El Eibar rompe los t¨ªmpanos al Sevilla
El equipo azulgrana inicia la goleada a los 40 segundos y la concluye a los 83 minutos, en un recital de principio a fin
El Eibar juega con el reloj adelantado, con el coraz¨®n acelerado y esperanzado como un muchacho travieso. A los 40 segundos, Kike Garc¨ªa hizo carambola con las redes de la porter¨ªa con un zurdazo donde se mezclaban las ganas, la rabia y el ansia del goleador que de repente ve sus ojos enredados en la red como ¨²nica visi¨®n. El gol no solo premiaba su trabajo de gladiador infatigable, sino que desnudaba la principal carencia del Sevilla durante todo el partido: la inconsistencia defensiva. Tantos ojos puestos en Sergio Rico, tras sus recientes errores, cuando en realidad era su l¨ªnea defensiva la que evidenciaba demasiados agujeros negros. Pero el pasillo que le ofrece Nico Pareja, que jugaba su primer partido desde septiembre, fue una invitaci¨®n a la exaltaci¨®n del gol. Y ya fue todo as¨ª: Pareja arrastr¨® a Langlet, poco consistente. A Lay¨²n se le not¨® el debut (como a Roque Mesa, un poco menos a Sandro) y Escudero padeci¨® el sufrimiento de Orellana, un rat¨®n mec¨¢nico lleno de talento que ha asumido una posici¨®n, la de extremo derecho, que ven¨ªa repudiando en sus anteriores equipos (Celta o Valencia) y que ahora Mendilibar ha conseguido que festeje. El chileno empez¨® bien, pero acab¨® mejor, solidario en defensa.
En 10 minutos, el Eibar le hab¨ªa rematado tres veces al Sevilla: un gol, un cabezazo al larguero de Charles (con falta previa) y un disparo de Orellana. Y el bal¨®n era del Sevilla, y funcionaba eso de la posesi¨®n, del control del juego. Pero, ?qui¨¦n controlaba a qui¨¦n? El Eibar le rompi¨® los t¨ªmpanos al Sevilla con un goleada intratable, con tantos de todas las facturas y una suma de oportunidades. Montella hab¨ªa reservado para la Copa a futbolistas b¨¢sicos como Navas, Banega, Correa y Mudo V¨¢zquez (que ni viaj¨®) y dio paso a los futbolistas invernales. La apuesta la perdi¨® a los 40 segundos y la arruin¨® en una contra fulgurante del Eibar de lado a lado el campo, casi al primer toque, que Orellana convirti¨® en el segundo palo, y solo pareci¨® recuperarla cuando Sarabia transform¨® un dudoso penalti por mano de Dani Garc¨ªa.
Fue un espejismo. El Eibar funcionaba con otra velocidad, con su defensa adelantada, sin miedo,al amparo del m¨²sculo de Diop y la geometr¨ªa de Dani Garc¨ªa para resistir al rival, que no le encontraba la espalda. Nolito no lograba actuar como un enganche solvente y Sandro, bullicioso, y Sarabia, impreciso, sucumb¨ªan a la voracidad de Rub¨¦n Pe?a y Jos¨¦ ?ngel. Poco a poco el partido adquiri¨® el car¨¢cter de un concierto, donde el Sevilla, contratado como artista, actuaba de telonero y el presunto telonero desgranaba su recital de canciones que acumula ya muchas goleadas en el escenario de Ipurua.
A la media hora Ramis volvi¨® a medir la blandura defensiva del Sevilla cabeceando un saque de esquina anticipando su corpach¨®n a la espalda de Lemglet. La veteran¨ªa es un grado. Y el grado creci¨® en la segunda mitad, donde el Sevilla apenas fue capaz de crear m¨¢s que una ocasi¨®n de gol, un remate al poste de Sarabia, y un cabezazo de Ben Yedder detenido por Dmitrovic. A cambio encaj¨® otros dos goles. Uno de Orellana, listo para adivinar el majestuoso error de Lenglet en el pase hacia atr¨¢s que el chileno llev¨® a la red, m¨¢s listo que los ratones colorados. El otro lo marc¨® Arbilla, un magn¨ªfico lanzador de fatas. En pleno festival de rock, lo suyo fue una balada y ya se sabe que los heavys tienen fama de ser los mejores baladistas de la m¨²sica. Montella tuvo que tirar de sus titulares, paro ya era tarde. Hab¨ªa perdido desde el segundo 40 hasta el ¨²ltimo. Poco pudo disfrutar.
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