Mis amigos australianos
Melbourne siempre ha sido muy especial para nosotros. Echo de menos con aut¨¦ntico cari?o a todos esos que hoy se acuerdan de m¨ª y que nos han rodeado de afecto en tantos sitios a los que hemos viajado
Estos ¨²ltimos d¨ªas he recibido dos mensajes de WhatsApp que me han hecho especial ilusi¨®n. El primero fue de Monique, una china muy simp¨¢tica y eficiente que trabaja en el Open de Australia y que se ocupa de mil quehaceres relacionados con el bienestar de los tenistas. Me mand¨® saludos desde su puesto, en el que me la imagino siempre activa y sonriente. El segundo fue de Iain, el conductor de Rafael en el torneo de Australia. Tanto all¨ª como en Roland Garros, algunos tenistas gozan de este privilegio. Rafael pide siempre a Iain en Melbourne ¡ªllevar¨¢ con ¨¦l unos siete u ocho a?os-, como tambi¨¦n a Aureil en Par¨ªs.
El de Australia es un se?or jubilado, entra?able y, a d¨ªa de hoy, nuestro amigo al otro lado del globo. Un d¨ªa de la semana pasada Rafael y todo el equipo estuvieron cenando en su casa en las afueras de la ciudad. Fue cuando me mand¨® el mensaje dici¨¦ndome que se me extra?aba. Me mand¨® tambi¨¦n un saludo para mis tres hijos, a los que dio c¨¢lido consuelo cuando en 2014 los acompa?¨® al aeropuerto porque ten¨ªan que regresar a casa para ir al cole y no pod¨ªan dejar de llorar con irrefrenable desolaci¨®n. No quer¨ªan irse de un pa¨ªs y de un torneo que sigue teni¨¦ndolos alucinados.
Si s¨®lo agradeciera los triunfos y las gestas deportivas de mi sobrino en todos los a?os en que le he acompa?ado, ser¨ªa injusto y, adem¨¢s, faltar¨ªa a la verdad. Ahora que ya no estoy con ellos, me acuerdo mucho y echo de menos con aut¨¦ntico cari?o a todos esos amigos que hoy se acuerdan de m¨ª y que nos han hecho sentir rodeados de afecto en tantos sitios a los que hemos viajado. Estas son, sin duda, las cosas que m¨¢s valoro de todo lo que hemos vivido en estos a?os.
El torneo de Australia ha sido siempre muy especial para nosotros. Recuerdo el primer a?o que estuvimos all¨ª, con la sensaci¨®n bien justificada de que est¨¢bamos muy lejos de casa, en una ciudad realmente hermosa y en un evento espectacular donde los haya. Los australianos son muy aficionados al tenis y esto se refleja en el ambiente en las canchas y en la magn¨ªfica organizaci¨®n de todo el torneo.
El complejo deportivo de Melbourne Park, al que yo sol¨ªa llegar paseando desde nuestro c¨¦ntrico hotel, est¨¢ situado a orillas del r¨ªo en un enclave precioso. La ciudad es grande pero est¨¢ llena de parques de gran belleza, como el Jard¨ªn Bot¨¢nico, y plazas y paseos llenos de vida. Es una de las m¨¢s agradables que he conocido, a pesar de sus grandes dimensiones.
En 2009 Rafael levant¨® el trofeo en el impresionante estadio Rod Laver Arena en un partido cuyos momentos previos recuerdo como algunos de los m¨¢s dif¨ªciles de la carrera de mi sobrino. Rafael hab¨ªa jugado una semifinal de 5 horas y 14 minutos contra Fernando Verdasco en un duelo de infarto que vi de nuevo hace poco con mis hijos. A escasas horas de enfrentarse a Roger Federer en la final, su cuerpo no respond¨ªa y su cabeza, tampoco. En alguna ocasi¨®n he relatado las horas previas a ese partido y, quiz¨¢s, en una de las pr¨®ximas columnas vuelva a hacerlo.
Verle levantar ese trofeo, siendo el primer espa?ol en conseguirlo, es un recuerdo que sigo recuperando con mucha alegr¨ªa y con la ilusi¨®n de que lo repita, sobre todo ahora que acabo de verle imponerse con firmeza a un nada f¨¢cil Leonardo Mayer. Son momentos que se quedar¨¢n en mi memoria para siempre, junto con el apreciado cari?o de Monique y de Iain.
Buenos momentos y buenos afectos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.