Rubiales se vende como el candidato del Gobierno a la federaci¨®n, pero Lete se desmarca de ¨¦l

Luis Rubiales present¨® ayer en la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol (FEF) una moci¨®n de censura contra el presidente suspendido ?ngel Mar¨ªa Villar. De fructificar su intento por desbancar al dirigente vasco, Juan Luis Larrea, presidente en funciones, tambi¨¦n dejar¨ªa el sill¨®n presidencial del organismo federativo. Para ello, Rubiales necesitar¨ªa el apoyo de 70 de los 139 asamble¨ªstas, si la Federaci¨®n no logra imponer lo que dicen sus estatutos, que requieren que sean dos tercios de la asamblea. La celebraci¨®n de la moci¨®n de censura se realizar¨ªa en un plazo de entre 30 y 45 d¨ªas.

En su carrera para suceder a Villar, Rubiales ha tratado de involucrar al Consejo Superior de Deportes (CSD) y a su presidente Jos¨¦ Ram¨®n Lete como grandes defensores de su candidatura desde que empez¨® a postularse en el mes de agosto. Por entonces, comenz¨® a deslizar que contaba con el apoyo de Lete. En sus ¨²ltimas comparecencias en prensa, tambi¨¦n ha tratado de plasmar ese apoyo gubernamental a la moci¨®n de censura presentada. Ayer lo volvi¨® a hacer, mencionando directamente al secretario de estado en el comunicado mediante el que anunci¨® la moci¨®n de censura: ¡°Comunicamos desde la candidatura de Luis Rubiales a la presidencia de la RFEF que en la tarde de hoy se ha procedido a promover la moci¨®n de censura seg¨²n la hoja de ruta marcada por el presidente del CSD y respaldada de forma un¨¢nime por todos los representantes del f¨²tbol espa?ol¡±. La respuesta de Lete fue inmediata: ¡°El Consejo Superior de Deportes quiere comunicar su absoluta neutralidad en las elecciones de cualquier Federaci¨®n espa?ola y el m¨¢ximo respeto a la libertad de elecci¨®n de sus respectivas Asambleas. El CSD no ha marcado la l¨ªnea de actuaci¨®n de ninguna candidatura que se haya podido presentar a elecciones federativas¡±.

Esta neutralidad que defiende el CSD, est¨¢ cuestionada por los opositores a Rubiales al no haber sido suspendidos a¨²n, como sucedi¨® con Villar, y pese a tener abiertos expedientes administrativos por faltas muy graves, a los seis presidentes de territoriales imputados en el marco de la Operaci¨®n Soule (Cantabria, La Rioja, Valencia, Murcia, Melilla y Ceuta). La mayor¨ªa de los barones investigados por el juez Pedraz apoya Rubiales. A estos puede sumarse en los pr¨®ximos d¨ªas el presidente de la territorial catalana Andreu Subies, cercano a Rubiales, al haber llegado a manos de la fiscal¨ªa una denuncia sobre el mal uso de fondos federativos.

El movimiento de Rubiales, que renunci¨® a su cargo como presidente del sindicato de futbolistas (AFE), supone el inicio de una batalla de estrategias e intrigas palaciegas en el coraz¨®n del f¨²tbol espa?ol. Los agentes que intervienen en la refriega pueden generar alianzas inveros¨ªmiles solo hace unos meses. La principal, la de Javier Tebas, presidente de la LaLiga, y Villar, enemigos enconados durante a?os. Ni uno ni otro quieren ver a Rubiales en el cargo. El primero, sobre todo. El segundo, de momento, tambi¨¦n le rechaza, pero Rubiales fue un defensor a ultranza de su gesti¨®n, su delf¨ªn y su brazo armado contra Tebas. A medio plazo, a Villar podr¨ªa interesarle un pacto con Rubiales que le ofreciera garant¨ªas de que desde la Federaci¨®n no se agudizar¨ªan las actuaciones contra ¨¦l que se dirimen en los juzgados. Rubiales dice que cuenta con los apoyos suficientes para ganar, aunque no los desvel¨® en la junta directiva federativa de este jueves. En la reuni¨®n se encontro con la oposici¨®n frontal de Larrea.

El exl¨ªder sindical de los futbolistas lleva dos meses tratando de acercarse a Villar para que ¨¦ste le d¨¦ su apoyo y ejerza sus influencias sobre los barones que le siguen siendo fieles. Hasta el momento se habr¨ªa encontrado con la negativa del dirigente vasco, que no le perdona que hubiera votado a favor de su suspensi¨®n. En un principio, Villar tiene previsto contragolpear contra Rubiales y puede que hasta contra el CSD, al considerar injusta su suspensi¨®n.

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