez se desquit¨®. Por supuesto, Luis se march¨® fuera. Descart¨® a Clemente y contrat¨® a Cruyff, que era el hombre que la oposici¨®n quer¨ªa, a fin de desarmarla. La firma del holand¨¦s se produjo en 4 de mayo, s¨®lo una semana despu¨¦s del mot¨ªn. Hizo una limpia tremenda en la plantilla: Schuster, Gerardo y V¨ªctor finalizaban contrato y no fueron renovados. Y rescindi¨® a Clos, Moratalla, Pedraza, Manolo, Urruti, Covelo, Crist¨®bal y Rojo antes del verano, y Calder¨¦ y Nayim, despu¨¦s. Una escabechina.
S¨®lo quedaron ocho de los firmantes de la protesta: Alexanko, Carrasco, Julio Alberto, Migueli, Robert, Salva, Urbano y Zubizarreta. A Alexanko le salv¨® personalmente Cruyff, que lo consideraba vital. N¨²?ez reh¨ªzo la plantilla con mayor¨ªa de peticiones de Clemente, prueba de que era la primera idea: L¨®pez Rekarte, Begiristain, Julio Salinas, Eusebio, Soler, Valverde (hoy entrenador), Manolo Hierro, Goicoechea, Unzu¨¦ y Serna.
Sobre eso construir¨ªa Cruyff el Dream Team y ganar¨ªa la Copa de Europa en Wembley. Para entonces, El Mot¨ªn del Hesperia ya era historia.
Ninguno de los amotinados con los que he llegado a hablar en este tiempo se siente feliz con el recuerdo. Aquel hotel, situado en la calle Verg¨®s 20, hoy no existe ya.
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