El doble resbal¨®n contra el Madrid que condena a Emery
La titularidad de Lo Celso y la entrada de Meunier desacreditan al t¨¦cnico del PSG
Unai Emery y Nasser Al-Khelaifi viajaron en la primera l¨ªnea de asientos del autob¨²s que llev¨® al PSG del Bernab¨¦u a Barajas, en la noche del mi¨¦rcoles. A la izquierda, con la frente contra la ventana, el entrenador con la mirada clavada en la nada a trav¨¦s del cristal; a la derecha, Al-Khelaifi, el presidente del club, con el rictus de la rabia endurecido en la cara, inc¨®modo, como si la proximidad con su acompa?ante le incomodase. El autob¨²s no se hab¨ªa detenido cuando el dirigente ya estaba de pie lanzado hacia la puerta para desaparecer en la terminal lo antes posible. Emery tard¨® un rato en levantarse de su asiento. Cuando lo hizo la plantilla ya se hab¨ªa ido, dej¨¢ndole solo. Le aguarda el viaje m¨¢s duro de su carrera como entrenador. Si no levanta la eliminatoria el 6 de marzo en Par¨ªs su trayectoria quedar¨¢ irreparablemente da?ada.
El 3-1 del PSG en el Bernab¨¦u se inscribir¨¢ como el partido del doble tirabuz¨®n de Emery. Dos piruetas t¨¢cticas de m¨¢ximo riesgo emprendidas sin atender consejos ni mirar consecuencias. Seg¨²n los t¨¦cnicos y los analistas consultados, se trata de dos decisiones que contradicen las leyes elementales del f¨²tbol. Primero, poner a Giovanni Lo Celso en el mediocentro; despu¨¦s, alterar la l¨ªnea de defensa introduciendo a Meunier en el lateral derecho. Dos movimientos que dieron m¨¢s vida al rival que a sus propios jugadores. Dos medidas que, tras el partido, defendi¨® con vehemencia.
¡°Giovanni ha hecho un gran partido y el mejor momento del equipo fue cuando entr¨® Meunier¡±, se?al¨®. ¡°Lo hab¨ªamos trabajado en los entrenamientos¡±.
Los expertos lo contradicen. ¡°Una ley del f¨²tbol indica que con el partido lanzado nunca debes tocar tu defensa cuando est¨¢ asentada, salvo accidente¡±, dice un director deportivo espa?ol que prefiere el anonimato; ¡°y mucho menos en un partido de la mayor dificultad. Para un defensa, entrar en fr¨ªo siempre entra?a un riesgo de adaptaci¨®n muy grande porque no es f¨¢cil coger la marca de los rivales sobre la marcha¡±.
Joven y desnaturalizado
El primer escorzo t¨¢ctico fue cambiar la zaga en el minuto 66. Alves estaba cumpliendo y, sin embargo, el t¨¦cnico lo meti¨® en el mediocampo para ubicar a Meunier en el lateral derecho. El belga ten¨ªa motivos para no sentirse c¨®modo. Hasta el verano pasado se contaba entre los tres mejores laterales diestros de Europa pero desde entonces hab¨ªa pasado a la suplencia porque Emery concedi¨® la titularidad a Alves. En el PSG recuerdan que Meunier siempre sospech¨® que Alves le hab¨ªa quitado el puesto porque era amigo de Neymar. Su participaci¨®n en la remontada del Camp Nou (6-1) le carg¨® con un peso a?adido. Atribulado por temperamento, Meunier naufrag¨®. No supo cogerle la distancia a Asensio y acab¨® por abrir la puerta al Madrid en los dos ¨²ltimos goles.
La titularidad de Lo Celso fue una decisi¨®n personal¨ªsima de Emery en la medida en que la defendi¨® en solitario frente a una parte de su cuerpo t¨¦cnico. Sus ayudantes le sugirieron que el argentino, un joven mediapunta natural, pod¨ªa no estar listo para desempe?ar un papel como el que requer¨ªa el mediocentro en un partido tan dif¨ªcil. Emery se obstin¨® en considerar que si Lo Celso pod¨ªa jugar en esa posici¨®n contra el Toulouse o el Lille, tambi¨¦n podr¨ªa cumplir en la Champions. Lo eligi¨® en detrimento de Lass, Verratti o Rabiot, y el PSG lo sufri¨®. El penalti a Kroos ¡ªantesala del 1-1¡ª fue el error m¨¢s evidente de un muchacho que, adem¨¢s de jugar fuera de su sitio, jam¨¢s lo hab¨ªa hecho con tanta presi¨®n.
Unai Emery ha disputado 19 partidos en los campos del Madrid y el Barcelona. El balance es de 18 derrotas y un empate.
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