Espartaco y el f¨²tbol en la Plaza Roja
Hoy lo dirige la fuerza econ¨®mica, pero hubo un tiempo en que los dictadores intentaron sacar r¨¦dito del deporte rey
El deporte ha sido siempre muy atractivo para el poder. La pasi¨®n y los valores que transmite lo convierten en una magn¨ªfica (y sana) herramienta de propaganda. Y, entre todas las disciplinas, el f¨²tbol ¡ªglobal y multitudinario¡ª es caza mayor. Hoy es la fuerza econ¨®mica la que lo dirige, pero hubo un tiempo en el que varios dictadores intentaron sacar r¨¦dito de sus selecciones o equipos bandera. No entend¨ªan que en el balompi¨¦ el azar juega un papel tan grande que es casi imposible predecir un resultado. Tampoco que los aficionados lo son por motivos inexplicables. Aunque siempre les quedaba la posibilidad de borrar de los res¨²menes los goles del rival, como hizo Adolf Hitler tras un partido ante Espa?a en Colonia.
La Rusia comunista entendi¨® a la perfecci¨®n el poderoso mensaje del deporte, y promovi¨® los clubes y la actividad f¨ªsica. Pero fue curiosamente un equipo que no emanaba del poder el que se convirti¨® en el m¨¢s popular: el Spartak de Mosc¨². En F¨²tbol y poder en la URSS de Stalin (Alta Marea), el profesor italiano de lengua y literatura rusa Mario Alessandro Curletto rescata los or¨ªgenes del popular club, que peleaba con equipos ligados al poder, como el Dinamo o el CDKA.
El origen del nombre est¨¢ en una larga noche de b¨²squeda de un apodo. ¡°Hace falta uno que represente las mejores cualidades de un atleta: coraje, hambre de victoria, firmeza en la lucha, habilidad, fuerza, fidelidad y un ideal¡±, recordaba Andr¨¦i St¨¢rostin, uno de los impulsores. Y ah¨ª estaba el de Espartaco.
Comenzaba entonces una historia de ¨¦xito y de dificultades: en sus inicios, el club cubri¨® la plaza roja con 10.000 metros de fieltro para disputar un partido ante la atenta mirada de Stalin; incluso una gran bota de f¨²tbol participaba en los desfiles oficiales. Pero los promotores de la entidad tambi¨¦n sufrieron el destierro y el Gulag: el camarada Beria, responsable del servicio secreto, no era hincha del Spartak. Y en las purgas cab¨ªan todos los rivales, incluidos los deportivos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.