Un Sevilla muy ¡®motivado¡¯ cierra la racha de la Real
La derrota donostiarra en el Pizju¨¢n le dej¨® sin r¨¦cord y sin Liga. Detr¨¢s hab¨ªa una supuesta prima del Madrid
Ocurri¨® en Sevilla, en el S¨¢nchez Pizju¨¢n, y las v¨ªsperas fueron de a¨²pa. Era la jornada 33, pen¨²ltima del campeonato de 1979-80 y la Real se presentaba invicta, con 18 victorias y 14 empates. Y l¨ªder, con 50 puntos, uno m¨¢s que el Madrid, al que ganaba el goal average. Un empate en Sevilla le dejar¨ªa la Liga a tiro de una previsible victoria final en Atocha ante el Atl¨¦tico. Ser¨ªa la primera de su historia.
Durante la semana se habl¨® much¨ªsimo de primas a terceros. Ya dos meses antes, el Betis hab¨ªa empatado en Atocha y Ben¨ªtez, jugador verdiblanco, confirm¨® en sede federativa que ten¨ªan prima del Madrid. Lleg¨® a decirse que fueron Pirri y su esposa, Sonia Bruno, quienes entregaron el dinero, hecho que nunca se confirm¨®.
Para empeorar las cosas, el entrenador del Sevilla era Miguel Mu?oz, hombre con much¨ªsimos a?os en el Madrid. Y durante la semana, tanto De Carlos, presidente, como Boskov, entrenador, comentaron que no ve¨ªan mal los est¨ªmulos a terceros. Ambos tuvieron que rectificar.
Toda la prensa, y en particular el escuchad¨ªsimo programa de radio de Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa, se ocup¨® intensamente del tema. Los rumores se entrelazaron con una malicia viscosa: un directivo del Sevilla, Francisco Ramos, viaj¨® a San Sebasti¨¢n esa semana. El asunto se aclar¨®: era padrino del hijo del m¨¦dico de la Real, ¨ªntimo suyo, y hab¨ªa ido a la primera comuni¨®n del ni?o.
Algunos jugadores admiten un ¡°regalo¡± del club blanco.
Se habl¨® de 4,5 millones de pesetas
El sevillista estaba harto de ver a su club manoseado en los medios por un pleito ajeno. A las seis de la tarde, cuando empez¨® el partido, el campo estaba pr¨¢cticamente lleno y la afici¨®n, entre expectante y enfadada. La Real fue recibida con una gran ovaci¨®n. Su aventura de David contra Goliat le otorgaba muchas m¨¢s simpat¨ªas que al Madrid, con el que el Sevilla siempre tuvo cuitas. El partido empez¨® con un clamor: ¡°?Garc¨ªa, atiende, el Sevilla no se vende!¡±.
A la Real le faltaba L¨®pez Ufarte, su jugador con m¨¢s embrujo. Al Sevilla, el portero, Paco, al que sustituy¨® el debutante Valero, y Scotta, tremendo artillero argentino. Esta ausencia provoc¨® un ¨¢nimo l¨²gubre a Boskov: ¡°Sin Scotta, no hay nadie en el Sevilla capaz de meter un gol, dijo¡±.
Arbitr¨® Soriano Aladr¨¦n, madrile?o. El de mayor prestigio en la ¨¦poca, quiz¨¢ porque el no poder arbitrar al Madrid le ahorraba sobresaltos.
El Sevilla sali¨® volcado y su insistencia produjo un gol en el 29¡¯: lanzamiento de Montero a Juan Carlos, centro de ¨¦ste y llegada de Bertoni, cuyo remate a bocajarro rechaza Arconada; pero ¨¦l mismo recoge el rebote y marca. Al descanso, el mejor de la Real ha sido Arconada. En Las Palmas el Madrid est¨¢ perdiendo 1-0.
Todo igual en la continuaci¨®n: el Sevilla aprieta, la Real espera. Llega la noticia del 1-1 del Madrid en Las Palmas. La Real se mueve y en el 65¡¯ empata: pase largo de Gajate al ¨¢rea, donde Satr¨²stegui baja de cabeza a Zamora, que fusila. El linier levanta el bander¨ªn porque cuando Zamora remata, Satr¨²stegui est¨¢ en fuera de juego posicional. Para m¨ª (asist¨ª al partido, hice la cr¨®nica para EL PA?S) no influ¨ªa en la atenci¨®n de Valero. Lo mismo estim¨® Soriano Aladr¨¦n. Pero los sevillistas se agarraron al banderazo y la protesta fue masiva y descomunal. Soriano expuls¨® a Blanco y Juan Carlos. Tantos a?os despu¨¦s, Blanco, hoy t¨¦cnico de cantera en el Sevilla, bromea:
¡ªEst¨¢bamos muy motivados.
¡ª?Motivados o con prima del Madrid?
¡ªJe, je¡ Motivados.
La cosa queda 1-1 y nueve contra once. Cuando se disuelve la bronca se sabe que el Madrid ya est¨¢ 1-2 en Las Palmas, lo que empuj¨® a la Real a cuidar un empate que le val¨ªa. Eso, m¨¢s las expulsiones, le crearon s¨²bitamente una atm¨®sfera muy contraria. El mismo p¨²blico que le hab¨ªa recibido con gran ovaci¨®n abucheaba ahora sus despejes, se indignaba con las cesiones a Arconada, se enardec¨ªa con las entradas duras de los suyos, aplaud¨ªa sus llegadas, que levantaban a la gente de sus asientos.
En el 83¡¯, un en¨¦simo pase atr¨¢s, ¨¦ste de Gaztelu, lo adivina Bertoni, que quiebra a Kortabarr¨ªa y clava un tirazo raso junto al palo. Es el 2-1. Luego se lo dedicar¨¢ a Boskov, por su predicci¨®n fallida ante la ausencia de Scotta.
La Real no tuvo reacci¨®n. As¨ª acab¨® su racha de 38 partidos invicta (los 33 de esa Liga y los ¨²ltimos cinco de la anterior) y as¨ª se esfum¨® la Liga. Un disgusto terrible, compensado luego por la consecuci¨®n de las dos siguientes. Pero en ese momento, ?qui¨¦n lo pensaba?
El Sevilla se sinti¨® orgulloso. El presidente, Montes Cabeza, dio una prima extra de 100.000 pesetas a cada jugador. Hab¨ªa tenido un taquillazo de 10 millones.
Desde Argentina, donde trabaja para Fox, Bertoni recuerda con simpat¨ªa aquello. ¡°Lo sent¨ª por ellos, eran un equipazo. Pero siempre te excita ganar al l¨ªder, y m¨¢s si est¨¢ invicto. S¨¦ que a¨²n me recuerdan¡ El a?o siguiente, yo estaba en Florencia y cuando ganaron la Liga muchos hablaron de m¨ª¡±. Como Blanco, no admite que recibiese prima, pero s¨ª ¡°un regalo del Madrid¡± que no precisa.
Informaciones fidedignas fijaron el regalo en 4.500.000 pesetas. Cada jugador convocado (15) recibi¨® 300.000. Apartaron 10.000 cada uno para utilero y masajista, que salieron a 75.000 por cabeza. Mu?oz no cobr¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.