Respetable Valverde
A partir del saber estar y de la discreci¨®n, el entrenador del Bar?a ha sabido ganarse al equipo y a Messi para hacerse con la Liga y con la Copa
Acabado el partido del pasado domingo en A Coru?a, mientras los jugadores del Bar?a celebraban el t¨ªtulo en la cancha de forma m¨¢s contenida que de costumbre, Ernesto Valverde aguardaba a pie de campo la salida de los jugadores del Deportivo, camino de Segunda Divisi¨®n. El t¨¦cnico azulgrana siempre fue muy discreto y sus gestos resultaron tan educados y amables que apenas se not¨® que consolaba a los futbolistas mientras las c¨¢maras se recreaban en el llanto de Riazor.
Al inteligente Valverde nunca le dar¨¢ un ataque de importancia, ni siquiera de notoriedad, sino que procura pasar desapercibido, seguramente porque siempre le gust¨® m¨¢s el blanco y negro que el color, por el misterio y la melancol¨ªa que transmite, por adivinar lo que no se ve y se intuye y porque tiene asumido que, al final de la pel¨ªcula, al entrenador siempre lo matan, as¨ª que mientras tanto intenta disfrutar del ¨¦xito propio despu¨¦s de comprender el dolor ajeno, incluso despu¨¦s de reconquistar la Liga.
Valverde respeta las leyes del juego y los espacios comunes, tambi¨¦n el vestuario de los jugadores y la sala de prensa, aunque le busquen las cosquillas con preguntas que fomentan debates que poco tienen que ver con el f¨²tbol y mucho con el chismorreo, como cuando se insinu¨® que Piqu¨¦ y Messi le hab¨ªan pedido explicaciones por el fiasco de Roma. La eliminaci¨®n de la Champions se utiliza cada d¨ªa para cuestionar el buen hacer del entrenador en un a?o pl¨¢cido en el vestuario del Camp Nou.
¡°No quiso se?alar a ning¨²n futbolista¡±, sostienen en la Ciudad Deportiva cuando se pregunta por qu¨¦ Valverde cambi¨® tarde y mal aquella noche en que desde el amanecer se anunciaba la derrota azulgrana en Europa. Nunca tuvo prisa por mover el banquillo y puede que la marcha del marcador le confundiera despu¨¦s de acertar cada jornada con las sustituciones en la Liga y la Copa. ¡°Siempre ha dicho que tiene a unos jugadores muy buenos que aparecen cuando las cosas pintan mal¡±, a?aden en el Bar?a.
Nadie puso remedio a la cat¨¢strofe y el equipo se hundi¨® con el entrenador mientras los directivos pataleaban en el palco y los hinchas quedaban petrificados hasta pasada la media noche en el Ol¨ªmpico. La prensa busc¨® y encontr¨® los reproches en la junta de Bartomeu, no en la plantilla ni en Messi, que apareci¨® en Riazor fundido en un abrazo con Valverde. ¡°?Y Leo no se abraza con cualquiera!¡±, advierten desde el Camp Nou. ¡°Ha sido un a?o sin incidentes, cosa dif¨ªcil en el Barcelona¡±. Acaso ha habido contraste de pareceres en alguna charla t¨¢ctica, no ri?as por ca¨ªdas duras como la de Roma.
Mucha calma
El t¨¦cnico siempre tuvo en cuenta las jerarqu¨ªas del equipo y del club, dignific¨® a la instituci¨®n con su proceder y procur¨® actuar con naturalidad, consciente de que el Bar?a es una entidad muy dada a estados emocionales extremos, excesivamente depresiva a juicio del entorno del propio Valverde. ¡°Procura no transmitir tensi¨®n, relativizar las cosas y huir del ruido¡±, coinciden varias fuentes consultadas. ¡°A Ernesto le ocupa m¨¢s lo que ocurre dentro que fuera del Bar?a¡±.
Act¨²a con tanta normalidad que se echa de menos alg¨²n golpe de genio
Tal es la normalidad que desprende que a veces parece ser ajeno a cuanto sucede, una pose que desquicia a quienes exigen de vez en cuando un gesto de rabia, un momento de pasi¨®n, para provocar la reacci¨®n de un plantel que por veterano y de calidad contrastada se las sabe todas, c¨®modo con el mando de Messi.
