River saca una luz de ventaja ante Lan¨²s y sue?a con la final
Ignacio Scocco aprovecha un rebote y marca la diferencia para los de Gallardo. La revancha ser¨¢ en siete d¨ªas
La primera semifinal de la Copa Libertadores fue en casa de River y para River. El Estadio Monumental, recientemente denostado por la AFA, que decidi¨® mudar a la selecci¨®n a La Bombonera, la cancha del enemigo, fue un gran campo verde, pero de ajedrez. Una vez m¨¢s se vieron las caras Marcelo Gallardo y Jorge Almir¨®n, para muchos, los mejores entrenadores del f¨²tbol argentino. Cinco minutos de fuegos artificiales, tirantes en todas las bandejas y un mosaico a la europea vistieron al edificio que el a?o que viene cumple 80 a?os de historia. Una historia que el local finalmente le tir¨® encima a Lan¨²s para llevarse la victoria.
Ese ¨ªmpetu convirti¨® a River en el protagonista de los primeros minutos. De los dos, fue el que tuvo mayor iniciativa. Sin embargo, cuando se jugaba un cuarto de hora, una gran corrida de Lautaro Acosta, con ca?o a Jonatan Maidana incluido, lo dej¨® cara a cara con el portero de River, Germ¨¢n Lux, pero Pinola lleg¨® justo para pellizcar al c¨®rner. Entonces pas¨® lo inesperado: Lan¨²s se hizo con la pelota y empez¨® a acomodarse en el campo. Rom¨¢n Mart¨ªnez se convirti¨® en orden y progreso y Pasquini el proveedor de las pelotas m¨¢s peligrosas. River volvi¨® a hacerse due?o de la pelota sobre el final de la primera parte. Especialmente por el empuje del propio Pinola y el trabajo conjunto de Rojas y Ponzio en el medio. Sin embargo, apenas se contabilizan remates a los arcos por parte de ambos equipos. Nadie quiso cometer ese error que puede resultar fatal.
River 1 - Lan¨²s 0
River: Germ¨¢n Lux, Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola, Marcelo Saracchi; Enzo P¨¦rez, Leonardo Ponzio, Ignacio Fern¨¢ndez, Ariel Rojas; Gonzalo Mart¨ªnez, Ignacio Scocco. DT: Marcelo Gallardo.
Lan¨²s: Esteban Andrada, Jos¨¦ G¨®mez, Rolando Garc¨ªa Guerre?o, Diego Bragheri, Maximiliano Vel¨¢zquez; Rom¨¢n Mart¨ªnez, Iv¨¢n Marcone, Nicol¨¢s Pasquini, Alejandro Silva; Jos¨¦ Sand, Lautaro Acosta. DT: Jorge Almir¨®n.
Gol: 36' Ignacio Scocco.
Arbitro: Wilton Sampaio (Brasil). Amonest¨® a
Estadio Monumental de Buenos Aires.
En el inicio del segundo tiempo River fue una tromba y hasta pudo conseguir tempranamente el gol, si Ignacio Fern¨¢ndez conectaba un centro que lo encontr¨® solo, parado en el punto del penal. Pero la pelota pas¨® entre sus piernas y se perdi¨® al lateral. Luego, Pinola estrell¨® en el palo un remate a media distancia. La diferencia la consigui¨® a los 36, cuando el partido se apagaba, con un furibundo remate del Pity Mart¨ªnez que contuvo Andrada, quien no pudo contener el rebote. All¨ª, con el olfato intacto estaba Scocco, que infl¨® la red.
Almir¨®n le plante¨® a Gallardo una trampa de dos puertas. Le regal¨® la pelota pero se encerr¨® en su campo con dos l¨ªneas bien plantadas. El Granate cuando pudo atac¨®, pero desde el principio estuvo claro que el gol no estaba entre sus prioridades. En la segunda parte, Gallardo mand¨® al campo a sus dos perros de presa, el uruguayo Nicol¨¢s De la Cruz y Carlos Auzqui y sac¨® a Rojas y Nacho Fern¨¢ndez. El entrenador resign¨® control de pelota y juego horizontal, por v¨¦rtigo y profundidad y ah¨ª fue cuando se desnivel¨® el partido. Puede decirse que la primera partida entre los t¨¦cnicos se la lleva el de River, aunque nada est¨¢ dicho todav¨ªa.
El partido tambi¨¦n marc¨® el debut del VAR en Sudam¨¦rica, el sistema de video asistencia del que goz¨® el ¨¢rbitro brasile?o Wilton Sampaio, aunque no hubo necesidad de usarlo. La Conmebol invirti¨® 850.000 d¨®lares para experimentar con el sistema en las etapas finales de la Libertadores y en los partidos definitorios de la Copa Sudamericana. En el Monumental fue instalado entre los bancos de suplentes.
Para River es una copa de lo m¨¢s alborotada. Con una primera ronda que alcanz¨® la brillantez, con tres victorias de visitante, otra en casa, un empate y apenas una derrota en la ¨²ltima jornada, con todo decidido. Sin embargo, las fases de eliminaci¨®n trajeron algunos problemas. Las partidas de Sebasti¨¢n Driussi y Lucas Alario a Europa dejaron al equipo sin poder de gol y el doble caso de dopaje de Lucas Mart¨ªnez Quarta y Camilo Mayada rasgaron a la instituci¨®n. Los dirigentes y el entrenador Marcelo Gallardo se movieron con rapidez para reforzar el equipo con nombres de prestigio. El exValencia, Enzo P¨¦rez y el delantero Ignacio Scocco se integraron a un equipo que lleg¨® mareado al receso de agosto.
La visita a Cochabamba, en septiembre y por los cuartos de final, marc¨® el colapso con un 0-3 ante el d¨¦bil Jorge Wilstermann. En el partido de vuelta, el estadio, tal como sucedi¨® este martes, explot¨® en colores y sonidos. River gan¨® sin atenuantes 8 a 0 en un hist¨®rico partido en el que ya ten¨ªa resuelta la serie antes de que termine el primer tiempo y sirvi¨® para que los refuerzos se metan en el coraz¨®n de la hinchada.
Lan¨²s s¨®lo perdi¨® en el debut ante Nacional de Uruguay en casa. Luego fue una aplanadora: dos goleadas al Chapecoense y otra al modesto Zulia de Venezuela. Dicen que un campe¨®n de Libertadores que se precie de tal tiene que ganarle a alg¨²n equipo argentino o brasile?o y superar una serie aguerrida que lo consolide como equipo. Los de Almir¨®n la tuvieron en cuartos de final. Tras caer en casa con San Lorenzo por 2 a 0 lograron empatar la serie en el Gas¨®metro y ganarla por penales. As¨ª fue como el Granate, un modesto club fundado en uno de los barrios m¨¢s densamente poblados de Argentina, que lleg¨® a jugar en la cuarta categor¨ªa del f¨²tbol argentino, lleg¨® por primera vez en su vida a una semifinal de Libertadores.
La paridad entre ambos equipos encuentra su distintivo en la sobriedad de sus entrenadores. Marcelo Gallardo, qui¨¦n devolvi¨® a River al mundo, quiere despedirse del club con otra Libertadores (ya la gan¨® en 2015). Jorge Almir¨®n tambi¨¦n puede irse, ya que es pretendido por San Lorenzo, entre otros candidatos. El pr¨®ximo martes volver¨¢n a verse las caras para definir quien pasa a la final. Esa noche, Almir¨®n y sus muchachos tendr¨¢n que mostrar algo m¨¢s que la sola intenci¨®n de esconder sus piezas.
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