El gigante feliz de Betanzos
Un equipo gallego se vuelca con un joven senegal¨¦s. Lleg¨® al borde de la desnutrici¨®n y ya es la estrella del club
¡°Mi primera impresi¨®n, cuando le vi en el aeropuerto, fue la de estar delante de un ni?o gigante. Muy, muy delgado, pero con una sonrisa de oreja a oreja¡±. Antonio D¨ªaz, m¨¦dico del club de baloncesto Santo Domingo Betanzos (A Coru?a), en la liga EBA, no lo sab¨ªa todav¨ªa, pero iba a convertirse en el padre adoptivo de Abdou Thiam. Era, efectivamente, un ni?o gigante: ten¨ªa 18 a?os, nunca antes hab¨ªa salido de su casa de Dakar (Senegal), med¨ªa 2,12 y quer¨ªa ser jugador profesional, pero cuando lleg¨® a Galicia estaba al borde de la desnutrici¨®n. Pesaba solo 87 kilos.
Todo empez¨® por un v¨ªdeo. En 2015, Abdou pidi¨® a un amigo que le grabara haciendo mates en Senegal. Lo subi¨® a Youtube y esper¨®. ¡°Me hicieron ofertas en Alemania, Francia, Italia y Espa?a¡±. Se decidi¨® por los ¨²ltimos.
Su primera parada en Espa?a fue Canarias. Pero all¨ª no se preocup¨® mucho de su alimentaci¨®n. ¡°Com¨ªa una vez al d¨ªa, por eso ten¨ªa anemia¡±, cuenta. El Santo Domingo Betanzos quiso llev¨¢rselo a Galicia porque el joven senegal¨¦s ten¨ªa condiciones evidentes y el equipo acababa de perder a dos de sus figuras. Les hab¨ªan dicho que estaba en forma y que hablaba castellano suficiente, pero apenas sab¨ªa las palabras justas para no perderse y estaba tan delgado que se mareaba en los entrenamientos.
¡°Iba a estar en mi casa tres o cuatro d¨ªas, pero viendo la situaci¨®n en la que se encontraba, mi mujer y yo lo hablamos y decidimos qued¨¢rnoslo para cuidarle. Necesitaba ganar peso, comer bien, disciplina deportiva¡±, cuenta Antonio. El m¨¦dico del equipo ofrec¨ªa, adem¨¢s, otra gran ventaja al senegal¨¦s: hablaba franc¨¦s.
Abdou se instal¨® con Antonio, su mujer, Tamara, y la hija de ambos, de cinco a?os. Le dieron suplementos de hierro y Tamara se volc¨® en cocinar para el nuevo miembro de la familia: sin cerdo, porque es musulm¨¢n, pero con la mejor materia prima gallega. ¡°Mis platos favoritos son la tortilla ¡ªen Betanzos es la especialidad¡ª y la lasa?a¡±. Preguntado por qui¨¦n cocina mejor, su madre o Tamara, Abdou se r¨ªe, nervioso. ¡°Son distintas¡±, dice, tras mucho dudar.
¡°Los primeros d¨ªas terminaba los entrenamientos con la cara desencajada. Hubo un jugador que lo lanz¨® tres metros fuera de la pista, de lo delgado que estaba. Ahora pesa 98 kilos y no lo mueve nadie¡±, cuenta, con orgullo de padre, el m¨¦dico que durante meses se dedic¨® a medir su per¨ªmetro abdominal y su masa muscular mientras su esposa le hac¨ªa tortillas de Betanzos.
Como todos los padres, Antonio y Tamara matricularon a Abdou en el instituto. ¡°Mi mujer se sentaba a leer con ¨¦l para ayudarlo, pero vimos que no sab¨ªa el castellano suficiente para seguir las clases, as¨ª que al final lo dejamos solo en la escuela de idiomas¡±.
En todo este tiempo, Antonio ha estado en contacto con la familia de Abdou. ¡°Me dec¨ªan que aqu¨ª iba a poder conseguir mucho m¨¢s que en Senegal y que estaban muy agradecidos¡±. Ahora el joven senegal¨¦s vive en casa del presidente del club, Jos¨¦ Mar¨ªa Valeiro, que est¨¢ m¨¢s cerca de la escuela de idiomas.
Abdou tiene 13 hermanos. La m¨¢s bajita es su hermana peque?a, de 1, 80. Su padre, polic¨ªa retirado, lo tuvo siempre clar¨ªsimo. Cuando le vio dar patadas al bal¨®n, le cambi¨® r¨¢pido de pelota: ¡°T¨², al baloncesto¡±. Y funcion¨®. En su tiempo libre, se dedica a ver partidos de la NBA y v¨ªdeos de Pau Gasol y Anthony Davis, sus ¨ªdolos deportivos.
El mimo de Tamara y Antonio y la dieta galaica hicieron maravillas. Aquel chico largu¨ªsimo que no aguantaba los entrenamientos se queja ahora por las jornadas de descanso. ¡°Yo quiero entrenar todos los d¨ªas. Mi vida es el baloncesto¡±, explica. En el partido contra Gij¨®n, 300 incondicionales coreaban su nombre. Abdou hizo 15 puntos, 13 rebotes y 3 tapones.
El Santo Domingo Betanzos no juega en las grandes ligas y sabe que en alg¨²n momento se llevar¨¢n a su gigante. ¡°En dos o tres a?os va a estar muy arriba¡±, comenta su entrenador, Diego Fern¨¢ndez. Tarde o temprano, los hijos se van de casa. Es ley de vida.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.