Adi¨®s eterno al estadio Azul
El Cruz Azul disput¨® su ¨²ltimo partido oficial en el recinto deportivo m¨¢s a?ejo de Ciudad de M¨¦xico
Alfredo Ch¨¢vez lleva en las afueras del estadio Azul desde las 4.30 horas. Madrug¨® de m¨¢s porque su camioneta no pod¨ªa circular. Durante 60 a?os se ha dedicado a un solo oficio: vender enseres del Cruz Azul. Este s¨¢bado era su despedida tras casi 22 a?os de habitar aquella cancha sumergida entre las calles de la colonia Nochebuena. ¡°En su momento s¨ª fue un boom de ventas el que haya venido la M¨¢quina, desgraciadamente fue un terreno maldito porque nunca fue campe¨®n¡±, comenta el hombre que vigila el puesto familiar.
El Cruz Azul jug¨® su ¨²ltimo partido oficial en el estadio Ciudad de los Deportes, rebautizado como Azul desde 1996. El colof¨®n de la historia de los cementeros no fue ideal. Se despidi¨® en medio de la depresi¨®n por no conseguir un t¨ªtulo de Liga en 20 a?os y por ser un tr¨¢gico sin¨®nimo de la derrota. Su cancha se hab¨ªa convertido en terreno maldito. Su ¨²ltimo rival fue Monarcas Morelia, al cual vencieron 2-0, dos goles que sirvieron para el desahogo, para un ligero consuelo.?
La fidelidad del aficionado de Cruz Azul es genuina. Los hinchas, golpeados por una lista de derrotas, hicieron de su s¨¢bado 21 de abril el d¨ªa del orgullo azul, un d¨ªa para perdonar los fracasos y dedicarse a celebrar. ¡°Bendito sea dios, todav¨ªa agarr¨¦ buena venta cuando Cruz Azul de veras ganaba. Aqu¨ª le vamos a la m¨¢quina porque es la gente que atendemos¡±, refiere Ch¨¢vez, quien con la mudanza del club al estadio Azteca, ¨¦l tambi¨¦n les seguir¨¢. ¡°Lo que venda hoy y ya, lo que me quede lo vender¨¦ por Facebook¡±, resume el se?or V¨ªctor quien muestra un repertorio con las camisetas del equipo.
Los cementeros volver¨¢n a ser inquilinos del Am¨¦rica en el estadio Azteca, como en las viejas glorias de los setenta. Lo de compartir rivalidad y cancha no ser¨¢ distinto de lo que ya viven el Atl¨¦tico Nacional y el Independiente de Medell¨ªn con el Anastasio Girardot o el Flamengo y el Fluminense en el Maracan¨¢. O como el Inter y el Milan con el Giuseppe Meazza.En el monumental Azteca el Cruz Azul tuvo sus mejores a?os al ganar seis Ligas. ¡°?Am¨¦rica? ?Que chingue a su madre!¡±, zumbaba por los t¨²neles.
El terreno del estadio Azul ser¨¢ ocupado para levantar el en¨¦simo centro comercial en Ciudad de M¨¦xico. Esta cancha es la m¨¢s antigua de toda la capital. Su primer uso fue para un partido de f¨²tbol americano entre los representativos de la UNAM y el Colegio Militar. Y, a manera de un final redondo, el ¨²ltimo uso masivo ser¨¢ otro juego con el bal¨®n ovalado. Los seguidores de Cruz Azul se despidieron de aquellas butacas celestes en las que no par¨® de saltar ni de golpear en cada derrota.
Pablo Silverio, con una gorra que le cubre las cejas, come unas frituras mientras espera al inicio del partido. "Le digo a mi hijo que yo fui cuando ganaron el campeonato contra los Tigres en la temporada 78-79 en el Azteca", cuenta y contin¨²a "la mudanza va a venir bien. Todo cambio es bueno. Si aqu¨ª no pudo, qui¨¦n me puede decir que no se puede coronar la siguiente temporada". A su lado est¨¢ su Pablo Silverio Jr. de 13 a?os. "Esta es mi primera vez", suelta el chico.
En las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, el conjunto de los cementeros y alba?iles se dedic¨® a dar alegr¨ªas a plazos.? Durante su ¨²ltimo torneo en casa registr¨® bajas entradas, la peor fue contra Quer¨¦taro con s¨®lo 11.085 aficionados para una capacidad de 30.000. En su despedida se vendieron 27.253 entradas. Los goles de Cauteruccio y Mena sirvieron de excusa perfecta para que los jugadores, envueltos de confeti, dieran una vuelta ol¨ªmpica de aplausos.?
Algunos vendedores afortunados, como Alfredo Ch¨¢vez, tendr¨¢n un lugar en el estadio Azteca para pintar de azul la explanada. "Vengo negociando mi lugar en el Azteca: un viaje a Canc¨²n de una semana para dos personas. Es lo ¨²nico", explica el hombre de 71 a?os que ve¨ªa a su padre vender boletos.?
En Cruz Azul ya tienen listas las cajas de cart¨®n para la mudanza, algunas llenas de pesadumbre.?
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