El misterio Valverde alcanza las 111 victorias
Siete meses despu¨¦s de romperse la rodilla, el murciano gana la Vuelta a Valencia a los 37 a?os y muestra que cada a?o se encuentra mejor
Si cuando le llegue el momento, Alejandro Valverde dona su cuerpo a la ciencia, seguramente habr¨¢ pelea de cient¨ªficos en todo el mundo para hacerse con ¨¦l y, destrip¨¢ndole, desentra?ar el misterio, intentar conocer uno de los secretos m¨¢s extra?os de la fisiolog¨ªa y la psicolog¨ªa deportivas. Para responder a la pregunta que ya, cuando el murciano se acerca a cumplir los 38 a?os, todos se hacen: ?c¨®mo es posible que el organismo de un ciclista rinda m¨¢s seg¨²n pasan los a?os y, as¨ª deber¨ªa ser, sus c¨¦lulas envejecen y pierden vigor?
La general de la Vuelta a la Comunidad Valenciana, sellada el domingo, acompa?ada de dos triunfos de etapa estrepitosos (los h¨¦roes del ciclismo nunca son discretos, siempre hacen ruido, hasta en sus menores gestas) el jueves y el s¨¢bado, eleva a 111 el n¨²mero de victorias que ha conseguido Valverde desde que se hizo profesional, en 2002. Hay millones de personas que toda su vida racional han estado oyendo en la radio hablar de Valverde, el ciclista, o vi¨¦ndole pedalear victorioso por la tele. Hace apenas siete meses, el primer d¨ªa de julio de 2017, le vieron y le oyeron gritar de dolor con la rodilla destrozada despu¨¦s de caerse bajo el aguacero, deslizarse sin poder evitarlo y chocar con violencia contra una valla que delimitaba el recorrido de la contrarreloj de D¨¹sseldorf con que comenzaba el Tour.
Muchos miraron su edad, miraron su rodilla y concluyeron que ah¨ª se hab¨ªa acabado Valverde. Bastante ha durado, se consolaron. Se equivocaron, claro. Maravillada, su gente en el equipo Movistar, no sabe c¨®mo contarlo sin recurrir a frases hechas. Les desborda el fen¨®meno y les sorprende como siempre ha hecho. ¡°Es que est¨¢ a¨²n mejor que el a?o pasado a comienzos de temporada, y ya aquella la consideramos la mejor temporada de su vida hasta que se cay¨® [gan¨® en el 17 la Vuelta a Andaluc¨ªa, la Volta a Catalunya, la Vuelta a Murcia, la Vuelta al Pa¨ªs Vasco, su quinta Flecha Valona y su cuarta Lieja-Basto?a-Lieja]. Es como los grandes vinos, mejora con los a?os¡±, dice su director, Eusebio Unzue, que busca palabras y las encuentra, y le fastidia, porque todas ellas han perdido valor por la repetici¨®n abusiva: ¡°Es ¨²nico e irrepetible¡±.
Tampoco el m¨¦dico del equipo, Jes¨²s Hoyos, quiz¨¢s la persona mejor conoce el organismo de Valverde, da con una explicaci¨®n, con la clave. ¡°Est¨¢ mejor que nunca¡±, repite. ¡°De la operaci¨®n de rodilla apenas le queda rastro. La diferencia del di¨¢metro del cu¨¢driceps entre las dos piernas, que lleg¨® a ser de 4,5 cent¨ªmetros cuando retorn¨® a los entrenamientos, ya es casi inapreciable, de poco m¨¢s de un cent¨ªmetro solo¡±.
De Valverde es dif¨ªcil saber mucho, concluyen todos. Aunque est¨¦ ya bien avanzado el siglo XXI y los avances en la tecnolog¨ªa de los entrenamientos permiten programar a los ciclistas como m¨¢quinas, Valverde es un ciclista antiguo, de aquellos que dec¨ªan que se entrenaban por sensaciones. Nunca lleva puls¨®metro, porque le molesta la correa en el pecho, y aunque la bici lleva incorporado un potenci¨®metro, ni se fija en los vatios que genera ni en entrenamiento ni en carrera. ¡°Simplemente descargamos los datos en nuestro ordenador y observamos c¨®mo va, sin m¨¢s. ?l no lo mira¡±, dice Hoyos. ¡°B¨¢sicamente se puede decir que se entrena seg¨²n le pide el cuerpo¡±. O, seg¨²n le pican sus compa?eros de grupeta, que se desesperan provoc¨¢ndole en el los entrenamientos por la regi¨®n de Murcia. Valverde, el Imbatido, no se deja ganar ni un sprint en un repecho. Por nadie. ¡°Cada a?o me encuentro mejor¡±, dice.
Valverde, en persona, tampoco sabe c¨®mo explicarlo sin salir de lo de siempre, que para ¨¦l el ciclismo no es un oficio, sino una pasi¨®n, y que no sabr¨ªa vivir si se saliera de la rutina del ciclista, de los entrenamientos, la siesta, el cuidado con las comidas. ¡°Vivir¨ªa peor si no lo hiciera. A m¨ª, eso no me cuesta ning¨²n esfuerzo ni me cansa, antes al contrario. Es un sacrificio, s¨ª, pero si te gusta¡¡±, suele decir el corredor, que no cogi¨® ni un gramo de peso mientras estuvo paralizado y en rehabilitaci¨®n. ¡°Y, adem¨¢s, corro sin miedo, sin presi¨®n, disfrutando... Como estoy bien de forma f¨ªsicamente y no tengo miedo a fallar, hago movimientos arriesgados que antes no me atrev¨ªa y me la juego muchas veces y me sale. Y antes, siempre pensaba a ver si me voy a quedar, a ver si tal... Me atenazaba¡±.
O es eso o tendr¨¢ que ser verdadera la hip¨®tesis que avanza el propio ciclista: ¡°Me debieron de poner un par de caballos de m¨¢s potencia en los tornillos cuando me operaron la rodilla¡±¡
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