Las torres pueden con los peones
Dzeko y Schick, dos puntas kilom¨¦tricos, amargan la noche de Piqu¨¦ y Umtiti
Gerard Piqu¨¦ solo ten¨ªa recuerdos positivos del Ol¨ªmpico de Roma, escenario en el que el Bar?a logr¨® su tercera Copa de Europa (2009). Tambi¨¦n fue el jard¨ªn en el que disput¨® su segundo partido de Champions ¡ªcon la camiseta del Manchester United¡ª y marc¨® su segundo gol europeo (antes le hizo diana al Dinamo de Kiev). Un recuerdo que tiene inmortalizado en forma de cuadro y que cuelga en la pared de su despacho de Kerad Games, la empresa de videojuegos que gestiona. Pero anoche fue otra historia. Esa en la que las torres pudieron con los peones.
Plante¨® el t¨¦cnico Eusebio di Francesco un duelo bien intenso ¡ªaunque en ocasiones los giallorossi fueron demasiado expeditivos¡ª, con marcaje individual por todo el campo en los momentos de presi¨®n y, sobre todo, un ataque vertiginoso que romp¨ªa por los costados y que finalizaba con centros al ¨¢rea. Y ah¨ª, la Roma se hizo fuerte. Era una cuesti¨®n de cent¨ªmetros.
En su empe?o por darle la vuelta a una eliminatoria que se le puso muy cuesta arriba en el Camp Nou, Di Francesco vari¨® del 4-3-3 habitual al ofensivo 3-5-2, que potenciaba el f¨²tbol por los costados para ponerle el lazo en el ¨¢rea chica. Las armas ofensivas eran bien visibles porque Dzeko mide 1,93 metros y Schick, 1,86. Y les sali¨® redondo.
Resulta que Iniesta y Sergi Roberto no persegu¨ªan las incursiones de los carrileros rivales, ocupados en restar l¨ªneas de pase por dentro, por lo que Alba y Semedo quedaban emparejados y dejaban el dos contra dos de los delanteros romanos frente a los centrales culers. Le incomod¨® a Piqu¨¦ (1,94 metros) y le super¨® a Umtiti (1,82), que no dio una. Como en el gol de Dzeko, que le gan¨® la espalda y la carrera a Alba porque el franc¨¦s se olvid¨® de hacer la cobertura, lento despu¨¦s el franc¨¦s en la correcci¨®n. As¨ª, el punta amortigu¨® la pelota con un control orientado y bati¨® a Ter Stegen, que se lamentaba sin respuesta. Fue un mazazo, pero no ¨²nico.
El c¨®rner como martirio
Lo explic¨® Schick en ese cabezazo que atac¨® tras un centro lateral, estupendo su giro de cuello y remate, que le hizo cosquillas al poste pero por fuera. Tambi¨¦n pidi¨® turno Dzeko, que en otro pase desde la derecha remat¨® por encima de Semedo y por poco bate a Ter Stegen, que lleg¨® a tiempo para desviarlo a c¨®rner. Una soluci¨®n que tambi¨¦n fue un problema porque al ¨¢rea se sumaban las llegadas de Manolas (1,89 metros) y Fazio (1,93), por m¨¢s que de nuevo fuera Dzeko el que cazara una pelota que se march¨® por poco.
Pero tan desafortunado estaba el Barcelona que ni siquiera pudo imponer su juego desde la ra¨ªz, sin respuesta al acoso avanzado de la Roma ¡ªcomo ejemplo, el equipo lanz¨® 11 pelotazos desde la defensa en el primer acto¡ª, hasta el punto de que Ter Stegen lleg¨® a perder tiempo antes de ejecutar los saques de puerta. Tambi¨¦n porque Dzeko, en una jugada similar al primer gol, se cobr¨® el espacio en el ¨¢rea y Piqu¨¦, tarde y mal, le agarr¨® y abati¨® para cometer un penalti que De Rossi convirti¨®.
El descalabro final lleg¨®, claro, por arriba. En un c¨®rner a falta de 10 minutos que lanz¨® Florenzi y que remat¨® Manolas en el primer poste. Bal¨®n cruzado; bal¨®n a la red. Derrota del Bar?a, pesadillas para Umtiti y un recuerdo para Piqu¨¦ en el Ol¨ªmpico que, este s¨ª, ser¨¢ para olvidar. Justo la noche en la que cumpl¨ªa 100 partidos europeos.
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