El ¡°brujo Manuel¡±, la otra clave de la selecci¨®n Argentina adem¨¢s de Messi
La selecci¨®n nacional y varios clubes se encomiendan a los rezos de un vidente para limpiar las energ¨ªas negativas
La imagen del a?o deportivo que ni la televisi¨®n ni las redes sociales mostraron ocurri¨® en secreto. Fue esot¨¦rica, en las entra?as del estadio Atahualpa de Ecuador, un par de horas antes de que Argentina se jugara su pasaje (o su eliminaci¨®n) al Mundial de Rusia 2018. Los pocos testigos que presenciaron la ceremonia, aquel 10 de octubre de 2017 en Quito, sugieren una atm¨®sfera m¨ªstica: la camiseta de la selecci¨®n argentina con el n¨²mero 10 y el apellido Messi en el dorso, una plegaria religiosa y un ¡°brujo¡± a cargo del rito. El f¨²tbol argentino cree en Messi y en el brujo?Manuel.
¡°Fue a escondidas¡±, reconstruye, dos meses y medio despu¨¦s, Manuel Valdez, conocido en su pa¨ªs desde aquel d¨ªa como el brujo Manuel, un vidente de 57 a?os al que un directivo de la Asociaci¨®n del F¨²tbol Argentino (AFA) invit¨® a Ecuador para que limpiara las energ¨ªas negativas de la ¡°albiceleste¡± antes del ¨²ltimo partido en las Eliminatorias. Aquel d¨ªa los fot¨®grafos lo descubrieron mientras recorr¨ªa el campo de juego antes del partido, pero lo que no trascendi¨® fue que su trabajo hab¨ªa ocurrido en el vestuario de Argentina, tambi¨¦n en la previa del juego, cuando todav¨ªa no hab¨ªa sido ocupado por los jugadores y por el cuerpo t¨¦cnico: Manuel pidi¨® las camisetas de Messi y ?ngel Di Mar¨ªa, dos de los futbolistas que estaban por jugar el partido m¨¢s dram¨¢tico de las ¨²ltimas d¨¦cadas del f¨²tbol argentino, y rez¨® sobre los escudos de AFA de ambas prendas.
¡°Hice lo que hago yo. Ayudo espiritualmente. Rec¨¦ y destrab¨¦ algo que hab¨ªa que destrabar. Veo cosas. Nac¨ª con esto, es algo de siempre, no de ahora. Un d¨ªa, cuando ten¨ªa 8 a?os, me di cuenta. Ahora ayudo a unas 600 o 700 personas por d¨ªa¡±, dice Manuel, al que sus miles de devotos consideran un sanador, un gu¨ªa espiritual o incluso un amigo. El d¨ªa en que ayud¨® a la selecci¨®n argentina en el vestuario del estadio Atahualpa, el improvisado gur¨² de la albiceleste pidi¨® a los utileros que le pasaran los botines con los que iba a jugar Messi: Manuel tambi¨¦n rez¨® sobre el calzado del mejor futbolista del mundo y capit¨¢n de un equipo que entonces temblaba por una posible eliminaci¨®n. ¡°Despu¨¦s de rezar en el vestuario, recorri¨® el campo de juego¡±, agrega Javier Pipo?Mar¨ªn, integrante del departamento de selecciones de AFA y gestor del viaje del cham¨¢n a Quito.
¡°La mano ven¨ªa brava, est¨¢bamos casi afuera del Mundial, y unos amigos del f¨²tbol me sugirieron que llev¨¢ramos a Manuel", dice Mar¨ªn. "Yo no creo en este de tipo de cosas, pero algo hab¨ªa que hacer. En el f¨²tbol hay mucha creencia. Le pregunt¨¦ al presidente de la AFA [Claudio Tapia] si no le molestaba y me dijo que le diera para adelante. Antes del partido, en Ecuador, Tapia le pregunt¨® c¨®mo era lo suyo y Manuel le respondi¨® que ¨¦l no quer¨ªa nada, que s¨®lo ven¨ªa a destrabar a la selecci¨®n, que es una persona muy creyente y que s¨®lo necesitaba dejar sus cosas en el hotel y llegar a la cancha para hacer su trabajo. Es un tipo muy cat¨®lico y muy reservado¡±, cuenta.
Messi convirti¨® tres goles aquella noche, Argentina gan¨® 3-1, clasific¨® a Rusia 2018 y Manuel se volvi¨® de Quito con un regalo inesperado: la camiseta de Messi. No la recibi¨® del propio 10 del Barcelona (¡°no habl¨¦ con ning¨²n jugador¡±, dice, en coincidencia con el testimonio de Mar¨ªn) sino de uno de los utileros del plantel. Las empresas de indumentaria suelen preparar cuatro camisetas por partido para cada futbolista, una para que utilicen en el primer tiempo, otra para el segundo y un par m¨¢s para regalar. ¡°No s¨¦ cu¨¢l me dieron, pero no me importa¡±, dice Manuel. Incluso, seg¨²n Mar¨ªn, el vidente fue retribuido con la camiseta de un segundo futbolista.
La fama?
