Messi y Su¨¢rez, dos amigos enfrentados que se echaron de menos

Poco se hab¨ªa hablado del partido antes de que la pelota comenzara a rodar. Para las aficiones, todo era Messi y Su¨¢rez. Esa amistad entre ambos y la candidatura conjunta entre las naciones al mundial 2030, hicieron parecer que el viaje de la selecci¨®n argentina a Montevideo era m¨¢s bien una excusa para que los amigos del Barcelona, Lionel Messi y Luis Su¨¢rez, se unan en otro abrazo. Una suerte de reencuentro de aquel matrimonio celebrado en Rosario, hace exactamente un mes. Aunque, en este caso, la elegancia nunca respondi¨® al convite. La expectativa celeste ante encontr¨® calma hace dos d¨ªas, cuando el Pistolero confirm¨® su presencia tras la lesi¨®n en la rodilla que lo sac¨® del ¨²ltimo derbi por la Supercopa de Espa?a. La de la albiceleste, como siempre, estaba depositada en Messi y en esa constante loter¨ªa por saber si podr¨¢ o no conectar con sus compa?eros.

La orquesta que acompa?a al maestro sigue cambiando sus int¨¦rpretes, y tambi¨¦n sus directores. El debutante Sampaoli decidi¨® sacar del oprobio a Mauro Icardi, para ver si ¨¦ste tiene m¨¢s suerte que los centrodelanteros que lo antecedieron. En esta eliminatoria, pasaron por all¨ª artilleros de la talla de Ag¨¹ero, Higua¨ªn y Pratto, entre otros. Pero ninguno fue el Su¨¢rez del que Lionel goza en su equipo. El otro sindicado para tocar la partitura del crack fue Paulo Dybala, sin embargo, apenas se lo vio durante el primer tiempo. Otra vez fue Di Mar¨ªa el que mejor se entendi¨® con rosarino m¨¢s famoso. La actuaci¨®n de Argentina comenz¨® naufragando en un mar de imprecisiones.

Reci¨¦n a los 20 minutos Messi comenz¨® a ser Messi. Pero no por responsabilidad suya. Sus compa?eros apenas lo buscaron y cuando lo hicieron, fue con imprecisiones. Lucas Biglia, por caso, perdi¨® muchas pelotas en el principio del partido y Guido Pizarro s¨®lo se pareci¨® al mejor Mascherano por su calva y no por sus quites. Cuando estos se prendieron en el partido, apareci¨® Argentina.

Sin embargo, lo que el escritorio no da, puede proveerlo el propio destino y el trascendental partido para clasificar al mundial termin¨® siendo un encuentro trabado en el que el empate era m¨¢s dulce con el correr de los minutos. Paraguay sorprendi¨® a todos en Santiago con una victoria sin contemplaciones y los puntos que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) no le quit¨® a los de Pizzi, se los descont¨® la albirroja. As¨ª, se instal¨® en el ambiente un pacto de no agresi¨®n que permitiera que las cosas terminen en paz.

Y si a Messi le falta un Su¨¢rez, es claro que a Su¨¢rez le falta un Messi. El mediocampo celeste que dispuso el Maestro T¨¢barez, convertido ya en una suerte de Alex Ferguson sudamericano al sobrevivir 11 a?os al frente de Uruguay, estuvo m¨¢s inspirado en su rival que en el propio equipo. As¨ª, la tarea creativa qued¨® a cargo del juvenil de 21 a?os Nahit¨¢n N¨¢ndez, reci¨¦n comprado por Boca y el experimentado Cristian cebolla Rodr¨ªguez, de 31. La Celeste careci¨® de juego asociado y la l¨ªnea media casi no se conect¨® con el ataque, en el que tambi¨¦n aguardaba Edinson Cavani.

Si en el primer tiempo asomaba cierto conformismo por el resultado, en el complemento directamente pareci¨® que las tablas fueron acordadas. Salvo algunas espor¨¢dicas apariciones de Messi que llevaron peligro al ¨¢rea rival, Argentina no supo como penetrar en una defensa charr¨²a que se desentendi¨® de la pelota cada vez que la tuvo en su poder. Sobre el final, un fuerte choque entre Su¨¢rez y Otamendi determin¨® la salida del delantero, qiue mostr¨® se?ales evidentes de dolor en la misma rodilla que se lesion¨® hace pocas semanas.

Gracias al resultado de Santiago, el empate le queda de perlas a ambos equipos, que ahora deber¨¢n definir la clasificaci¨®n en partidos que en los papeles, parecen m¨¢s sencillos. A Uruguay le quedan Paraguay y Venezuela de visitante y Bolivia en casa. Argentina, por su parte, recibir¨¢ a Venezuela y Per¨² para definir en la altura de Quito, ante Ecuador. Sin embargo, esto es f¨²tbol y se sabe que las sorpresas est¨¢n a la orden del d¨ªa.