Cristiano Ronaldo recupera el tiempo

La ¨²ltima vez que Cristiano Ronaldo dirigi¨® la palabra en p¨²blico a los medios de comunicaci¨®n espa?oles se remonta a la noche del 21 de noviembre de 2017, en Nicosia. El atacante acababa de firmar un doblete en la Champions y, visiblemente molesto, rechaz¨® atender a la prensa alegando una campa?a de manipulaci¨®n en sus palabras sobre la composici¨®n de la plantilla. ¡°C¨®mo voy a hablar si digo una cosa y al d¨ªa siguiente veo que hab¨¦is escrito otra¡±. Cristiano mantiene el silencio, pero lo hace ante titulares bien distintos de los del oto?o, momento en el que atraves¨® su peor racha de juego y producci¨®n desde que lleg¨® al Real Madrid.

Casi cuatro meses despu¨¦s de vivir atrapado en el desatino y de leer y escuchar c¨®mo se debat¨ªa en torno a su m¨¢s que inminente declive futbol¨ªstico, el delantero portugu¨¦s super¨® ayer en Eibar los registros goleadores de Leo Messi esta temporada tras estirar la racha a siete partidos consecutivos anotando, algo que no lograba desde 2014.

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Con su decisivo doblete en Ipurua suma ya 33 goles en 34 partidos. Anota cada 87 minutos. Una media superior a la que luce La Pulga, que registra 32 tantos en 41 partidos y necesita 20 minutos m¨¢s que el madridista para golear. Dicha comparaci¨®n hubiese resultado radicalmente diferente si atendemos a los cinco primeros meses de temporada. De agosto a enero, CR tan solo acumulaba 16 dianas por las 19 de Messi. El primero golpeaba cada 114 minutos; el segundo necesitaba 110. Unos promedios parejos que sumados a la frustraci¨®n que desprend¨ªa el luso y la determinaci¨®n que exhib¨ªa el argentino hab¨ªan ensanchado m¨¢s que nunca en los ¨²ltimos a?os la incidencia de uno y otro.

Pero la llegada de 2018 resete¨® a Cristiano. El luso, que puso en marcha el plan de dosificaci¨®n pactado con Zidane, empez¨® a equilibrar su producci¨®n. ?l, seg¨²n reconoc¨ªa a sus compa?eros, estaba seguro de que recuperar¨ªa sus n¨²meros. Cuentan desde Valdebebas que nunca se le vio impacientarse y ser preso de la ansiedad, pero s¨ª que manten¨ªa la obsesi¨®n de dar un golpe en la mesa y reivindicar su condici¨®n. No fall¨®. La hoja de ruta no era nueva para ¨¦l. Cristiano ya complet¨® el mismo recorrido la temporada anterior, cuando tambi¨¦n acall¨® las cr¨ªticas y el ruido en torno a su deterioro con una fase final de la Champions hist¨®rica.

Este curso, de nuevo con la Copa de Europa, su competici¨®n fetiche, a la vuelta de la esquina, el delantero empez¨® a afilar el colmillo el 21 de enero frente al Deportivo con un doblete. Desde entonces, vive en racha. 10 partidos y 17 goles, uno m¨¢s que los que logr¨® de agosto a enero. Solo se fue de vac¨ªo en uno, ante el Levante.

Ayer en Eibar, como frente al PSG, volvi¨® a ense?ar su versi¨®n m¨¢s decisiva. En un d¨ªa gris del Madrid, rescat¨® al equipo con un doblete que le supo a poco. Su bot¨ªn, de no ser por un excepcional Marko Dmitrovic, bien pudo alcanzar el p¨®ker de goles. Anot¨® uno en un mano a mano, otro con un potente cabezazo, y el portero serbio le sac¨® otros dos a bocajarro. Zidane celebr¨® su momento: ¡°Es un jugador diferente, especial. Para m¨ª es de otra galaxia. Sabe que va a marcar. Sus datos hablan por s¨ª solos y sabemos lo que nos puede dar¡±, dijo el t¨¦cnico. Para sus compa?eros, los calificativos y las explicaciones empiezan a ser repetitivas. ¡°?Qu¨¦ te voy a decir de ¨¦l! Cuando tiene que estar, ah¨ª est¨¢¡±, apunt¨® Marcelo. ¡°Este tipo de jugadas las ensayamos mucho, pero ?qu¨¦ podemos decir de Cristiano? Es poner un bal¨®n al espacio y el que aparece siempre es Cris¡±, asistente en el segundo gol del portugu¨¦s. Y remat¨® Casemiro: ¡°?Cristiano? Hay que seguir disfrutando del mejor del mundo¡±.

Antes de sus palabras, el CR menos narcisista y m¨¢s solidario que se recuerda, quiso agradecer el esfuerzo de sus compa?eros. Al t¨¦rmino del encuentro, esper¨® sobre el c¨¦sped para saludarles pr¨¢cticamente uno a uno. Ahora, con el Cristiano de siempre de vuelta, solo falta una inc¨®gnita por resolverse definitivamente: su futuro. Pero de eso, por el momento, ni el club ni ¨¦l se pronuncian.