Aquella noche el brujo?se hizo conocido para los medios argentinos. ¡°M¨¢s tuvo que ver Messi, pero ¨¦l tuvo mucho que ver¡±, declar¨® Tapia, en los minutos siguientes al 3-1 en Quito, mientras se?alaba a Manuel. Sin embargo su nombre ya circulaba hace rato en silencio en el medioambiente del f¨²tbol. El enlace fue Juan Sebasti¨¢n Ver¨®n, quien lo conoci¨® en su ¨¦poca de jugador de Estudiantes, en 2008, cuando no pod¨ªa recuperarse de una lesi¨®n en la rodilla, y lo visit¨® en su recintod e Gorina, en la periferia de La Plata, al que cientos de personas acuden todos los d¨ªas para que Manuel destrabe sus enfermedades, conflictos o problemas (a veces f¨²tiles, como un empacho). Ver¨®n, ex futbolista del Manchester United, se recuper¨® y llev¨® a Manuel a Estudiantes. Desde entonces el brujo,, fan¨¢tico del f¨²tbol e hincha de ese club de La Plata, suele estar al costado del campo de juego en todos los partidos que su equipo juega como local, ¡°un poco como hincha y otro poco trabajando¡±.
En 2009 viaj¨® con el plantel a Brasil para la final de la Copa Libertadores (victoria de su equipo contra Cruzeiro) y a Emiratos ?rabes para el Mundial de Clubes (derrota contra Barcelona el d¨ªa en que Messi, que convirti¨® un gol de palomita, fue su condena).
A mediados de diciembre, dos meses despu¨¦s de volver de Ecuador con la camiseta de Messi, Manuel fue mostrado por la transmisi¨®n televisiva en las finales de la Copa Sudamericana entre Independiente y Flamengo. Primero apareci¨® en el partido de ida, en Argentina, al borde del campo de juego en Avellaneda, y despu¨¦s en los festejos del campe¨®n en el Maracan¨¢ de R¨ªo de Janeiro. Sumado al plantel por el arquero Dami¨¢n Albil, que lo conoc¨ªa de Estudiantes, Manuel viaj¨® a Brasil en el mismo avi¨®n que el plantel y se hosped¨® en el hotel Hilton, de Barra da Tijuca, junto con los jugadores. Los hinchas le ped¨ªan fotos y le agradec¨ªan su presencia.
Pero no siempre su trabajo tiene final feliz. El 10 de diciembre, justo en medio de las dos finales de Independiente, el cham¨¢n favorito del f¨²tbol argentino volvi¨® a ser enfocado por una c¨¢mara de televisi¨®n: estaba a un costado del campo de juego en la derrota de su equipo, Estudiantes, 1-0 ante Boca por la Superliga. En 2014, despu¨¦s de una ca¨ªda de Estudiantes ante Argentinos Juniors, el entonces t¨¦cnico del club, Mauricio Pellegrino (en Alav¨¦s la temporada pasada y en Southampton en la actual), le pregunt¨® cu¨¢l era entonces su ayuda, si el equipo no lograba repuntar. ¡°Y que quer¨¦s que haga, si los jugadores no entran al ¨¢rea ni patean al arco¡±, es la respuesta que le adjudican a Manuel.
El santuario
En las paredes del precario local en el que atiende, rodeado de decenas de v¨ªrgenes de la Iglesia Cat¨®lica e im¨¢genes de Jesucristo, sobresalen otras referencias futbol¨ªsticas: dos fotos de Manuel recorriendo el estadio Atahualpa, un reloj de Estudiantes, una imagen de Ver¨®n y un escudo de Defensa y Justicia, un humilde club del conurbano de Buenos Aires que en 2014 ascendi¨® a Primera Divisi¨®n y ya clasific¨® a dos competiciones internacionales. ¡°Es un club al que ayud¨¦¡±, dice Manuel, pero responde a medias cuando se le pregunta con cu¨¢ntos clubes estuvo o permanece en contacto: ¡°Unos cuantos equipos¡±. Aunque tampoco da nombres, Manuel confirma que, entre los cientos de de personas que por d¨ªa acuden a su ayuda y le confieren un estatus de santo viviente, tambi¨¦n hay futbolistas: ¡°S¨ª, vienen jugadores¡±.
Sin cobrar nada a cambio, aunque acepta una donaci¨®n a voluntad (dinero o, por ejemplo, un paquete de fideos, que despu¨¦s redistribuye entre los vecinos), Manuel atiende en el mismo lugar desde hace 30 a?os. Las visitas, sin embargo, se multiplicaron en los ¨²ltimos meses. Si hasta mediados de este a?o los turnos del d¨ªa se repart¨ªan hasta las 15.00, ahora sus ayudantes entregan los n¨²meros a las 7:00. Sus creyentes, de todas las clases sociales, forman fila desde la madrugada. Desde el resto de la Argentina llegan combis con grupos que recorren cientos de kil¨®metros hasta Gorina. Tambi¨¦n se acercan devotos por su cuenta, a pesar de la ausencia de transporte p¨²blico en un lugar que resume las ambig¨¹edades de la ciudad: Manuel atiende en una zona en la que barrios privados se mezclan con calles de tierra, cloacas a cielo abierto, casillas de madera, viviendas con ladrillos a la vista, techos de chapa y una f¨¢brica abandonada que sirve de refugio para familias sin hogar. El recinto del gur¨², que tiene un altar al Gauchito Gil, una figura religiosa argentina por fuera de la liturgia cat¨®lica, es un lugar precario y poco cuidado.
Acaso para alivio para Jorge Sampaoli, el t¨¦cnico de la selecci¨®n argentina que mira de costado este tipo de intervenciones, ¡°el brujo Manuel¡± no viajar¨¢ a Rusia 2018. ¡°No quiero ir al Mundial, es dif¨ªcil que vuelva a la selecci¨®n. Lo de Ecuador fue algo inesperado¡±, dice el hombre cuya irrupci¨®n alimenta una vieja frase: que el f¨²tbol argentino es mitad circo y mitad templo.
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