La felicidad, Messi y el portero de Serrat
La renovaci¨®n (o no) del astro argentino tiene a la afici¨®n del Bar?a carcomida por la incertidumbre
Ya es parad¨®jico que el ¨²nico club de ¨¦lite en Espa?a que vive feliz sea el Valencia, que hace apenas unos meses merodeaba por el infierno llorando sus miserias. Dir¨¢ el siempre atento lector que de qu¨¦ va esto, que hay un equipo, el Bar?a, invicto en la Liga, invicto en Europa, intocable, intratable y l¨ªder con 10 puntos de ventaja sobre su gran rival, el Madrid. Cierto es. El Bar?a vuela a velocidad de crucero y poco importa que de f¨²tbol se le vea escaso, m¨¢s all¨¢ de que con Messi en la partida siempre saque la carta m¨¢s alta. Pero buena parte de la hinchada azulgrana sigue sin alcanzar la felicidad. Y no por el derrotismo que un siglo atr¨¢s acompa?¨® a este club, ni tampoco por el mot¨ªn y posterior fuga de Neymar. Deber¨ªa estar la gent blaugrana entretenida en pitotes y francachelas y, sin embargo, vive carcomida por la incertidumbre. As¨ª lo certifica la carta que Joan Manuel Serrat, uno de sus m¨¢s ilustres miembros, y el m¨¢s universal, escribi¨® a Josep Maria Bartomeu, sorprendentemente todav¨ªa presidente del Bar?a, y publicada en este peri¨®dico el pasado s¨¢bado. Serrat es ese hombre que ha llevado Catalu?a y la lengua catalana por todo el mundo sin necesidad de cubrirse con estelada alguna. Muestra el artista en la misiva su preocupaci¨®n por ¡°un tema que desde hace demasiado tiempo mantiene confusos y desasosegados a socios y simpatizantes de nuestra entidad¡±. ¡°Dig¨¢moslo claro¡±, a?ade. ¡°Cul¨¦s del mundo: Leo Messi puede negociar a partir del 1 de enero con quien quiera y por lo que quiera¡±.
¡°Cuarenta y cinco d¨ªas¡± se titula la carta, que m¨¢s bien es una plegaria. Ese es el tiempo que queda para que llegue la ansiada renovaci¨®n de Messi por el Bar?a. Son muchas las voces que aseguran que esa renovaci¨®n ya se ha producido, que todo est¨¢ en orden. Voces que llegan de aqu¨ª y de all¨ª, de directivos, de periodistas que manejan contrastada informaci¨®n (tantos como hay) e incluso del pueblo llano: ¡°Pregunto al portero de la finca que es hombre informado en estos casos y me dice que est¨¦ tranquilo, que Messi est¨¢ renovado por poderes de su padre y su abogado. Solo falta que firme ¨¦l y se hagan la foto¡±, escribe Serrat, m¨¢s creyente del portero de su finca que de dirigentes y comunicadores. La firma y la foto faltan. Detalles insignificantes, dir¨¢n algunos, pero que mantienen en vilo a millones de aficionados que no se creen ni una sola de las palabras de unos directivos responsables (perd¨®n por el ox¨ªmoron), de cuya boca han salido frases del estilo ¡°Neymar seguir¨¢ en el Bar?a al doscientos por ciento¡±. Como para creerles.
As¨ª que el Bar?a, al que asisten mil y una razones futbol¨ªsticas para ser feliz, no lo es. Y qu¨¦ decir del Madrid, equipo llamado a marcar ¨¦poca al que se le ha olvidado que para marcar ¨¦poca es necesario marcar goles. En este caso el problema no son las renovaciones que no se producen sino las que ya se han producido, pues todo el mundo est¨¢ renovado y cu¨ªdese usted de pasear por los aleda?os del Bernab¨¦u no sea que aparezca un se?or y le renueve. Pero aqu¨ª el cr¨ªtico madridista lo tiene f¨¢cil, pues le basta con despellejar a la BBC, por mucho que una de las bes no juegue, y asunto concluido. Y entre los grandes queda el Atl¨¦tico, que fue enorme hasta hace bien poco y que ahora pena al borde del despido de la Champions. Con este panorama no es extra?o que en el f¨²tbol espa?ol de ¨¦lite la felicidad sea propiedad del Valencia y del portero de la finca de Serrat, al que viene como anillo al dedo aquella magn¨ªfica canci¨®n cuyo escueto t¨ªtulo reza Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer un tipo que un d¨ªa fue feliz.
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