¡°Tengo un a?o de contrato¡±, ha respondido Valverde cada vez que se le ha demandado por su continuidad hasta que lleg¨® la final de Copa. El Bar?a jug¨® un partido de f¨¢bula contra el Sevilla. Algunos analistas consideran incluso que la actuaci¨®n azulgrana evoc¨® la mejor ¨¦poca de Guardiola. El equipo fue activo y no reactivo, acamp¨® en cancha contraria, presion¨® y mand¨®, certero, r¨¢pido tambi¨¦n en el repliegue, feliz por el 0-5, el d¨ªgito fetiche del Barcelona.
El resultado incidi¨® tambi¨¦n en la confusi¨®n del barcelonismo, convencido de que en abril se le pod¨ªa exigir el triplete al equipo despu¨¦s de prepararse para una temporada en blanco por la doble derrota de la Supercopa. Valverde ha conseguido compactar al conjunto, fortalecer a la plantilla, recuperar a Rakitic y Alba y favorecer una despedida como Dios manda a Iniesta. Y aunque no se ha olvidado a Neymar, la afici¨®n tiene cierta querencia por Umtiti y Paulinho.
¡°Yo disfruto entrenando a estos jugadores¡±, ha dicho Valverde. ¡°Es una suerte tenerlos; te entienden a la primera. Intent¨¦ meterme en la din¨¢mica del equipo y no molestar. ?Messi? Lo que espero de ¨¦l es que me ense?e cosas a m¨ª¡±. Al fin y al cabo el entrenador se considera un debutante elegido en su d¨ªa por Andoni Zubizarreta, el ¨²ltimo ide¨®logo futbol¨ªstico que ha tenido el Bar?a, ahora defendido por el prudente Robert Fern¨¢ndez.
Compact¨® al equipo y siempre encontr¨® soluciones excepto en el duelo de Roma
La obra azulgrana se remite siempre al terreno de juego porque sus autores son mesurados fuera del campo: Messi, Iniesta, Busquets, Valverde, Bartomeu no levantan la voz ni en el Camp Nou. No extra?a por tanto que cada vez que abre la boca Piqu¨¦ suba el pan en la Liga. No hay ¨¦pica para contar qu¨¦ pas¨® en Roma. Habr¨¢ que aguardar a la pr¨®xima edici¨®n de la Champions para saber si el Bar?a de Valverde y Messi sabe corregirse para recuperar la senda de Berl¨ªn.
El equipo post-Neymar ha ganado solidez y fiabilidad, circunstancia que refuerza las convicciones de Valverde. Ahora se trata de dar un salto de calidad, un objetivo que demanda tambi¨¦n la intervenci¨®n de la secretar¨ªa t¨¦cnica en el mercado y del entrenador en la cancha y La Masia, conscientes ambos de que ya no vale con jugar con el futbolista n¨²mero 11, ni con se?alar a Demb¨¦l¨¦, sino que se impone fichar bien y en saber si Messi debe ser Messi o la suma de Iniesta, Xavi y Messi.
El sentido de equipo pide que los delanteros no se descuelguen, conscientes jugadores y t¨¦cnicos de sus limitaciones, empe?ados hoy en un asunto que retrata el perfil del Bar?a: se trata de mantener la condici¨®n de invictos hasta el final de la Liga.
Incluso los antih¨¦roes como Valverde quieren disfrutar de una victoria contra el finalista de la Champions. La pesadilla de Roma no se borra con el cl¨¢sico ni con victorias como las de Riazor. Quiz¨¢ porque antes de ganar supo perder, Valverde tampoco se olvida de consolar a los buenos competidores como el Deportivo. El Txingurri siempre supo estar en el Bar?a.
El cl¨¢sico est¨¢ tan pendiente de Iniesta como de la lista de Zidane
Aunque ha sido una semana alterada por los festejos de la Liga y la Copa, con hasta tres d¨ªas de descanso, Valverde y la plantilla entienden que la mejor manera de reivindicar sus ¨¦xitos y su juego es con una victoria ante el Madrid, favorito para ganar una Champions de la que los azulgrana quedaron apeados en Roma. El ambiente del Camp Nou ser¨¢ seguramente tan festivo como reivindicativo y se aguarda con expectaci¨®n la evoluci¨®n de Iniesta. El capit¨¢n sufre una lesi¨®n en el s¨®leo y es duda para un cl¨¢sico que aguarda tambi¨¦n la lista de convocados de Zidane.
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