¡°Llegu¨¦ a odiar a Kilian Jornet¡±
El ultramaratoniano y monta?ero cuenta en un documental sobre su vida c¨®mo le afect¨® la fama y c¨®mo se acerc¨® a la muerte para superarlo
¡°Llegu¨¦ a odiar a Kilian Jornet¡±. Quien habla no es uno de los rivales que el ultramaratoniano y monta?ero catal¨¢n ha ido dejando tirados durante a?os en cualquier carrera. Es el propio Kilian. ¡°Llegu¨¦ a odiar mi foto. Podr¨ªa ser una mierda, un maltratador, un nazi, un asesino. La gente no sabe nada de m¨ª. Es duro verme a m¨ª mismo como un ¨ªdolo o un mito para alguien s¨®lo porque corro r¨¢pido. Me siento sucio por la admiraci¨®n de la gente, por este mundo fan¨¢tico¡±.
Era 2011. Kilian ya era un mito, campe¨®n mundial de carreras de monta?a. Hab¨ªa tachado todos los nombres de las competiciones que quer¨ªa ganar en una lista que hab¨ªa escrito cinco a?os antes, cuando se recuperaba de una rodilla rota. Era famoso y la gente le aclamaba ese d¨ªa cuando volaba en una competici¨®n en Cavalls del Vent (Girona). Entonces empez¨® a llorar. La presi¨®n, el reconocimiento de la gente, le hab¨ªan superado. ¡°Lo que no me gustaba era estar expuesto¡±, explica. Algo se rompi¨® en su interior. Hab¨ªa perdido la alegr¨ªa despu¨¦s de cumplir sus sue?os demasiado joven. As¨ª lo cuenta en el documental Path to Everest (Camino al Everest; Arcadia Motion Pictures), dirigido por S¨¦bastien Montaz-Rosset y Josep Serra y que estos d¨ªas se proyecta en 30 salas de Espa?a. Es la historia de su vida hasta llegar a la cima del mundo. Es adem¨¢s el retrato del hombre detr¨¢s del corredor, desnud¨¢ndose a s¨ª mismo como nunca antes, tambi¨¦n a trav¨¦s de los testimonios de su madre, Nuria Burgada, de su pareja, Emelie Forsberg, de Seb Montaz, el c¨¢mara en sus expediciones, de Jordi Tosas, que le descubri¨® el Himalaya¡
El ni?o que a los tres a?os superaba 1.000 metros de desnivel, sin pensar su madre que aquello no era normal, el adolescente autodestructivo al que la monta?a salv¨®, lleg¨® a ser un hombre frente al precipicio, vac¨ªo. ¡°Tengo que limpiarme, y la manera es hacer algo cercano a la muerte¡±, expresa Kilian, hoy de 30 a?os, al revivir esos d¨ªas de angustia. Juguetear con la fatalidad era quiz¨¢s la manera de volver a sentirse vivo. La motivaci¨®n por construir nuevos sue?os se la devolvi¨® Summits of my life (Cimas de mi vida), el proyecto de subir con un estilo minimalista y en el menor tiempo posible las grandes monta?as del planeta. La aventura culmin¨® en mayo pasado, cuando en menos de una semana subi¨® dos veces el Everest (8.848m), una en 26 horas y otra en 17.
Pero antes hubo otro golpe que volvi¨® a hacer tambalear todo su universo. En junio de 2012, cuando se entrenaba en el Mont Blanc con St¨¦phane Brosse, su amigo y mentor, su ¨ªdolo, una grieta se abri¨® entre ambos. Poco m¨¢s de un metro les separaba. Esa era aquella ma?ana la distancia entre la vida y la muerte. Brosse cay¨®. Jornet se salv¨®. ¡°Me preguntaba: ¡®?Por qu¨¦ no ca¨ª yo? ?Por qu¨¦ cay¨® ¨¦l?¡±, recuerda. Y de nuevo la autodestrucci¨®n. Su madre apenas pod¨ªa acercarse a ¨¦l.
¡°Fue una ¨¦poca en la que beb¨ªa mucho alcohol¡±, confiesa Kilian en el documental. ¡°No me gusta. Nunca bebo. Pero me emborrachaba cada semana. Compet¨ªa, hac¨ªa las carreras y ganaba, pero en el fondo estaba triste. La manera de salir de eso era emborrach¨¢ndome, y durante las carreras poni¨¦ndome un situaciones que me acercaran a la muerte¡±.
La muerte, esa con la que ha coqueteado m¨¢s de una vez ¡ª¡°a veces volv¨ªa a casa y pensaba: ¡®Soy gilipollas, he estado a este poco de estar muerto¡±¡ª se fue por otro camino. Jornet volvi¨® a poner los pies en la tierra gracias a la ayuda de Emelie, aunque la imaginaci¨®n, los sue?os, le llevan a despegarlos en busca de nuevas metas.
Ahora piensa en el Himalaya, en retos en invierno, en derribar otras barreras. Algunos no lo consideran un verdadero alpinista. Tampoco ¨¦l lo pretende, solo seguir sinti¨¦ndose libre, vivo, dentro de su locura. Reinhold Messner, una de las mayores leyendas del alpinismo, afirma en el documental: ¡°Estoy escribiendo un libro sobre la evoluci¨®n del alpinismo tradicional. Y Kilian no aparecer¨¢ en ¨¦l. Ah¨ª no es nadie¡ Mi inter¨¦s por Kilian crecer¨¢ cuando deje de cronometrar lo que est¨¢ haciendo¡±. Todo ha ido siempre muy deprisa para este devorador de kil¨®metros en la monta?a. A veces demasiado. Claro que las cumbres siempre dejan alg¨²n momento de paz para mirar dentro de uno mismo.
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