James pone freno a la invasi¨®n de Mbapp¨¦
El colombiano conduce al Bayern hacia la victoria (3-1) para dominar a un PSG que solo replic¨® por virtud de su joven estrella, responsable del ¨²nico tanto franc¨¦s en M¨²nich
La ¨²ltima jornada de la fase de grupos de la Champions presentaba m¨²ltiples enigmas de car¨¢cter local y una gran inc¨®gnita de orden universal cuya soluci¨®n asom¨® en M¨²nich, en el duelo que enfrent¨® al Bayern con el PSG. Pocas veces se presentan partidos de tanto voltaje antes de Navidad. El acontecimiento alumbr¨® la cuesti¨®n que la industria del f¨²tbol se plantea con resonancias hist¨®ricas. Una vez comprobado que Mbapp¨¦ es la gran aparici¨®n despu¨¦s de Messi, el futbolista que afronta la pr¨®xima d¨¦cada con m¨¢s recursos, ?asistimos a la gestaci¨®n de su hegemon¨ªa? La respuesta qued¨® condicionada por James Rodr¨ªguez. La magn¨ªfica intervenci¨®n del colombiano, socio de todos en el Bayern, posterg¨® una soluci¨®n. El 3-1, respuesta al 3-0 de Par¨ªs, dej¨® las cosas como estaban tras una hora y media vibrante: l¨ªder el PSG y segundo el Bayern.
Kylian Mbapp¨¦ fue el mejor del PSG, pero su equipo no le acompa?¨® esta vez. James, figura imprescindible en la creaci¨®n de los tres goles del Bayern, recibi¨® la ovaci¨®n del p¨²blico al ser sustituido. Lo aclamaron con la gratitud debida a los hombres que asumen la responsabilidad en los momentos cr¨ªticos. Lesionado Thiago y marginado Vidal en el banquillo, el mediapunta cedido por el Madrid hizo la diferencia en un partido m¨¢s parejo de lo que proyect¨® el marcador. Si el 3-0 de la ida fue un aplastamiento que desencaden¨® la destituci¨®n de Ancelotti, el 3-1 de la vuelta no fue la consecuencia de un baile. En M¨²nich la disputa fue brava y James se convirti¨® en su mejor actor.
Si en la ida el Bayern se desmoron¨® por su banda izquierda, por donde se col¨® Alves; en M¨²nich sucedi¨® al rev¨¦s. Las desgracias del PSG se sucedieron una tras otra en su banda derecha, en donde Alves no consigui¨® lidiar ni con James. ni con Rib¨¦ryi, ni con Coman, tres representantes de un despliegue colectivo que no encontr¨® respuesta por parte de Emery.
James interpret¨® con destreza el juego entre l¨ªneas, intercambi¨® posiciones con Rib¨¦ry en el carril del once para desmontar las marcas, y se sum¨® al mediocampo con sentido del tiempo. Imprimi¨® a las jugadas la clase de profundidad que pone a una defensa en estado de alarma. Bien protegido por Rudy y Tolisso, el colombiano movi¨® la pelota con soltura y velocidad, y siempre actu¨® sin dar la impresi¨®n de ajustarse a un molde. En el PSG no sucedi¨® lo mismo. Verratti en un flanco, Draxler en el otro, y Rabiot en el medio, no parecieron armonizar. Demasiado r¨ªgidos posicionalmente, se mostraron ofuscados para iniciar el juego y casi siempre derivaron la construcci¨®n a los costados, permitiendo que el Bayern cerrara los espacios con m¨¢s facilidad. Por all¨ª se bloquearon Alves y Kurzawa, contribuyendo al aislamiento de Neymar y dejando fuera de la circulaci¨®n a Cavani.
El panorama no pod¨ªa ser peor para el PSG, que habr¨ªa quedado expuesto al descontrol de no ser por su estrella de 18 a?os. Mbapp¨¦ se bast¨® para amenazar al Bayern por sus propios medios. Desde el primer minuto, con un remate al primer palo que sac¨® Ulreich con problemas. Cada intervenci¨®n de Mbapp¨¦ fue sorprendente. Hiciera lo que hiciera. Defendiendo, anticip¨¢ndose, distribuyendo el juego a un toque en el c¨ªrculo central, dando pases de gol que Neymar no supo concretar o apareciendo para rematar. Se fue con un gol. Pudieron ser dos o tres.
Contra pron¨®stico, James le hizo sombra al ¨ªdolo emergente. Meti¨® el centro que deriv¨® en el 1-0 de Lewandowski y provoc¨® las jugadas que desembocaron en los dos cabezazos de Tolisso, dos situaciones evitables que la defensa del PSG no supo gestionar. Silva y Marquinhos no se entendieron, los volantes tampoco ayudaron, y la irrupci¨®n del mediocampista franc¨¦s provoc¨® estupefacci¨®n.
Hasta hace no mucho Neymar gastaba los partidos con la desenvoltura de un adolescente en el patio del instituto. El rostro se le iluminaba cada vez que pisaba el campo. Ya no. En M¨²nich present¨® su novedoso semblante oto?al. Mustio, malhumorado, como si las circunstancias lo contrariasen o lo aburriesen. Acab¨® el partido march¨¢ndose al vestuario a toda prisa, mientras Mbapp¨¦, que le est¨¢ robando el protagonismo, intercambiaba la camiseta con Cavani.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.