El Alav¨¦s ve la luz, el Depor las tinieblas
Un gol de Munir dispara al cuadro vitoriano hacia la zona templada de la tabla y le distancia en diez puntos del descenso y en once de un rival afligido y bloqueado
El Alav¨¦s est¨¢ a punto de culminar su gran escapada, la del equipo que empez¨® la liga con seis derrotas y en la jornada trece era colista con apenas seis puntos, la mitad de los que ten¨ªa el Deportivo, que entonces marcaba los puestos de salvaci¨®n. Arrib¨® entonces Abelardo al banquillo del equipo vitoriano y ahora el Alav¨¦s est¨¢ diez puntos sobre el descenso y once sobre el rival al que derrot¨® en Mendizorroza, un aut¨¦ntico fort¨ªn. Fue el sexto partido de Liga all¨ª desde la llegada del t¨¦cnico asturiano y solo el Legan¨¦s, sobre la bocina, fue capaz de rascar un empate. Cayeron Las Palmas, M¨¢laga, Sevilla, Celta y ahora Deportivo. El Alav¨¦s cabalga hacia la zona templada mientras el Deportivo va hacia el abismo, incapaz de rebelarse ante su mediocridad.
El inicio anunci¨® cat¨¢strofe para el Deportivo, que no es un equipo fiable en defensa y se acun¨® ante su porter¨ªa. No fue as¨ª, el partido le ofreci¨® varias oportunidades. Las despreci¨®. Sobrevivi¨® a una tempranera y habitual concatenaci¨®n de desastres cuando apenas salir al campo Luisinho no salt¨® en la disputa de un bal¨®n a¨¦reo con Ibai, que cabece¨® hacia la zona de la verdad y se encontr¨® con una zaga de mentira, con un agujero que habilit¨® a Rub¨¦n Duarte. Tan solo como sorprendido, el lateral estrell¨® un estrepitoso remate en el palo.
El Deportivo empez¨® a desplegarse a partir de Bakkali, que a base de buscar el uno contra uno estir¨® al resto de sus compa?eros. Encontr¨® adem¨¢s un socio en Adri¨¢n, devenido en mediapunta desde la llegada de Seedorf. Al asturiano siempre se le espera por su clase, pero como delantero no lleg¨® al tope en el que se le aguardaba, amparado en su velocidad encontr¨® acomodo en la banda, pero no es un extremo al uso. Igual Seedorf, que por fuerza debe tocar cosas para zurcir a un equipo descosido, le encuentra ahora una ubicaci¨®n donde pueda explotar su tan intermitente talento. O al menos en la que pueda ayudar a un equipo canino que ha pasado de tratar de jugar la pelota desde atr¨¢s con los mediocentros a ignorarlos en la salida de la pelota, detalle que convierte a futbolistas como Krohn-Dehli en fantasmag¨®ricos. Pero ah¨ª, en las segundas jugadas o en las continuaciones, Adri¨¢n se movi¨® durante bastantes minutos de manera indetectable.
El Alav¨¦s se cay¨® tras su pujante estreno y durante media hora hasta el descanso qued¨® reducido su empuje a todo lo que pudiera obtener en las acciones a bal¨®n parado. Le asust¨® el Deportivo en un contragolpe conducido por Adri¨¢n que Bakkali acab¨® en el palo, con el mismo remate e id¨¦ntico final que el lunes pasado en la apertura del partido contra el Betis. O Andone, que pifi¨® un remate en boca de gol. O incluso Albentosa, que estuvo cerca del gol en una incorporaci¨®n al ¨¢rea rival. Se preocup¨® el Alav¨¦s, que en la circulaci¨®n era un espejo del Deportivo, sin mucha querencia por exponer y buscar superioridades en campo contrario. Pero el descanso le rescat¨®. O le hizo perder el hilo al equipo de Seedorf.
En ese receso muri¨® la m¨ªnima ambici¨®n que hab¨ªa mostrado el Deportivo. Subi¨® apenas una marcha el Alav¨¦s en ritmo de bal¨®n y sobre todo en intensidad de su presi¨®n y le bast¨® para volver a dominar el partido. Desapareci¨® Adri¨¢n, que de pronto no toc¨® bola. Cuando el partido va en direcci¨®n a su porter¨ªa sufre el Deportivo porque es un gruyere, no es contundente ni agresivo, ni corajudo. No tiene las caracter¨ªsticas que trata de explotar Seedorf, anhelante de once guerreros. Pues no abundan en su plantilla.
Marc¨® Munir en un magn¨ªfico disparo desde fuera del ¨¢rea que no entr¨® precisamente por la escuadra. Lo que sucedi¨® despu¨¦s alerta sobre el desploma del Deportivo, incapaz de tirar a gol con media hora por delante cuando iba en desventaja en el partido m¨¢s importante de lo que va de temporada. Todas las soluciones que busc¨® Seedorf fueron inocuas. Nada se activ¨®, ni siquiera cuando Lucas P¨¦rez dej¨® la banda derecha para acompa?ar a Andone en el frente del ataque o cuando el equipo a¨²n se desnud¨® m¨¢s para que entrase un centrocampista, Borges, por un central, B¨®veda. Debi¨® cerrar el partido el Alav¨¦s. Pudo hacerlo Ibai G¨®mez en una de sus caracter¨ªsticas trivelas que estrell¨® en la escuadra, pero no lo necesit¨® ante un rival afligido, tan abatido que es incapaz de salir de su bloqueo. No suma ahora y deber¨¢ buscarlo cuando el calendario le obligue a empresas mayores para las que ni por asomo se le ve preparado.
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