El mejor punto final de Iniesta en el Barcelona
El Bar?a dice adi¨®s a su emblem¨¢tico jugador con una victoria ante la Real Sociedad en un partido lleno de sentimiento y decidido con un tanto de Coutinho
Aunque hoy es muy f¨¢cil perder la noci¨®n del tiempo, hay que dar fe de que anoche se despidi¨® Andr¨¦s Iniesta como jugador del Bar?a con un ejercicio de afirmaci¨®n futbol¨ªstica en el Camp Nou. El adi¨®s del capit¨¢n ha sido tan largo y hace ya tantos d¨ªas del doblete azulgrana que resulta complicado constatar que hasta ayer no se certific¨® el ¨¦xito con la entrega del trofeo de Liga y que el manchego disput¨® su ¨²ltimo partido con el Barcelona. Ya no quedan m¨¢s encuentros oficiales y el centrocampista se va como titular indiscutible del equipo de Valverde, doble campe¨®n de Liga y Copa. El f¨²tbol siempre fue un asunto muy serio para Iniesta, nada de homenajes, y menos en el Camp Nou.
Al campo se va a jugar y no a pasar el rato, cosa que no fue sencilla porque el programa del partido que cerraba la jornada y el campeonato estaba tan cargado que no era sencillo reparar en que se disputaban tambi¨¦n tres puntos contra la Real Sociedad. Alrededor de la figura de Iniesta, recibido en el estadio con un mosaico infinito y el pasillo de campe¨®n formado por los donostiarras, se empaquet¨® una noche tan acaramelada y colorista que al palco acudieron el presidente de la Generalitat, Joaquim Torra; el del Parlament, Roger Torrent; la alcaldesa, Ada Colau; y el nuevo presidente del a federaci¨®n, Luis Rubiales, que entreg¨® a Iniesta el trofeo de campe¨®n de Liga. Hoy comienza una nueva etapa en la pol¨ªtica y en el f¨²tbol sin Iniesta.
Hasta el equipo azulgrana viste ya distinto con una camiseta de 10 franjas, tantas como barrios hay en Barcelona. La zamarra le queda que ni pintada a Iniesta. Jug¨® bien y toc¨® mejor en un partido divertido y destensado, un ir y venir con llegadas en las dos porter¨ªas, protagonizado sobre todo por Demb¨¦l¨¦, m¨¢s extremo que nunca, burlador, regateador y centrador, abatido a ¨²ltima hora por Ra¨²l Navas. El central entr¨® al tobillo del franc¨¦s y la hinchada se puso las manos a la cabeza mientras ped¨ªan disculpas los jugadores de la Real. Aquella patada sobrecogi¨® al estadio en una noche especialmente dulzona, siempre expectante con Iniesta.
Con Messi
Al capit¨¢n, al Bar?a, al partido, solo le faltaba un detalle para que el todo tuviera sentido: Messi. La vida en el Camp Nou depende de si juega o no el 10. El rosarino, sin embargo, ni siquiera calentaba mientras Valverde daba entrada a Denis Su¨¢rez por el renqueante Demb¨¦l¨¦. Y en la espera apareci¨® Coutinho. Todos los partidos del Bar?a tienen el momento Coutinho. No hay un jugador m¨¢s vistoso y resolutivo que el brasile?o, intermitente en el juego y en cambio autor de 10 goles pese a que Luis Su¨¢rez no le deja tirar las faltas en ausencia de Messi. Coutinho condujo el bal¨®n al pico del ¨¢rea, caracole¨® hasta armar el tiro y cruz¨® la pelota de rosca al palo izquierdo de Moy¨¢.
El gol anim¨® al Bar?a y a Iniesta al tiempo que Valverde cambiaba a Coutinho por Messi. El 8 y el 10 se iban a juntar por ¨²ltima vez durante 20 minutos para disfrute del Camp Nou. El encuentro se agit¨® y se agigant¨® Iniesta. No paraba el capit¨¢n, a veces asociado a Messi y en ocasiones solista excelso, perseverante en el pase, exquisito con sus croquetas, empe?ado en enfocar a Moy¨¢ a pesar de la marca de Illarra. El rosarino se hab¨ªa propuesto cerrar como se merec¨ªa la fiesta de Iniesta. El capit¨¢n no par¨® hasta que a falta de 10 minutos fue sustituido por Alc¨¢cer. El estadio se puso en pie y de forma solemne despidi¨® a Iniesta.
A su manera, cada uno de los 84.168 espectadores rompi¨® a llorar mientras el capit¨¢n conten¨ªa el llanto, ya en el banquillo despu¨¦s de abrazarse a compa?eros y rivales, tambi¨¦n al delegado Carlos Naval y a Valverde. El jugador que en tantos partidos ha emocionado al barcelonismo se emocionaba mientras el equipo se quedaba a un gol de los 100 en el torneo y del 6.000 en su historia en la Liga. Al Bar?a le ha faltado siempre un dedo para cuadrar la temporada perfecta en el ¨²ltimo ejercicio de Iniesta en el Camp Nou.
No lleg¨® el 2-0 y el partido se acab¨® poco a poco mientras el estadio oscurec¨ªa para preparar la fiesta por la Liga y la Copa. La celebraci¨®n se impuso al f¨²tbol hasta el punto de que ya no quedaba ni rastro del marcador: 1-0. Hubo tiempo para festejar los t¨ªtulos a partir de la figura de Iniesta, como si la luz y el fuego sirvieran para iluminar al 8. Hay deseos que a veces se cumplen cuando se trata de personas como el capit¨¢n del Bar?a, un jugador a la antigua y un futbolista de equipo y de club que se propuso despedirse como un campe¨®n en el Camp Nou. No fue casual que se cumpliera el 26 aniversario de Wembley-92. ni que marcara Coutinho. Iniesta tuvo el mejor punto final a una historia prodigiosa en el Bar?a.
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