El brazalete de Bobby Moore

Todav¨ªa tengo el Mundial de M¨¦xico 70 por el mejor de los que he visto, pero vino precedido de un episodio extremadamente desagradable: la detenci¨®n y encarcelamiento de Bobby Moore en Bogot¨¢.

Bobby Moore era el capit¨¢n de Inglaterra, e Inglaterra era la campeona del mundo. Moore, pues, hab¨ªa cogido de manos de la Reina la sagrada copa cuatro a?os antes de esos sucesos.

Ocurri¨® que, camino de M¨¦xico, Alf Ramsey, seleccionador, program¨® dos amistosos en altura, uno en Bogot¨¢ y el otro en Quito. A su llegada, el 18 de mayo, Inglaterra se hosped¨® en el hotel Tequenmada, de Bogot¨¢. Echando un rato, Bobby Moore y su tocayo Bobby Charlton entraron en una joyer¨ªa del hotel, llamada Fuego Verde, buscando alg¨²n regalo para llevar a sus esposas. Moore admir¨® un brazalete de 50 gramos de oro, engastado con 12 esmeraldas y otros tantos diamantes. Finalmente no compraron nada, lo dejaron para la vuelta, puesto que pensaban regresar a ese hotel tras el viaje a Quito.

Cuando se fueron, la empleada que les hab¨ªa atendido, Clara Padilla, ech¨® en falta el brazalete y se asust¨®. Avis¨® a su jefe, ?lvaro Su¨¢rez, que hab¨ªa permanecido en el despacho, y ¨¦ste avis¨® a la seguridad del hotel. Moore y Charlton, que a¨²n andaban por los bajos del establecimiento, aceptaron ser cacheados y ah¨ª pareci¨® acabar todo.

El d¨ªa 20, Inglaterra gan¨® 0-4 a Colombia. Luego parti¨® a Quito, donde el 24 ganar¨ªa 0-2 a Ecuador. Todo viento en popa. Pero mientras, en Bogot¨¢, ?lvaro Su¨¢rez hab¨ªa insistido ante la polic¨ªa que desde el cristal de su despacho hab¨ªa visto a Moore esconder la joya. Arrastraba en su testimonio a su empleada, Clara Padilla, que tambi¨¦n dec¨ªa haber percibido cierto movimiento sospechoso.

El rumor lleg¨® a Quito, alguien sugiri¨® a Ramsey hacer el vuelo hacia M¨¦xico v¨ªa Panam¨¢, pero a Ramsey no le pareci¨® correcto. Regresaron, seg¨²n lo previsto, por Bogot¨¢, volvieron al Tequenmada, por la tarde fueron al cine¡­ y all¨ª irrumpi¨® la polic¨ªa, que se llev¨® detenido a Moore, acusado del robo del brazalete.

Fue un esc¨¢ndalo mundial.

Moore durmi¨® en el calabozo. El Foerign Office se puso a cien, su embajador en Bogot¨¢ no durmi¨® haciendo gestiones, pero a la ma?ana siguiente (quedaba una semana para el debut) Inglaterra tuvo que partir sin su capit¨¢n hacia M¨¦xico, despu¨¦s de muchas dudas. En Colombia el ambiente era muy contrario a Moore. El Mundial anterior, el ganado por Inglaterra, hab¨ªa dado lugar a una gran rivalidad Sudam¨¦rica-Europa, por los arbitrajes. En general, en esos a?os se hab¨ªan producido muchas declaraciones en Inglaterra de desprecio al f¨²tbol latinoamericano.

Ramsey no contribuy¨® precisamente a calmar los ¨¢nimos al declarar que para qu¨¦ iba a robar Moore ese brazalete, si ten¨ªa dinero para comprar el hotel. La prensa colombiana ardi¨® con aquello.

Alfonso Senior, presidente del Millonarios (el que traspas¨® a Di St¨¦fano al Madrid), de la Federaci¨®n Colombiana y miembro muy relevante de la FIFA y de la sociedad colombiana, ofreci¨® su casa para que Moore estuviera en ella en condici¨®n de arresto domiciliario, bajo palabra de honor propia, del propio jugador y del embajador brit¨¢nico, de que no har¨ªa por fugarse. Inglaterra envi¨® en dep¨®sito el valor del brazalete. Moore pas¨® dos noches en casa de Senior y por fin, con intervenci¨®n del propio premier brit¨¢nico, Harold Wilson, y tras la entrega por el Foerign Office de una fuerte fianza, m¨¢s todas las garant¨ªas de que ser¨ªa enviado a Colombia para el juicio, pudo volar a M¨¦xico el d¨ªa 28 de mayo.

All¨ª lleg¨® con tres kilos menos, pero jug¨®, el 2 de junio, contra Ruman¨ªa. Inglaterra ganar¨ªa 1-0. Jug¨® con normalidad todos los minutos (aquel fue el primer Mundial con cambios) hasta la eliminaci¨®n frente a Alemania. Al final del partido contra Brasil, Pel¨¦ le regal¨® la camiseta, en lo que se entendi¨® como un gesto de respeto y solidaridad. Regres¨® a Inglaterra con todo el equipo.

Mientras, la polic¨ªa empez¨® a ver resquicios y contradicciones en los testimonios del encargado y la empleada, y con el tiempo se destap¨® la verdad: era el propio ?lvaro V¨¢zquez, el que, una vez salidos los jugadores, hab¨ªa autorrobado el brazalete. Acab¨® por confesar y devolverlo. Pas¨® un tiempo en la c¨¢rcel. Para entonces, Clara Padilla se hab¨ªa ido a Estados Unidos.

No fue Moore, pues, pero la noticia de la soluci¨®n del caso no tuvo el alcance mundial que provoc¨® la falsa imputaci¨®n. Moore morir¨ªa joven, con 51 a?os, de c¨¢ncer de colon. Dej¨® atr¨¢s 108 partidos con la selecci¨®n inglesa, 90 de ellos como capit¨¢n.