Los dilemas del Madrid se trasladan a la t¨¢ctica
Zidane defiende el juego de su equipo, pero la secuencia de resultados abre un debate interno sobre el cambio de dibujo
Asegura Zinedine Zidane una y otra vez que el Madrid puede adaptarse y jugar en un amplio n¨²mero de esquemas a lo largo de un partido. Defiende el t¨¦cnico que la versatilidad de sus muchachos le permite variar el sistema en funci¨®n de c¨®mo se desarrolle el juego. Del 4-1-4-1 puede pasar al 4-3-3, 4-2-3-1 o 4-4-2. Todos los trabaja un Madrid m¨¢s atascado que nunca en la pizarra. En el vestuario existe tambi¨¦n divisi¨®n de opiniones entre los que consideran que es mejor jugar con un planteamiento m¨¢s equilibrado y de toque y los que creen que el equipo es m¨¢s efectivo con menos volantes y m¨¢s jugadores de ataque. Gareth Bale, por ejemplo, siempre solicit¨® lo segundo; Isco, en cambio, es de los que se siente m¨¢s c¨®modo en lo primero, la idea que tambi¨¦n convence m¨¢s a Zidane.
El t¨¦cnico franc¨¦s, ante la eclosi¨®n definitiva del malague?o, habituado ya no solo a la continuidad sino tambi¨¦n al liderazgo, instaur¨® como su dibujo principal el 4-4-2 y pobl¨® el campo de volantes. El cambio lleg¨® a finales de la temporada pasada, cuando le ayud¨® a Zidane el no contar con su tridente de ataque al completo para asentar una idea que compactar¨ªa a su equipo a cambio de restarle verticalidad. Buscaba el cuerpo t¨¦cnico alcanzar la armon¨ªa en el juego. Result¨® exitoso en resultados hasta el mes de septiembre. Despu¨¦s, el conjunto blanco comenz¨® a estrellarse ante las pobladas defensas rivales, casi siempre de cinco piezas, con tres centrales y dos carrileros. Isco solo se muestra insuficiente para hacer rodar a un Madrid que se ahoga por el centro y se muestra inoperante por las bandas, capitales en los resultados del curso pasado. El elenco de centrocampistas ha pasado de combinar con equilibrio y desborde a ser una suma de individualidades desenfocadas.
La idea funcionaba a partir del talento de los volantes, la imaginaci¨®n de Benzema, el gol de Cristiano y la profundidad que le aportaban al equipo dos laterales con las cualidades de Carvajal y Marcelo. Ninguno de los cuatro aspectos funciona desde la Supercopas y el Madrid, sea en el esquema que sea, ense?a su lado m¨¢s inoperante, con problemas m¨¢s all¨¢ del dibujo. Zidane no encuentra la tecla. "No estamos jugando mal al f¨²tbol. Alguna vez a ratos, quiz¨¢. No creo que sea problema de f¨²tbol, no jugamos mal todos los partidos ni tampoco un partido completo. Algo pasa. ?Que podemos jugar mejor? S¨ª, pero ese no es el problema", argument¨® ayer el t¨¦cnico en la conferencia previa al partido frente a Las Palmas (20.45, Movistar Partidazo).
Lo que no puede negar Zidane es que el Madrid actual es el m¨¢s est¨¦ril desde su llegada. Dispara mucho, el que m¨¢s de la Liga con 150 remates totales, pero apenas anota (es el d¨¦cimo equipo en la tabla de efectividad) y genera f¨²tbol con menos fluidez de lo habitual. La base del atasco est¨¢ en las bandas. Con Carvajal fuera de combate a causa de una pericarditis y Marcelo bajo de forma, el Madrid ha perdido su factor m¨¢s desequilibrante. Sin extremos, el equipo sorprend¨ªa y basaba una parte importante de su juego en los laterales. El curso pasado Carvajal, Marcelo y Danilo participaron en 32 goles. A estas alturas lo hab¨ªan hecho en ocho, el doble de la cifra que suman este a?o entre los dos titulares m¨¢s sus nuevos recambios, Theo Hern¨¢ndez y Achraf.
La escasa pujanza de los laterales en el plano ofensivo, sumado al momento disperso que atraviesan Asensio y Lucas, los dos atacantes capaces de abrir el campo, anestesia al Madrid menos vertical y obliga a Zidane a rebuscar en la pizarra y repasar la t¨¢ctica.
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