La Real Sociedad se impone al Deportivo y mantiene el pulso en la cabeza de la liga
El equipo donostiarra, con Illarra en la batuta y en la resoluci¨®n, supera en Riazor a un Deportivo con mucho por construir
Madura, con todos los automatismos en funcionamiento y plena de car¨¢cter para imponerse a los vaivenes de la pelota, la Real Sociedad se ha instalado en lo alto de la liga. Lo hizo el a?o pasado para lograr un brillante regreso a las competiciones europeas y lo refrenda ahora para convertirse en la tercera jornada en el ¨²nico equipo que le aguanta el ritmo al Barcelona. Suma un pleno el magn¨ªfico equipo de Eusebio, que se impuso en Riazor a un Deportivo con mucho que construir, a ratos toro, a ratos torero, al que al final le cay¨® una buena estocada.
Todo lo que sucedi¨® sobre el verde tuvo sustancia porque apel¨® a la capacidad futbol¨ªstica de los equipos, pero tambi¨¦n a la emocional. En ambas est¨¢ la Real varios cuerpos por delante del Deportivo, que tuvo que gestionar la hiel de la derrota desde bien temprano. A¨²n no se hab¨ªa llegado al cuarto minuto y los chicos que prepar Pepe Mel ya hab¨ªan concedido dos goles entre la somnolencia, el despiste y la permisividad arbitral, que valid¨® un gol de Juanmi en fuera de juego. Casi de inmediato marc¨® Illarra desde la frontal y dej¨® dos mensajes. El primero sobre ¨¦l, mediocentro aplicado, siempre aseado, que ofrece salida y apoyo y en Riazor exhibi¨® pegada en su primera diana y habilidad en el regate para embocar la segunda. Asentado en su tierra, en un entorno amable que le aprecia y le valora, el aparentemente t¨ªmido Illarra grita que es uno de los mediocentros del campeonato.
El segundo mensaje que pronto qued¨® claro es que el Deportivo tiene un problema en la porter¨ªa. Lo tuvo durante todo el verano, cuando desde el club se le dio y se le quit¨® importancia, se le volvi¨® a dar y se le volvi¨® a quitar. La ola parec¨ªa que no llegaba, o que iba a mojarle los pies al equipo, pero abre septiembre y est¨¢ empapado. Se intent¨® con Victor Vald¨¦s, luego se dio por hecho a Diego Alves y de pronto se dio por bueno a Rub¨¦n, el tercer portero de la campa?a anterior. Hace una semana se lesion¨® y de urgencia se busc¨® un recambio, el rumano Pantilimon. Contra la Real jug¨® Tyton, un portero al que se intent¨® buscar una salida durante todo el verano. Jam¨¢s le dio seguridad ni al equipo ni a la grada. Para empezar se comi¨® el remate de Illarra en el segundo gol. Puede alegar que ten¨ªa demasiado tr¨¢fico delante, pero ser¨ªa el testimonio de un sospechoso.
Mojado hasta las trancas, el Deportivo se vio obligado a remar. Y lo hizo. Se orden¨® a partir de un invitado inesperado porque es un central el que lo organiza con su excelente pie, su magn¨ªfica visi¨®n para jugar tanro en corto como en largo. Sch?r es una joya, los americanos dir¨ªan que se trata de un robo del mercado. Con ¨¦l se alumbr¨® el Deportivo, donde se discute sobre la complementariedad de la pareja que conforman Guilherme y Mosquera en la sala de m¨¢quinas porque aparentemente trabajan con la misma pala y en id¨¦ntica caldera. La Real se achat¨® ante el empuje deportivista, con m¨¢s coraje que un plan. Marco Adri¨¢n antes de la media hora un golazo tras pase de cincuenta metros de Sch?r a su pie derecho, Dos toque sutiles en dos extremos del campo y un golazo. A veces el f¨²tbol parece as¨ª de f¨¢cil y as¨ª de complicado.
En contra de la Real podr¨ªa reproch¨¢rsele que le falt¨® colmillo en ese tramo del partido. Apunt¨® m¨¢s que dio, con la finura de Januzaj, finalmente anulada por el vigor de Luisinho. A veces de tan bello, el f¨²tbol de la Real se difumina como un pincel impresionista. El Deportivo le empuj¨® con trazo grueso, marc¨® Andone al inicio de la segunda parte y pareci¨® llevar el partido a su terreno, pero justo ah¨ª se le cay¨® el equipo a Mel, que ya hab¨ªa encontrado hueco a Lucas P¨¦rez en el equipo en sustituci¨®n de Bruno Gama.
El Deportivo se encontr¨® con un empate y un equipo dise?ado para volcarse y no regresar, pero sobre todo se top¨® con la ambici¨®n de la Real Sociedad, que no firm¨® tablas. Se fue hacia arriba el equipo de Eusebio. Lo hizo con la firmeza de quien domina su libreto. Ah¨ª se evidenci¨® la diferencia entre un equipo que quiere y otro que puede. S¨ª, la Real pas¨® por el invierno que atraviesa desde hace tiempo el Deportivo. No es un mal espejo para quien quiere crecer. Pocos equipos pueden virar un partido en el que le igualan dos goles. La Real lo hizo en Riazor, volvi¨® a tomar el mando con un dictado que el Deportivo no pudo acallar. Todas las maniobras de Mel fueron en balde, acab¨® superado y castigado porque tampoco tiene un portero que le sostenga. Tyton volvi¨® a abrir la puerta y la Real Sociedad entr¨® como una galerna para llevarse la victoria en los diez ¨²ltimos minutos con goles de Diego Llorente e Illarramendi.
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