El Valencia es fuego, el Barcelona agua bendita en Mestalla
El Bar?a iguala con un gol de Alba un espl¨¦ndido duelo presidido por la intensidad de un Valencia espoleado por la diana de Rodrigo y un error arbitral
El Valencia es fuego; el Bar?a, agua. Agua bendita cuando interviene Messi, incluso cuando el ¨¢rbitro no le concede un gol que era gol como sucedi¨® en Mestalla. El factor campo tuvo un peso decisivo en el segundo empate azulgrana en la Liga despu¨¦s del concedido en la cancha del Atl¨¦tico. Aturdido por un muy buen Barcelona, el Valencia se encendi¨® tras repostar en el descanso, correspondiente el equipo con el ¨¢nimo de su hinchada, vitalista y enfebrecida, m¨¢s coral que nunca al grito de ¡°Amunt Valencia¡±. Hay que saber sobrevivir para competir con el Bar?a, irreductible incluso en la adversidad, tambi¨¦n en Mestalla.
La mano del entrenador se nota cada vez m¨¢s en los partidos del Bar?a. No alcanza con mirar la alineaci¨®n sino que se impone atender al encuentro para advertir las consignas que tienen los futbolistas, los matices t¨¢cticos preparados en los entrenamientos, los detalles que son importantes, asuntos capitales en noches exigentes como la de Mestalla. El Bar?a fue un equipo serio, riguroso, equilibrado, solidario, m¨¢s jug¨®n y tambi¨¦n menos contundente que el Valencia. No tuvo la finura ni la agresividad expresada por los valencianistas en el gol de Rodrigo. Un rayo tron¨® despu¨¦s del chirimiri azulgrana hasta que reapareci¨® Messi.
El Valencia fue m¨¢s espectador que protagonista hasta el 1-0. Nadie se enter¨® de que jugaba el in¨¦dito Vermaelen y no el sancionado Piqu¨¦ y Paulinho calz¨® estupendamente en la formaci¨®n rematada por Messi, fresco por la suplencia en Tur¨ªn, feliz con su Bota de oro, reci¨¦n renovado por Bartomeu. Al entrenador azulgrana le preocupaba el contragolpe del Valencia. Hab¨ªa que limitar las p¨¦rdidas, acabar las jugadas y asegurar el repliegue, compactar al equipo, raz¨®n de m¨¢s para apostar por un marcado 4-4-2 con Paulinho y Messi de medias puntas por detr¨¢s de Luis Su¨¢rez. Y el plan redujo al Valencia.
Los azulgrana tomaron la pelota nada m¨¢s salir a la cancha y se pusieron a tocar pacientemente mientras rug¨ªa Mestalla. A las largas posesiones del Bar?a, respond¨ªa con selectivos latigazos el Valencia. Tocaban los azulgrana en busca del pase interior de Iniesta y de Messi o del disparo de Paulinho y Rakitic y se estiraban r¨¢pido de vez en cuando Zaza y Rodrigo. A los barcelonistas, excelentes en el control, les faltaba profundidad y precisi¨®n y a los muchachos de Marcelino les sobraba excitaci¨®n, envalentonados por la hinchada y al mismo tiempo reducidos pora la defensa r¨¢pida, fuerte y adelantada del Barcelona.
Los chicos de Valverde visualizaron estupendamente el partido, pensaban bien, presionaban y cortaban mejor y en cambio ejecutaban mal las jugadas, excesivamente alejado Messi del ¨¢rea de Neto. Una vez reducido el Valencia, al equipo azulgrana solo le faltaba contundencia, un remate o un disparo, incluso un susto en el ¨¢rea de Neto, para coronar su dominio del encuentro, especialmente de su cancha, gobernada por el f¨²tbol de Umtiti, un cacique con pie de seda, s¨ªmbolo de los nuevos tiempos que corren por el Bar?a. El partido no romp¨ªa como anunciaba la jerarqu¨ªa azulgrana hasta que se present¨® Messi.
El 10 enganch¨® un tiro seco que se col¨® por entre las piernas de Neto. La pelota se escurri¨® por las manos del meta y solo el asistente y el colegiado no vieron gol en Mestalla. La hinchada se puso a jalear a su equipo para que el juego no se detuviera y el Valencia no par¨® hasta que Zaza dispar¨® a la izquierda de Ter Stegen mientras los azulgrana se quejaban sin parar al asistente de Iglesias Villanueva. No hac¨ªa falta ni siquiera el VAR para certificar que el cuero bot¨® dentro de la porter¨ªa del Valencia. El error arbitral no par¨® la ofensiva azulgrana que sigui¨® con una gran parada de Neto a remate de Luis Su¨¢rez.
La pelota y el partido eran del Bar?a. Mestalla, sin embargo, aupaba al Valencia. Al equipo de Marcelino le llegaba el aire de la grada, siempre intimidadora, feliz con un equipo que ha despertado con Marcelino y Alemany. A partir de la intensidad y de la agresividad, el Valencia equilibr¨® la contienda tras el descanso y oblig¨® al Bar?a a extremar las precauciones alrededor de Ter Stegen. Los locales y los forasteros estiraban tanto que el encuentro se rompi¨® para suerte del Valencia.
No perdon¨® en cuanto se desajust¨® la defensa del Bar?a. No cerraron bien la banda Semedo y Rakitic ante la profundidad de Guedes y Gay¨¤, despu¨¦s de una apertura de Parejo, y el centro del lateral acab¨® en la punta de la bota del incisivo Rodrigo. Aunque Luis Su¨¢rez nunca supo salir de la posici¨®n de fuera de juego, no desesper¨® el Barcelona. Aguant¨® y esper¨® a Messi. Y el 10, sustituido Iniesta, no par¨® hasta que conect¨® con Jordi Alba. Hay jugadas que son un seguro de vida, incluso en las circunstancias m¨¢s adversas, ninguna como el pase de Messi para el desmarque y tiro cruzado sin parar del exlateral del Valencia.
Aunque hubo m¨¢s llegadas en las ¨¢reas para subrayar que los Valencia-Bar?a son fuertes e intensos, ya no hubo m¨¢s goles y el final respondi¨® al guion: Marcelino sigue sin ganar al Bar?a, que lleva 10 a?os sin perder en Mestalla. A efectos futbol¨ªsticos, los azulgrana reforzaron su liderato a pesar de ceder dos puntos ante un equipo que llevaba la cifra r¨¦cord de ocho victorias y ya encadena 19 partidos invicto cuando afrontan la parte m¨¢s dif¨ªcil del calendario: aguardan Villarreal, Madrid y Anoeta. Aunque ha perdido calidad y desequilibrio, el Bar?a ha ganado cordura, coraje y sentido de equipo con Valverde.
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