El Legan¨¦s sonroja al Real Madrid
Un hist¨®rico y valiente equipo pepinero da la campanada en el Bernab¨¦u y elimina con m¨¦ritos a un rival destartalado y rutinario, sin otro recurso que el juego a¨¦reo
Hist¨®rico. Lo del Legan¨¦s en el Bernab¨¦u fue todo un pepinazo. Una noche que los pepineros se contar¨¢n durante generaciones. Porque el heroico relato lo merece un equipo del sur de la capital que alcanz¨® la primera semifinal copera de su vida a costa del campe¨®n de Liga y Europa. Y con remontada en un santuario como el de La Castellana. Casi nada para este modesto y ejemplar club que rema desde la periferia en un territorio vedado por el Madrid y el Atl¨¦tico.
Para el Real, un varapalo considerable, de aquellos que dejan eco. Una Copa tirada con tal impotencia que en Chamart¨ªn no fue capaz de vencer al Fuenlabrada, al Numancia y al Legan¨¦s. Y los tres anotaron dos goles en feudo blanco. Por m¨¢s que la Copa no fuera la prioridad madridista, a estas alturas era el trofeo m¨¢s al alcance. Ni en la ida ni en la vuelta el Madrid tuvo mejor escala que el Legan¨¦s, lo que amplifica el descalabro de los de Zidane, despedidos por los suyos con la primera bronca del curso. Un curso tan opuesto al anterior que ese segundo pelot¨®n graduado con honores la pasada temporada ha resultado un fiasco en esta edici¨®n de la Copa.
Tres d¨ªas despu¨¦s de zurrar de lo lindo al Deportivo con una notable actuaci¨®n gremial, el Madrid, que solo repiti¨® con Nacho como titular, volvi¨® a ser un espanto. Un equipo rutinario, previsible, sin chicha ni volumen alguno, limitado a un bombardeo a¨¦reo en el arre¨®n final. Un conjunto mal cosido, demasiado estirado y muy cuarteado, con muchas grietas. Como prueba elocuente, sin avisos en el ¨¢rea del Legan¨¦s, ni una ocasi¨®n o algo que se le pareciera en todo el primer acto. Un tiempo para el olvido madridista, ulceroso. Todo lo contrario para el Legan¨¦s, que ya desde la alineaci¨®n advirti¨® que la Copa le iba. Nada de ce?irse al papel de resistente sin m¨¢s. Asier Garitano envid¨® con tres atacantes ¡ªEl Zhar, Beauvue y Amrabat¡ª, un enlace ofensivo ¡ªEraso¡ª y un pivote central con alma de media punta ¡ªGabriel¡ª. Con tal disposici¨®n y mucho m¨¢s ¨¢nimo, el cuadro pepinero no solo se sacudi¨® a su rival, sino que le rebaj¨® a la nada sin perder la vista al frente.
Entre la trama de camisetas blancas las p¨¦rdidas se sucedieron. Cuesta creer que en un Madrid hubiera tanto pie dislocado. El primer se?alado, el joven Achraf, muy confuso y protagonista de varios enredos. Lo mismo que Kovacic, empecinado en conducir la pelota y desperdigarse por zonas inapropiadas. Tampoco Asensio tuvo peso, lo mismo que Llorente o Theo. Solo Isco ped¨ªa carrete, pero nadie le daba una m¨ªsera puntada.
Bien apa?ado y sin alertas, el Legan¨¦s se movi¨® con toda la soltura que le concedi¨® su her¨¢ldico contrario. Beauvue, con una falta directa al poste derecho de Kiko Casilla, dio pista de las intenciones del gallardo equipo de Garitano. Los visitantes no estaban de mirandas. Con Gabriel al mando, un futbolista con mucho cuajo, con estupendo manejo para articular el juego con sentido y con flirteos frecuentes con el gol, los visitantes merodeaban por campo madridista. Hasta que del err¨¢tico transitar local se contagi¨® incluso el infalible Nacho. Achraf le tir¨® un pase con tirachinas, Nacho, con Eraso en el cogote dud¨® en el cruce y el jugador del Legan¨¦s se encontr¨® con la porter¨ªa de frente, aunque a varias cuadras. Pudo avanzar, pero arm¨® un disparo tremendo. Golazo.
Al gol no reaccion¨® el Madrid hasta el primer parpadeo del segundo acto, precedido por la arenga de Sergio Ramos a sus reclutas, sabedor del mal trago al que se enfrentaban. Rumbo al vestuario en el intermedio, la hinchada ya hab¨ªa despedido al equipo con pitos. Tan inmediata fue la respuesta que antes de los dos minutos empat¨® Benzema, al que la zaga pepinera desatendi¨® dos veces. Tanto cuando el galo dej¨® el ¨¢rea para combinar con Lucas V¨¢zquez como cuando el gallego percibi¨® el desmarque del franc¨¦s. Benzema, con la clase que le distingue, pic¨® la pelota sobre Champagne como el que afina un viol¨ªn. Ni as¨ª, con la igualada, aprovech¨® el Madrid la ola buena. Una vez m¨¢s en esta Copa, salvo el remar de Lucas V¨¢zquez, no hubo quien se rebelara entre los de la segunda unidad.
Un par de saques de esquina del Legan¨¦s encendi¨® de nuevo las alarmas en Chamart¨ªn. Una suerte, las de los c¨®rneres, que domina muy bien el equipo de Garitano. Lo evidenci¨® Gabriel, con un cabezazo at¨®mico tras un lanzamiento de Eraso desde la esquina.
Con el Bernab¨¦u con la nuez retorcida, Zidane recurri¨® a Modric y Carvajal. Con ¨¦ste por Achraf, la banda derecha blanca se convirti¨® en la mejor hoja de ruta para el Madrid. Lo vio Garitano, que ech¨® el lazo a Ra¨²l Garc¨ªa, un centinela para tapar la sociedad Lucas-Carvajal. Sorprendi¨® Zidane al retirar a Isco, por m¨¢s que el discurrir de la jornada precisara de su ¨²nico punta en el banquillo, Borja Mayoral. Ya con Mayoral anidando en el ¨¢rea, lo que fortaleci¨® el juego a¨¦reo local, Ra¨²l Garc¨ªa acab¨® como tercer central. Por entonces, ya en el ¨²ltimo tramo, Sergio Ramos tambi¨¦n oficiaba de ariete. El Madrid se descamis¨® en el per¨ªmetro de Champagne, que hizo su primera parada en el minuto 80 tras un tiro de Benzema. El Real iba de cabeza. Uno se le escap¨® por poco a Mayoral y Champagne acert¨® en otro de Sergio Ramos. Ya no hubo m¨¢s. Solo truenos para este Real Madrid tan poco fiable y bendiciones para un Legan¨¦s de ¨¦poca.
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