Argentina reza por Messi
La indignaci¨®n popular aumenta tras la goleada en el Wanda y la plantilla y la hinchada se aferran apenas a su estrella
En 1958, la selecci¨®n argentina retorn¨® a un Mundial despu¨¦s de 24 a?os de ausencia con la seguridad de volver con el t¨ªtulo bajo el brazo. El 1-6 ante Checoslovaquia que signific¨® la eliminaci¨®n en primera ronda entr¨® en la historia como El Desastre de Suecia y abri¨® la puerta a un per¨ªodo de f¨²tbol amarrete y f¨ªsico ¡°para parecerse a los europeos¡±.
El 1 de abril de 2009, durante las eliminatorias para la Copa del Mundo de Sud¨¢frica, Bolivia repiti¨® las cifras: 6-1 en La Paz. La humillaci¨®n comenz¨® a ajar definitivamente la confianza de los propios jugadores en las cualidades de Diego Maradona como entrenador. En los d¨ªas previos, el mayor mito del f¨²tbol albiceleste hab¨ªa desestimado los efectos en el rendimiento de los 3.600 metros de altitud de la capital boliviana.
?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ este nuevo 6-1? ?Qu¨¦ lecciones habr¨¢n aprendido Jorge Sampaoli y sus jugadores despu¨¦s de la estrepitosa ca¨ªda frente a Espa?a que la prensa coincide en resumir en la palabra ¡°papel¨®n¡±? Es dif¨ªcil preverlo y habr¨¢ que esperar un par de meses, hasta la cita rusa, para sacar las conclusiones definitivas.
En Argentina, entretanto, las primeras reacciones fueron un c¨®ctel de cr¨ªticas lanzadas en todas direcciones, la natural tendencia aut¨®ctona por lamerse las heridas cuando ya es tarde por aquello que se hizo mal, como por ejemplo cambiar tres entrenadores en cuatro a?os, y una ¨²nica meta: rezar para que vuelva Lionel Messi y rescate a todos del naufragio.
El cuerpo t¨¦cnico de la Albiceleste no quer¨ªa enfrentarse a Espa?a en este momento de un equipo que a¨²n se encuentra en plena construcci¨®n. Mucho antes de saber que no podr¨ªan contar con su mayor carta de triunfo, lo ve¨ªan como un choque con m¨¢s riesgos que posibles beneficios. Pero ni siquiera aquel diagn¨®stico previo les salv¨® del escarnio.
¡°Un planteo t¨¢ctico imposible de entender¡±, lanz¨® Ariel Senosia¨ªn durante la misma retransmisi¨®n del encuentro por televisi¨®n. ¡°El descontrol del segundo tiempo le pertenece solo al entrenador¡±, sentenci¨® Juan Pablo Varsky en la ma?ana siguiente al cachetazo. ¡°?Para qu¨¦ regalarse as¨ª? No es un pecado ser pragm¨¢tico¡±, suplica Enrique Gasta?aga en Clar¨ªn. La mayor¨ªa pone el acento en las dudas, marchas y contramarchas exhibidas por el expreparador del Sevilla durante su corto camino (nueve meses) al frente de la selecci¨®n.
Sampaoli acumula razones para no despertar grandes simpat¨ªas en su tierra. Sin pasado ni como jugador ni como t¨¦cnico en Argentina, vencedor de la Albiceleste dirigiendo a Chile en la Copa Am¨¦rica 2015, pol¨ªticamente incorrecto por donde se lo mire, lleg¨® a su actual puesto bajo la sospecha nunca probada de haber movido hilos en la sombra para hacerlo. Sampalobby es el apodo que le puso un sector de la prensa y compr¨® buena parte de una hinchada, que desde hace a?os ha perdido el gusto por el f¨²tbol bien jugado y es mucho m¨¢s sensible al griter¨ªo hist¨¦rico y el esfuerzo demag¨®gico que al an¨¢lisis sereno y serio del juego. Con ese panorama, los resultados son el ¨²nico salvavidas para mantenerse a flote, y dos de los tres ¨²ltimos fueron un 2-4 ante Nigeria y el 6-1 del martes.
Maradona pide calma
Aun as¨ª, y en medio de la polvareda general que pide cabezas y habla de ¡°ciclo terminado¡±, tambi¨¦n hubo voces llamando a la reflexi¨®n. Algunas sorprendentes, como la de Maradona, que pese a sus diferencias con el entrenador expres¨® su apoyo en las redes sociales: ¡°En este momento, lo ¨²nico que queda es mejorar¡±, fue su mensaje. O la de Leo Farinella, el habitualmente exacerbado director del diario deportivo Ol¨¦, que pidi¨® ¡°calma y trabajo¡±.
La indignaci¨®n popular qued¨® expresada en las redes. Contra el t¨¦cnico, pero tambi¨¦n contra varios de los jugadores. Todo empez¨® con Gonzalo Higua¨ªn, otra vez defenestrado tras fallar una ocasi¨®n muy clara apenas iniciado el encuentro, como en la final de Maracan¨¢ en 2014. Mascherano, Biglia, Banega y Rojo, los m¨¢s veteranos de los que actuaron en el Wanda, fueron sum¨¢ndose m¨¢s tarde a la desaprobaci¨®n general en la medida que los goles en contra iban lloviendo.
Mudos ante la prensa y sin hacerse cargo p¨²blicamente de la goleada recibida, los futbolistas no salieron inmunes de la paliza de Madrid. ¡°Fallan los viejos y desentonan los nuevos¡±, escribe Cristian Grosso en La Naci¨®n. ¡°No se encuentran int¨¦rpretes de primer nivel mundial en posiciones decisivas¡±, insiste Gasta?aga en Clar¨ªn. ¡°Esto es lo que hay¡±, resume la mayor¨ªa.
Los pr¨®ximos pasos de Sampaoli son un misterio. Se retir¨® de Madrid en silencio y hoy los casilleros de los 23 integrantes del plantel que ir¨¢ al Mundial presentan m¨¢s huecos vac¨ªos que nunca. Manda la resignaci¨®n y del cuello de las expectativas cuelga el cartel de rebajas. Las consecuencias del tercer 6-1 de la historia argentina amenaza con otro terremoto. Salvo que Messi opine lo contrario...
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