El Madrid y la culpa
Viven Zidane y los suyos tiempos de zozobra como los vive cualquier club que tenga la obligaci¨®n de ganar siempre y no lo hace
Ya se dice en Yo confieso, doliente oraci¨®n de la liturgia cristiana: ¡°Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa¡±, exclama el pecador mientras se golpea el pecho tres veces en se?al de arrepentimiento. Tiempo llevan los sacerdotes futbol¨ªsticos, esos que pueblan tertulias y coloquios y que distinguen el bien del mal a primera vista, intentando averiguar d¨®nde residen los defectos del Madrid, espejo de virtudes hasta hace cuatro d¨ªas y al que dos derrotas de turbio aspecto, ante el Girona y el Tottenham, han arrebatado todo su encanto. Y en su loable empe?o por desbrozar el f¨²tbol del equipo de Zidane pasan del blanco al negro, y viceversa, sin soluci¨®n de continuidad. Y sin grises. Y no se limitan a se?alar carencias t¨¢cticas, sist¨¦micas, t¨¦cnicas o an¨ªmicas, sino que buscan culpables con desenfreno, aqu¨ª y all¨¢, acusando al banquillo, al vestuario, a la enfermer¨ªa incluso, que para todos hay.
Se necesita un culpable, parecen decir y dicen. Con nombres y apellidos. Y por ese estrado van desfilando unos y otros, presentes y futuros reos, con especial menci¨®n a la BBC, culpables de todo menos de las victorias cuando jugaban los tres juntos y culpables de las derrotas ahora que no juegan juntos. Parad¨®jico. Pero al grupo de los procesados comienzan a unirse otros elementos, como Marcelo, Ramos o Kroos (?madre m¨ªa, Kroos!). Por no hablar de Zidane, que es aquel t¨¦cnico que hace nada acumulaba r¨¦cords y ahora acumula fracasos, y al que se reprocha haber dejado escapar a suplentes de lujo, ignorantes como somos de que ese tipo de decisiones, en el Madrid, las toman su docto presidente y el reducido grupo de consejeros que le asesoran y de asesores que le aconsejan.
El Madrid comenz¨® la temporada con dos desaf¨ªos de categor¨ªa, la Supercopa de Europa y la de Espa?a, y en ambos pas¨® por encima de sus rivales, que resultaron ser el Manchester United y el Barcelona. Pues bien, desde que el Madrid les pusiera de medio lado, el United solo ha perdido dos partidos de 17 disputados y el Bar?a, con un encuentro menos, no conoce la derrota. El Madrid, mientras, se ha dejado 10 puntos en la Liga y cinco en la Champions. No est¨¢ de m¨¢s recordar lo que ocurr¨ªa hace un a?o a estas alturas. En la Liga, los de Zidane hab¨ªan perdido 6 puntos y en Europa, cuatro. En uno de esos partidos, el equipo blanco empat¨® (3-3) ante el Legia de Varsovia. Al d¨ªa siguiente, algunos peri¨®dicos llevaban a sus portadas titulares del siguiente tenor (malditas hemerotecas): ¡°Un Madrid sin intensidad, sin motivaci¨®n, sin tensi¨®n¡±. ¡°Portazo al Madrid¡±. ¡°Rid¨ªculo del Madrid¡±. No recordar¨¢ quien esto escribe, desmemoriado como es, c¨®mo acab¨® la temporada aquel equipo desmotivado y rid¨ªculo.
Viven Zidane y los suyos tiempos de zozobra como los vive cualquier club que tenga la obligaci¨®n de ganar siempre y no lo hace, y adem¨¢s (casi siempre) de calle, que no son muchos. Y sin duda pesan las bajas de tres futbolistas contrastados que ya no est¨¢n, como son Pepe, James y Morata. Que tampoco son Baresi, Gullit y Van Basten, no nos enga?emos, pero que le daban al equipo un plus del que ahora carece, sobre todo a la hora de darle la vuelta a un partido que se tuerce. Y a la espera de que Zidane y sus jugadores entonen el Yo confieso, seguiremos buscando culpables al dictado de nuestras particulares fobias no sin antes vaticinar, agoreros del mundo un¨ªos, que este equipo, con Zidane al frente rodeado de estos jugadores, no tiene futuro.
Nota: Bale sigue sin jugar. Conviene aclararlo por si alguien quiere echarle alguna culpa.
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